Tremlett: «Las portadas de The Economist sobre España son muy buenas»
Giles Tremlett es el corresponsal del diario The Guardian y The Economist en España. Y uno de los encargados de fabricar la opinión británica sobre España. Con el ácido humor de su país, pero a la vez cercano dice: «Hace mucho que no vivo en Inglaterra, no sé lo que piensan sobre España». Suelta una risa al final de la frase. Tremlett afirma que un «periodista británico es muy esquivo». Cuando se le pregunta cómo combina su trabajo con The Guardian y The Economist vuelve a bromear y responde «durmiendo poco».
España ha estado en el foco de los periódicos extranjeros debido a la crisis económica y a los últimos escándalos de corrupción como el Caso Bárcenas y el Caso Nóos, pero el corresponsal dice que lo que más interesa a los lectores británicos es la «crisis económica».
Respecto a esta, resulta interesante analizar el revuelo que han creado las provocativas portadas de la revista británica The Economist sobre España, en las que aparece un toro con la cabeza agachada sobre el que le cae la letra S y deja ver la palabra «pain», que en español significa «dolor». La mayoría de los medios nacionales han criticado la imagen de la publicación británica. Por ejemplo, el periódico ABC escribió en uno de sus titulares: «The Economist también ataca a España». En su interior el semanario decía que los inversores temen que España pronto tenga que pedir un resca». Tremlett comenta que las portada de una revista deben ser llamativas. Le parecen «muy buenas».
Cuenta que The Economist es un medio viewspaper (punto de vista) y no un newspaper (noticias). Aporta información, pero su estilo tiene una tendencia editorializante, a diferencia de un periódico. Por lo tanto, las portadas sobre la crisis en España se corresponden al estilo de la publicación. Según el periodista, el momento en el que España estaba en el foco de la prensa internacional no es ahora, sino durante las Olimpiadas de Barcelona y el 11-M. «Entonces sí que salía en todos lados», dice.
Tremlett no solo escribe crónicas sobre corrupción y crisis económica, sino que también informa sobre las iniciativas culturales y de mecenazgo en España, como el microteatro. En sus crónicas escribe que «desde el teatro hasta los documentales, España ha encontrado nuevos medios de financiación fuera de la ayuda del Estado. Y ha descubierto que esto también les da libertad creativa. Aunque matiza que la información cultural «no interesa» demasiado a sus lectores.
Cocinando lubinas
Giles Tremlett vive en España desde 1992. Decidió trabajar en Madrid porque hablaba bien español y había visitado el país bastantes veces. También escribe sobre Marruecos y es padre de familia. Al preguntarle cómo compagina su vida familiar con su doble corresponsalía responde que en esos momentos cocina una lubina y acaba de dejar a su hijo en el colegio. Vuelve a reírse en su humor británico y añade: «En mi casa somos una familia y una corresponsalía a la vez».
Tremlett no es solo crítico con la política española, también lo es con la británica. En uno de sus artículos escribe acerca de la discriminación racial que los marroquíes sufren por parte de los británicos de Gibraltar. También los «españoles», matiza el periodista durante la entrevista. En su artículo Rock and a hard place escribe que el tratamiento de los inmigrantes no comunitarios, tiene poco que ver «con lo que se practica en Gran Bretaña, donde cinco años de residencia se considera suficiente para solicitar la nacionalidad. En el resto de Europa es normalmente entre cinco y diez años». Tremlett comenta que después de las revueltas árabes en Marruecos, casi no ha vuelto al Magreb. The Guardian tiene una corresponsal en Túnez y suele «hacer información de esa zona».
Gracias a Internet y las redes sociales su trabajo se ha agilizado mucho. «Antes tenía que leer todos los periódicos nacionales y La Vanguardia, ahora voy a su página web y compruebo lo más visto». Vuelve a reírse. Dice que los lectores le aconsejan sobre «qué escribir». Pese a las críticas de muchos periodistas sobre si las noticias más leída en internet son las más sensacionalistas y las menos informativas, Tremlett dice que no está de acuerdo y que en Internet encuentra «auténticas joyas».