San Silvestre Vallecana: 50 años de la carrera que nació en un bar

Cuando el reloj desgrane las últimas horas de 2013, muchos madrileños abandonarán sus ocupaciones para alentar a los 40.000 corredores que participarán en la XLIX San Silvestre Vallecana. Este espíritu alegre y festivo inunda las calles de la capital de norte a sur desde hace cinco décadas gracias a la tenacidad y la pasión por el atletismo que un solo hombre logró contagiar a miles de personas. «Más que un aficionado del deporte he sido un chalado», confiesa Antonio Sabugueiro, el fundador de la prueba sobre asfalto más importante del mundo junto a la de São Paulo y Nueva York.

Una humilde cafetería de la calle Monte Igueldo, en el Puente de Vallecas, fue testigo de lo que Sabugueiro planteó a sus dos amigos Carlos Roa y Manolo Fernández «casi como una broma». Una «locura» que, alimentada con ilusión y mucho esfuerzo, ha llegado a convertirse en una tradición más de la Nochevieja madrileña. «Estoy harto de tanta carrera de campo, ¿por qué no hacemos una por la ciudad y que sea nocturna?», les comentó tras un par de cañas hace ahora 50 años.

Dicho y hecho. Meses más tarde, en el invierno de 1964 nacía el primer Gran Premio de Vallecas que, gracias al don de gentes de Sabugueiro, logró congregar a un centenar de jóvenes atletas. Con 5.000 pesetas de presupuesto hizo milagros. Aquel primer año el premio para el ganador –Jesús Hurtado, de la sección de atletismo del Real Madrid– consistió en un escueto trofeo y un bocata de salchichón. Y los encargados de cortar la circulación para que pasaran los corredores fueron «unos cuantos chavales que decidieron colaborar con nosotros», recuerda Sabugueiro.

«Madrid ya tiene su San Silvestre»

Lejos de lo que se cree, fue un periodista del diario Marca, José Luis Gilabert, el culpable de que la carrera se bautizara con su nombre actual. «Cuando vimos que la crónica de Gilabert se titulaba ‘Madrid ya tiene su San Silvestre’ nos llevamos una gran sorpresa. Le llamé para pedirle permiso y así se quedó». A partir de ese momento la prueba se trasladó al 31 de diciembre, la festividad de San Silvestre, en vez de ser el último domingo del año. Y aunque esta carrera no nació con la intención de imitar a la de São Paulo, con el paso del tiempo, el aprendiz ganó al maestro.

Prueba de ese cariz internacional que adquirió la carrera fue contar, en 1966, con la presencia del atleta tunecino Mohamed Gammaudi, medalla de plata en los 10.000 metros lisos de los Juegos de Tokio 64. Fue el primer extranjero que se hacía con la victoria en Vallecas. Ante el despliegue de deportistas, cada vez fueron más las celebridades del espectáculo –como Rocío Durcal o Karina– que quisieron apadrinar el evento. Precisamente, el año que Rocío Jurado daba el pistoletazo de salida a la carrera, un carterista casi roba las 60.000 pesetas que habían recaudado para el ganador.

Pese al reconocimiento que ya había alcanzado la carrera y al trabajo incansable de Sabugueiro, la falta de patrocinadores dejó a Vallecas en silencio la Nochevieja de 1969. Durante los años anteriores, las peñas del Rayo Vallecano se habían encargado de ir por los comercios del barrio para recaudar los regalos que se entregaban a los corredores. «Montábamos una especie de bazar en el antiguo estadio del Rayo y según iban entrando en la meta elegían el premio que querían», explica Sabugueiro. «Al principio me daban cada portazo… Me miraban como a un loco cuando iba a pedir dinero y ahora son los sponsors los que se pelean por participar. Lo que es la vida», comenta con satisfacción.

Sin duda, el respaldo de la Casa Real, especialmente del Príncipe Don Felipe, también fue –y sigue siendo– un sustento esencial y un orgullo para la organización desde que en 1978 aceptara la presidencia honorífica de la carrera. «No es por hacer la pelota, pero el Príncipe siempre se ha portado muy bien con nosotros, es un privilegio contar con su apoyo desde hace 36 años».

Un reto que ilusiona y bate récords

Si la historia de la carrera asombra, aún más lo hacen sus cifras: la San Silvestre Vallecana ha multiplicado de forma exponencial el número de participantes y cada año bate todos los récords. Tanto es así que el próximo 31 de diciembre 40.000 deportistas –de ellos, 12.000 mujeres– tomarán la salida en la puerta 0 del estadio Santiago Bernabéu, el doble que en 2005.

De todas las plazas, 39.000 están destinadas a los corredores populares, las otras 1.000 se reservan a los atletas federados que quieran participar en la San Silvestre Internacional. Este es el caso de Marco Antonio Valenzuela, un joven fondista que lleva tres años en la Federación Española de Atletismo. Este año se ha propuesto batir su propia marca personal y alcanzar la meta en 34 minutos. «Si alguien me pregunta qué voy a hacer en Nochevieja, le diré que correr la San Silvestre. Es un reto que ilusiona, me gusta la esencia, el calor de la gente y el ambiente festivo que se respira en Vallecas cuando te acercas a la meta».

De lo que no hay cifras oficiales es del ingenio que derrochan los corredores populares y otros tantos espontáneos que reparten alegría con sus disfraces y dan color a toda la carrera. Ángel Rodríguez es uno de ellos. El año pasado, sin importarle el frío del invierno madrileño, corrió los diez kilómetros en bañador. «Mis amigos dijeron que iban a correr con faldas escocesas, yo no tenía nada de eso y cogí lo que tenía a mano que era el bañador, un albornoz y un gorro de ducha naranja», relata. «Es una forma de despedir el año entre amigos. No importa tanto el tiempo que hagas, sino con quién cruzas la meta y la gente que te apoya por el camino», comenta su amiga Elena Abadía que, animada por el espíritu que envuelve la carrera, quiere participar por primera vez.

Persiguiendo la estela de la edición vallecana, muchas otras ciudades españolas han seguido su ejemplo. «Raro es el pueblo que no tiene una San Silvestre. Vivo en Villalba y justo este año van a hacer la primera edición, me sigue pareciendo increíble», expresa Sabugueiro mostrando una gran sonrisa.

Este es, en definitiva, el sabor de la San Silvestre Vallecana. Y en sus bodas de oro promete ser igual: con su calor, su sencillez y su alegría que traspasa fronteras. Es más que una carrera, es para muchos la mejor manera de despedir el año.

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Las 7 claves del entrenador de cara a la carrera

La San Silvestre es una carrera para disfrutar, no obstante, los corredores amateur deben tener en cuenta ciertos aspectos para poder culminar la carrera sin lesionarse y llegar a la meta sin desfallecer. El entrenador personal del gimnasio municipal Daoiz y Velarde, Mauro Muñoz, explica las siete claves básicas para quienes se enfrentan a su primera prueba de 10 kilómetros.

1. Quedan seis semanas por delante. Entrena 3 o 4 días por semana.
2. El entrenamiento debe ser progresivo aumentando tiempos y distancias. En los últimos tres kilómetros de la carrera los corredores se enfrentan a la cuesta de la Avenida de la Albufera, por lo que es importante entrenar también con tramos empinados.
3. Es imprescindible estirar los músculos al inicio y al final de cada sesión de entrenamiento.
4. Utiliza un calzado adecuado, es decir, nada de zapatillas excesivamente planas ni tampoco estrenes unas nuevas el día de la carrera.
5. La alimentación es clave: Se necesita tener una buena “carga glucógeno”. Por eso, la noche anterior, cena alimentos altos en hidratos de carbono.
6. La jornada previa a la San Silvestre evita correr distancias largas. Lo ideal es descansar por completo.
7. El día de la carrera, la última ingesta de alimentos debe realizarse cuatro horas antes de comenzar a correr. Al terminar, hay que abrigarse e hidratarse.

*INSCRIPCIÓN PREFERENTE: 18 al 24 de noviembre. Solo para los participantes que recogieron la medalla de la última edición de la carrera.

*INSCRIPCIÓN GENERAL: a partir de las 14.00 horas del 26 de noviembre.

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