¿Es ético entrevistar a un criminal?
Don Fernando, no se engañe. ¿Por qué nadie se escandaliza cuando los medios de comunicación airean lo que les interesa de la vida de cualquier delincuente y sí cuándo queremos darle voz para que aporte su versión? Los periodistas caemos frecuentemente –por no decir siempre– en el error de prejuzgar sin tener en cuenta nuestra responsabilidad en la sociedad. Los medios somos filtros ante la opinión pública y, por ello, cualquier etiqueta que pongamos va a ser tomada por la opinión pública como propia. Obviamente, una persona condenada por un delito no puede ser tratada a la ligera y, por supuesto, no se le puede poner a la misma altura que las víctimas. Hasta ahí, estamos de acuerdo. Pero nuestro deber como generadores de opinión es dar voz a todas las partes implicadas. Vivimos en una democracia con unos principios y unos valores. Como medio de interés público tenemos que dar la palabra a todas las personas, respetando así todos los puntos de vista, más cuando estos sujetos llevan sufriendo un acoso mediático desde hace años. No reparamos cuando utilizamos nuestros medios para airear la vida privada de ellos sin darles la oportunidad de defenderse. Pero cuando les queremos dar voz para que nos cuenten su versión nos encandalizamos. Mantengamos la cordura, por favor.
No puedo ni quiero creer que alguien en sus cabales defienda que se entreviste a criminales condenados. Los medios de comunicación, muy señor mío, están para dar voz a gente que aporte algo a la sociedad, y no creo que estos sujetos tengan algo que decir al mundo. Todo aquello que tuvieran que anunciar ya lo hicieron ante el juez, que además los declaró culpables. No quiera que la sociedad vuelva a sufrir el trauma de escuchar lo que hicieron estos seres, y que encima corramos el riesgo de dejarles dar su versión (manipulada y ofensiva para los familiares de las víctimas) y además manifiestamente falsa, según lo determinado en los tribunales.Y no, no me vale con eso de que hay que dar voz a todas las partes implicadas, ni esa falacia absurda de que han sufrido un acoso mediático, ni que han sido juzgados por la opinión pública; nada de eso es determinante. Si les sacamos en los medios, se sentirán legitimados ante la sociedad. Y además caemos en el riesgo de que puedan llegar a ser mitificados por una parte enferma de la sociedad. Por eso, cuanto más ignorados, mejor. Pero afortunadamente estamos en el siglo XXI y no vamos a prohibir la libertad de expresión a nadie. Pero si lo que usted quiere es ser el altavoz de delincuentes, no cuente conmigo. Si estos sujetos condenados quieren decir algo, que se abran un Tuenti.
No es ético y los humaniza. El morbo de la gente, no debe influir para que se haga un tour por las televisiones. Seres tan abyectos no merecen nuestra atención. Solo vigilancia y precauciones de la policía y de todos los ciudadanos, para evitar agresiones futuras.
Señora, ¿y qué opina de que se entreviste a Bashar al-Asad? ¿Y a Bush? ¿Y a Fraga, sin ir más lejos? ¿Acaso no es lo mismo? O en realidad peor, porque han matado y torturado a miles.
El problema no es que se les entreviste o se les deje de entrevistar, el problema es cómo, con qué intención y a qué precio. Pero si tienen algo interesante que decir, ¿por qué no dejar que lo digan? Un buen periodista sabrá evitar que eso se convierta en un anuncio.