En la calle General Castaños número 3, casi a la altura de la Parroquia de Santa Bárbara, un portón de madera llama la atención. En su interior, una puerta invita a curiosos, artistas y expertos en el arte. Se trata de la emblemática galería Elvira González que, en estos momentos, se prepara para la nueva edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO) de Madrid.

Al frente de la galería se encuentra Elvira Mignoni, la hija de la creadora del espacio, que habla de ARCOMadrid con ilusión: «Es una semana en la que se concentra mucha gente del mundo del arte». Se trata de unas fechas importantes para las galerías de arte porque «hay mucha vida y eso siempre es bueno», comenta Mignoni. «ARCO para nosotros es muy destacada, al ser la feria de tu ciudad también le tienes mucho cariño».

Fieles a los cánones

A lo largo de 45 años, Elvira González, ha trabajado con artistas que en su momento no eran conocidos y ahora son famosos. Siempre ha sido fiel a su especialidad: el arte europeo y americano de la segunda mitad del siglo XX y el trabajo de artistas contemporáneos. En su espacio  de ARCO habrá una amplia selección de creadores asiduos al estand General Castaños.

Donald Judd, Dan Flavin, Miquel Barceló, Esteban Vicente, Juan Asensio y Elena del Rivero son algunos de los artistas que llegarán a la nueva edición de ARCO de la mano de Elvira González. Mignoni comenta que debido a la crisis económica la pasada edición fue «peor que en años anteriores», pero observa que el sector del arte «es uno de los menos tocados porque es muy amplio a nivel internacional y hacemos muchas ferias fuera de España». Pero confiesa que en el ámbito español lo han «notado mucho». La hija de Elvira González denuncia que, a nivel internacional, la subida del IVA también perjudicó «muchísimo» porque, además de encarecer la obra, les hizo «menos competitivos en comparación con el resto de galerías».

La galerista resalta su confianza en la próxima edición de ARCO: «el coleccionista español se anima más en la feria que en el resto de la temporada», además espera que, con la mejora de la economía, vaya «mejor que el año pasado». La galerista revela una nueva adquisición: las fotografías de Chema Madoz, que será presentado en ARCO del 19 al 23 de febrero. «Cuando crees en un artista apuestas porque te convence y has seguido su obra». Por ello, Mignoni asegura que la profesión de galerista es una responsabilidad: «Puede que te guste lo que está haciendo un artista hoy, pero no sabes si te gustará lo que haga mañana».

Una época romántica

Mignoni reconoce que echa de menos aquella época romántica de los inicios de las galerías. Cuando los compradores se fijaban en el arte porque les gustaba y sin ningún fin especulativo. «Antes cuando alguien compraba un cuadro nunca pensaba en cuando lo iba a vender». Asegura que ese sentimiento a la hora de comprar una obra «se ha perdido» pero también reconoce que en la actualidad «se habla de mucho más dinero y entiendes que la gente, a la hora de gastárselo, se asesore mejor y asegure una buena inversión». Mignoni admite que hay coleccionistas que siguen comprando arte sin una visión especulativa, sin pensar cuanto valdrá mañana. «Hoy en día es casi imposible pensar que la gente compra por romanticismo», sentencia.

Con 19 años, Elvira González fue la primera bailarina de ballet del teatro de la Zarzuela. Las influencias de Fernando Mignoni, un viaje a París, la danza y el descubrimiento de artistas internacionales fueron la mezcla perfecta para abrir una galería en Madrid en un contexto en el que no se creía en el arte contemporáneo. Años más tarde, permanecería González en solitario. Ahora, Elvira Mignoni y sus dos hermanos, Isabel y Fernando, continúan con el legado de su madre manteniendo la creencia de traspasar fronteras.

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