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Comer sin gluten ya no es problema

Santiago Godfrid, dueño de la pastelería Celicioso, posa con la fotografía de Novak Djokovic
Santiago Godfrid, dueño de la pastelería Celicioso, posa con la fotografía de Novak Djokovic

Novak Djokovic, el segundo mejor tenista del mundo, evita comer alimentos que contengan trigo, cebada o avena. ¿La razón? Es sensible al gluten, una proteína que está presente en esos cereales. ¿Quiere decir esto que debe olvidarse para siempre de comer pizzas, sandwiches, tartas y cervezas? No. Por lo menos en Madrid. El famoso tenista serbio sabe que existe Celicioso, una panadería-pastelería en la calle Hortaleza donde todos sus productos son «gluten free».

El serbio no llegó allí por casualidad. Hace cuatro años a su amigo y extenista madrileño Santiago Godfrid se le diagnosticó celiaquía. Dos años después, Godfrid decidió abrir esta panadería en la que ofrece variedad productos a todas aquellas personas que, como él, no pueden comer gluten. «Me daba cuenta de que iba a los sitios y no podía comer casi nada, la gente no conocía bien qué significaba ser celíaco y los dulces que había entonces no eran nada ricos comparados con los normales», comenta. Logró hacer buenos productos, tanto, que ‘Nole’ no solo ha pasado por su tienda a comer tarta, sino que se ha llevado varias a sus torneos en Dubái o Miami

En este local no solo se vende repostería, sino que también hay distintos tipos de pan, batidos y cervezas. Todo sin gluten. El mayor éxito que ha tenido Celicioso es, según comenta Godfrid, que la gente vea esta enfermedad como algo natural. «Hemos normalizado el hecho de ser celíaco. Al principio, podía venir una familia de cinco personas y compraba una pequeña tarta para una niña celíaca; después se iban a una pastelería a comprar otra para el resto. Ahora vienen todos aquí, piden la tarta grande y la comparten, porque además de no tener gluten, está rica».

-ALEX-CELIACO4.jpg de Producción ABC-Desde la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten de Madrid, afirman que en Madrid hay alrededor de 12.000 personas con celiaquía. Blanca Esteban, representante de esta asociación que proporciona información y asesora a aquellas personas que sufren esta enfermedad, comenta que existe una diferencia entre ser celíaco y ser sensible al gluten. «Hay personas que al hacerse las pruebas no cumplen el protocolo de diagnóstico, pero tienen unos síntomas muy parecidos y, al retirar el gluten de su alimentación, mejoran». Es una población a la que el gluten no le sienta bien pero a la que no se le puede llamar celíaca.

Esteban afirma que, con la información adecuada, es «muy fácil» tener una alimentación apropiada. «La dieta en casa es sencilla, solo hay que modificar algunos hábitos y cambiar unas marcas por otras. Lo difícil sigue siendo salir a comer fuera, explicar al camarero lo que no puedes tomar y estar atento a los ingredientes de la comida», señala. Para hacerle la vida más fácil a estas personas, la asociación ha llegado a acuerdos de colaboración con 70 restaurantes en la Comunidad de Madrid que incluyen en sus menús alternativas sin gluten. «Les ayudamos a adaptar la carta, revisamos los ingredientes, les asesoramos sobre cómo debe ser la manipulación de alimentos y ayudamos en la formación del personal».

Gasto adicional

Con todo, Esteban reconoce que algunos productos como la pasta o la bollería que se venden con la etiqueta «sin gluten» (contienen un máximo 20 miligramos de gluten por kilo de producto) suelen resultar más caros que otros que contengan esa sustancia. «Es la queja principal, no todo el mundo puede afrontar los gastos», comenta. «Al ser una enfermedad que tiene una base genética, hay familias en las que más de un miembro es celíaco y el gasto se multiplica». Un estudio de precios hecho por la asociación revela que para una persona, seguir una dieta sin gluten supone un desembolso de 1.500 euros más de media que una dieta normal. Aún así, sostiene que debido al aumento del número de celíacos, la demanda de productos ha aumentado significativamente. “Hace algunos años era difícil encontrar productos sin gluten, solo los vendían herbolarios, pero ahora casi todos los supermercados los ofrecen”.

Mercadona es uno de los establecimientos más conocidos por ofrecer una gran cantidad de productos para celíacos. Aunque no ofrece mayor información debido a su política de comunicación, fuentes de la empresa señalan que desde hace más de una década mantienen «una estrecha relación» con las distintas asociaciones de celíacos españolas, tanto en el ámbito nacional como en el autonómico y añaden que en 2013 el número de productos sin gluten era de 850. «Si existe una alternativa viable de fabricar un artículo sin gluten y que su precio no se incremente exponencialmente, se hace sin gluten» afirman.

Los precios competitivos han sido los que han permitido a Celicioso convertirse en la tienda de referencia de muchos celíacos y de un buen número de personas que no lo son. Godfrid afirma que su misión es «ofrecer productos de gran calidad y sabor a un buen precio» y afirma que además de ser empresario, sufre la enfermedad. Por ello, intenta que los precios sean «accesibles y similares a los de cualquier pastelería, a pesar de que las harinas para las tartas puedan costar el triple».

Aunque pueda resultar un poco más caro comer sin gluten, muchos celíacos han mejorado su calidad de vida en los últimos tiempos. Son cada vez más los cumpleañeros de todas las edades que agradecen que existan sitios como Celicioso, donde por un rato olvidan su enfermedad y disfrutan de tarta los más pequeños y de cerveza los mayores, porque la satisfacción de «comer de todo» también es parte de la celebración.

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