Ana Pastor: «Todos tenemos una ideología, pero yo soy periodista»
La entrevistadora más dura del panorama nacional, Ana Pastor (Madrid, 1977), habla de su oficio a través de los ejemplos. De sus reflexiones, el mensaje nace nítido: hasta el mismísimo Obama debe rectificar cuando un periodista hace bien su trabajo. Este martes, durante el encuentro que mantuvo con los alumnos del Máster ABC-UCM, Pastor demostró que la profesión se alimenta con la pulcritud en los datos y con la humildad en el carácter.
Cuando habla de sus comienzos, la periodista de La Sexta reconoce que nunca imaginó cuál sería su futuro, aunque al ver cualquiera de sus entrevistas parece que nació preguntando. Su único límite, admite, es la honestidad. El propósito de su trabajo es intentar mostrar la verdad a la sociedad. Por eso, subraya que «el camino de los periodistas y el de los políticos debe ser diferente». Y remarca que hay que trabajar sin miedo, a pesar de que en nuestro país el poder político siempre intenta influir en los medios de comunicación.
Pastor hace sus entrevistas tras un largo proceso. La periodista enumeró sus pasos a seguir: primero consigue al personaje, una tarea difícil porque no todos se atreven a hablar. Si lo logra, prepara los temas que tratará mediante una investigación previa. Cuando llega el cara a cara es el momento de la verdad: ni un despiste en ningún instante, o todo se echará a perder. Y aunque luego llegan las quejas, Pastor remarca que eso jamás le impide preguntar: «Asumo los costes y no vivo con miedo». Así lo demuestra en sus apariciones televisivas.
Una apuesta por los datos
Tras su salida de TVE en agosto de 2012, la periodista decidió ponerse al frente de un nuevo programa cuyo propósito fuera analizar, al detalle, el grado de verdad o mentira en las declaraciones que los políticos realizan. Así nació «El Objetivo», que presenta cada domingo en La Sexta desde junio de 2013. Los datos protagonizan el espacio. Allí, el periodismo se plantea como un ejercicio de búsqueda de lo veraz, donde las opiniones no distorsionen el discurso. Con una frase, la entrevistadora define su ética: «Todos tenemos una ideología, pero yo soy periodista».
Uno de los valores añadidos de su programa son los fact checks o verificación de hechos. Mediante ellos, Pastor desmiente o confirma las afirmaciones que los políticos emiten durante sus discursos o en los medios de comunicación. La entrevistadora se inspiró en el mundo anglosajón para implantar esta práctica periodística en su espacio. «Tengo un equipazo», admite sobre sus compañeros. Son ellos quienes recopilan los testimonios de políticos, bien a través del área de documentación o de la hemeroteca, para luego forzar que la información atraviese cuatro filtros de verificación. El fin de esta alternativa periodística es sacar a la luz las contradicciones de los políticos. No se trata de decirle al espectador lo que debe pensar, sino hacerle reflexionar.
Por último, la periodista ha subrayado el valor de la transparencia en su programa, dado que «no hay mejor desinfectante que la luz del sol». Durante su exposición, hizo referencia al trabajo de algunos compañeros del Máster sobre las marquesinas de Madrid, elaborado a partir de datos obtenidos de los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento de la capital. Las fuentes, concluyó Pastor, son el elemento esencial del periodismo.