Casado/Santapau, amigos y socios del arte
Por casualidad o por destino, los caminos de Damián Casado y Concha Santapau, dos amantes del arte, se juntaron, y como resultado de aquel encuentro nació la galería que lleva sus apellidos. Un espacio dedicado especialmente al arte contemporáneo internacional que ya se ha posicionado como una de las galerías españolas más reconocidas.
Fue por enero del 2007 que la idea de un espacio conjunto se hizo realidad en la calle Conde de Xiquena 5. Damián Casado, quien ya había dirigido tres proyectos importantes como Garage Regium, La Fábrica y Distrito Cuatro, decidió junto a Concha Santapau ir en busca de un proyecto propio. Fieles y constantes a una idea, bajo su ala se albergan artistas que los acompañan desde sus inicios. «Seguimos creyendo en ellos, apoyándoles como el primer día», señala Santapau.
«Yo vengo del mundo de las finanzas, que tiene poco que ver con el arte, pero sí empecé a coleccionar hace muchísimos años por un gusto personal. Me considero amante del arte. Damián y yo nos conocimos, hablamos de la posibilidad de hacer un proyecto común y así nació nuestra galería», cuenta Concha Santapau quien, a pesar de su formación en un mundo ajeno a este desde, pequeña, ya visitaba la feria ARCO con sus padres.
Formaron un gran equipo que funcionó desde el comienzo y como muestra de ello ya son casi ocho años los que llevan trabajando juntos. «Siento que estamos en nuestro mejor momento, sobre todo porque ya nos hemos consolidado como nombre», asegura ella. «Hablar de Casado Santapau es sinónimo de arte, y el público sabe de qué se trata y la línea que lleva la galería».
«Hemos progresado cuantitativa y cualitativamente. Este último año hemos dado un salto muy importante con respecto a coleccionistas que hemos hecho y en cuanto a la evolución de nuestros artistas», reconoce conforme Concha Santapau.
Líneas rectas y cuadrados. Estilo minimalista y geométrico. Una línea arquitectónica es la constante que define la idea de la galería. Es por allí por donde caminan los artistas que eligen para trabajar junto a ellos. «En todos nuestros artistas hay esa especie de preferencia por la arquitectura, por la geometría, por las líneas, con obras muy depuradas. Es un poco lo que nos gusta. Luego tenemos algún artista más abstracto pero sigue teniendo esa línea depurada», asegura la galerista.
Consecuentes a un estilo y a sus gustos personales, Santapu asegura que «al final siempre te gusta lo mismo y quieres trabajar con lo mismo, entre comillas, porque todos son diferentes, con lenguajes diferentes, pero con un nexo de unión».
La galería ubicada en el centro de Madrid se ha especializado desde sus inicios en el arte contemporáneo internacional, aunque como bien lo destacan sus socios, nunca se han planteado su gusto por los artistas dependiendo de su nacionalidad, sino por lo que hacen. Han apostado por creadores jóvenes de entre 30 y 40 años que están en una fase de expansión en sus países de origen y que aquí en España son menos conocidos. Son ese tipo de artistas que llevan una trayectoria que ellos se han encargado de ir siguiendo durante un tiempo. «Nos gusta trabajar con ellos porque van avanzando, creciendo, madurando y los cogemos en ese momento en el cual les queda aún un futuro muy prometedor. Es lo que llamamos artistas de media carrera», relata Santapau.
Apuesta latinoamericana
En Casado Santapau el arte latinoamericano ocupa un lugar importante. «Creemos que hay un potencial de artistas muy importante, pero no por su nacionalidad sino porque hay una efervescencia de artistas latinos que ahora mismo se están posicionado a nivel internacional de manera muy potente», comenta la galerista. Al mismo tiempo, agrega: «Son muy interesantes las formaciones en las universidades de arte de algunos países latinoamericanos. Cuentan con una riqueza cultural increíble, lo que hace que salga en ellos una creatividad asombrosa que a nosotros nos encanta».
Pioneros en esta búsqueda de nuevos artistas, hoy sienten que los esfuerzos plasmados desde sus comienzos han valido la pena. Empezar con artistas no reconocidos en la escena española fue su gran desafío, pero con perseverancia y sacrificio lograron posicionar a sus jóvenes creadores. «La idea que nos planteamos fue traernos a España lo que estaba pasando en el escenario contemporáneo internacional», cuentan.
Los socios llevan adelante un arduo pero a su vez gratificante trabajo que no solo consiste en la presentación de los artistas sino en establecer una relación entre éstos y los coleccionistas. «Estamos convencidos que el coleccionista debe tener un grado de compromiso con el creador al que le compra una obra. Intentamos que vaya apoyando su trabajo, que tenga una cierta responsabilidad con el artista, que no compre una obra y se olvide. La idea es que ese coleccionista se involucre y siga de cerca la carrera de ese artista y que al ver los progresos sienta cierto orgullo de decir que tienen una obra suya», comenta conforme con su trabajo Santapau
Toda una vida en ARCO
Desde sus inicios, la galería está presente en la feria de arte contemporáneo que se lleva adelante en Madrid, un acontecimiento en el que, como ellos mismos reconocen, les sería extraño no estar. Un espacio que manejan y les gusta, que les sienta cómodo y que aprovechan al máximo como vitrina de sus artistas y sus obras.
«ARCO es una feria que apoyamos muchísimo y éste ya es nuestro séptimo año. Creo que lo están haciendo cada vez mejor, teniendo en cuenta que les han tocado años muy difíciles. Estamos muy orgullosos de nuestra feria», asegura la directora.
Casado Santapau apuesta año tras año por demostrar en ARCOmadrid por qué se ha convertido en una marca de referencia dentro del mundo del arte y su puesta en escena deja en evidencia el trabajo que realizan los meses previos al acontecimiento. «Hacemos un gran despliegue, tenemos un estand muy grande y ahí ponemos toda la carne al asador. Con cada uno de nuestros artistas llevamos trabajando ARCO desde hace casi seis meses para que nos preparen piezas especialmente para la feria», concluye.
Los preparativos para el evento comienzan con anticipación, conscientes de la importancia de la feria y del protagonismo que le darán a muchos de sus artistas, la galería asume la responsabilidad de un intenso trabajo. «Buscamos que el estand sea redondo», dice entusiasmada Concha Santapau.
Todos los aristas que presentan en en la feria tienen diferentes lenguajes aunque haya una línea de conexión que lo ligue todo y son los galeristas los encargados de lograr que aquellas obras encajen, tarea no siempre sencilla. «Llegas ahí piensas que lo llevas todo listo y luego hay que saber cómo colgar cada pieza para que no se molesten, para que todas funcionen», cuenta la socia.
Una esfuerzo que al final para esta galería madrileña trae su recompensa. Porque como lo define Santapau, formar parte de ARCO no solo es un disfrute personal, sino que además ayuda año a año a que la galería se consolide.
«Trabajamos tanto que cuando lo ponemos en escena, estamos orgullosos. Económicamente es un gran empuje para la galería, nos va muy bien, solemos vender casi todo lo que llevamos, es un éxito», cuenta satisfecha la parte femenina del equipo. Además, aquel encuentro se vuelve para ellos un lugar delicioso para la toma de contacto no solo con sus coleccionistas sino también con aquellos curiosos que los han ido observando año tras año y un día deciden abrir la puerta de Casado Santapu.
«Trabajamos muchísimo pero cuando llega el domingo y hay que embalar para irse me da mucha pena, a pesar de la paliza que son esos días siempre nos trae cosas nuevas», concluye Santapau a la espera de una nueva feria.