Ignacio Castro Rey: «El 15M y Podemos son de lo mejor que ha producido Marca España»
Ignacio Castro Rey es escritor, filósofo y crítico de arte. Y aunque en su currículum no aparece la profesión de periodista su relación desde pequeño con la «buena información y los ejemplos de buen periodismo» lo prepararon para desembarcar en el mundo de la prensa y colabora con FronteraD. «Hasta he sido microperiodista», cuenta.
Nacido en Santiago de Compostela, este gallego hace un llamamiento a la reflexión, a captar lo que está fuera del campo que nos es común, «lo de afuera», y «a pisar un terreno primario al menos una vez al día, no estar siempre rodeados por la cultura».
Se escapa a los encasillamientos, a moverse siempre dentro de los mismos círculos de confort y dejándolo claro comienza la charla con los alumnos del Máster ABC diciendo «me encanta hablar con gente que no es de mi gremio».
Es crítico a la hora de hablar de la sociedad actual en la que asegura que cada vez le cuesta más detenerse para mirar alrededor, lo que hace perder la percepción del mundo. «Sospechamos de todo aquello que nos rodea y que no se detiene. Desconfiamos de lo que se para, de lo que se calla, de los silencios», señala. «Solemos volvernos el eje principal sin mirar lo que hay más acá», dice.
Por eso, el filósofo cree que el ser humano requiere de un espacio «para desconectar» y así poder observar realmente lo que es el mundo. Y quizás ese haya sido uno de los motivos que llevó a este hombre, que tiene claro que cualquiera en menos de media hora puede volverse invisible para los demás, a pasar más de 1.000 días retirado en una cabaña «en el fin del mundo». Un experiencia que le sirvió para romper con todo y para comprobar que se puede estar alejado pero que a la vuelta, el mundo sigue siendo bastante parecido, «nada cambia por nosotros».
Para Ignacio Castro Rey cada vez es más difícil palpar algo real dentro de un mundo en el que se ha perdido el poder de observación. Pregona por un sector político capaz de tocar la vida real para así entender al ciudadano, lo que le pasa, lo que siente, o cómo vive. «Todos los partidos políticos deberían de tener a alguien sin acceso a ningún otro tipo de información más que lo que sucede en la calle», sentencia.
«Estamos siempre en el campo de lo esperado, por eso lo inesperado siempre nos pilla», se lamenta este el filósofo
Reflexión y búsqueda en el periodismo
Esta realidad a la que hace referencia no es ajena al mundo del periodismo para este profesor del Instituto Cervantes. Porque allí también es necesario hacer una parada, sentarse a percibir y dejar de conocer cualquier tipo de crisis por quinta versión en lugar de ir tras ella. En momentos en los cuales los profesionales de la comunicación se ven cada vez más limitados a repetir sin más la consigna de ganar en cantidad e inmediatez asegura que así se está al «borde de la inmoralidad».
Para Castro Rey, el periodista se enfrenta con su peor enemigo que es la inercia del gremio. La circulación sin fin y la prohibición de pararse a pensar y sentir.
Anima a llevar adelante un ejercicio que considera «fundamental». Se trata de bajar al Metro, desconectarse, llevar tan solo papel en blanco para tomar notas de la gente, «el resultado sería sorprendente» afirma. Sobre todo para darle lugar a nuevas historias que vayan más allá de las noticias a las que define como «un formato de violencia que utiliza la lógica del impacto continuo».
Pero para Ignacio Castro Rey no es una simple casualidad la carga negativa de las noticias. Relaciona esta negatividad con la necesidad del hombre de recibir malas noticias porque «las buenas le aburren» y necesita de las malas para «sentirse vivo». Y es que, para el filósofo gallego, «anestesiar la sensibilidad es la finalidad de la noticia».
Durante la época del franquismo militó en la resistencia al régimen y resalta que en aquella época el enemigo era más fácil de identificar. En la actualidad no es claro cuáles son, lo que no quita que los tiempos hayan mejorado.
Ignacio Castro Rey también hace un espacio para la política. No ve un posible cambio a corto plazo, ni una revolución que acabe con todo de un día para el otro. Pero fiel a su estilo cómico y un tanto exagerado sentencia, «El 15M y Podemos son de los productos, junto con alguna marca de vinos, que mejor ha producido la Marca España en los últimos 20 años. Pocas cosas han sido tan cosmopolíticas, tan internacionales y novedosas en el mercado mundial», sentencia.