«El sector cultural está totalmente desatendido por el Gobierno»
Tras el Museo Reina Sofía se encuentra el madrileño barrio de Lavapiés, un entramado de calles empinadas y estrechas como Doctor Fourquet, el nuevo centro neurálgico del arte contemporáneo en España.
Son varios los jóvenes empresarios que decidieron abrir en esta vía su galería, refugiados por la sombra del gran museo español de arte contemporáneo. Es el caso de Joaquín García, quien tras siete años aprendiendo de la Dama con mayúscula del arte en España, Helga de Alvear, decidió crear García Galería (Doctor Fourquet, 8), un espacio en el que se tienen cabida todo tipo de artistas.
«Apostamos por el arte que sea bueno», resume el director, Joaquín García, quien tras abrir la galería en el año 2012, en plena crisis económica, hace un balance «muy positivo dentro del contexto que estábamos viviendo».
Con dos años y medio de recorrido, García Galería estará presente en la próxima Feria Internacional de ARCO, un evento que reunirá a galerías de todo el mundo y pondrá de nuevo el foco del arte en Madrid.
«ARCO es fundamental», afirma García, «permite tener acceso a clientes nuevos y es un punto de concentración tanto en el tiempo como en el espacio». Un evento alrededor del que gira el sector del arte español, que ayuda además «a que otras galerías conozcan a tus artistas, y puedan exponer fuera del país».
En el caso de García Galería, su expositor se encontrará en Opening, un espacio dentro de ARCO que reune a galerías jóvenes y que por primera vez este año se abre también a las españolas. «En Opening tenemos nuestro espacio, la galería se encuentra mucho más contextualizada entre otras de un recorrido similar», comenta García, y asegura que «esperamos que este sea el principio de un camino conjunto entre la galería y ARCO».
Los tres pilares
El número 8 de Doctor Fourquet refleja a la perfección lo que es García Galería. Una pequeña puerta invita a adentrarse en un local donde lo que mandan son las obras de arte, y el cicerone que guía entre ellas es quien mejor las conoce: el propio Grcía.
«Una galería se sustenta sobre tres pilares fundamentales: el galerista, el artista y los coleccionistas», resume García, quien define su propia labor como «ser el puente entre artistas y coleccionistas». Actualmente, García Galería cuenta con siete artistas, siete nombres que se reflejan en los archivadores del despacho de Joaquín, pero que sobre todo están presentes en las paredes. «Existen contratos de exclusividad total», explica el director, «pero para mí ellos deben contar con otras galerías en otros territorios, es algo básico que les permitirá tener acceso a otras instituciones y a otros coleccionistas».
La historia de Joaquín García con cada artista es diferente, pequeños ladrillos que conforman su galería. «Hay muchos artistas que me gustan pero que no pueden trabajar conmigo, luego hay otros con los que tienes esa fabulosa oportunidad», comenta. Como por ejemplo Karlos Gil, con el que se inauguró García Galería y que será quien exponga durante ARCO. O Francesc Ruiz, a quien García conoce desde hace años. O Rasmus Nialausen, una recomendación de un amigo que conocía su gusto por la pintura figurativa.
Elena Bajo, Luz Broto o David Mutiloa son otros de los artistas que vistieron las paredes de la galería. Pero hay una más, muy especial para García. Se trata de Patricia Gadea, fallecida en 2006, pero cuya obra no ha caído en el olvido. «Patricia era una artista muy interesante que no tuvo la atención que merecía», reivindica, orgulloso de que los cuadros de la artista estén hoy en día expuestos en el Museo Reina Sofía, conformando la primera retrospectiva sobre ella. «Es muy satisfactorio el éxito que está teniendo la exposición, que para mí es también un homenaje a una generación de artistas que me marcaron de adolescente», confiesa García.
Desde su galería, García se muestra un firme defensor de la labor que están llevando a cabo las instituciones españolas en estos momentos. «Es algo heróico», asegura, «antes de la crisis ya estaban bastante justas de presupuesto, pero ahora están sufriendo unos recortes desproporcionados». Se define como un ‘fan’ del Reina Sofía, que recuerda como «un museo en decadencia» al que ahora han convertido en «un museo de referencia internacional».
«El arte es como el fútbol»
Suele ser frecuente que, al pasear por las salas de un museo como el Reina Sofía, se escuchen frases como «eso lo hace un niño de cuatro años». «Yo invito a esa gente a que lo intente, porque igual cuando se ponen ven que no les sale», zanja García, quien añade que «los artistas trabajan muy duro para llegar hasta ahí».
El arte para el galerista «es como el fútbol, si no tienes información, si no sabes lo que es un fuera de juego, no lo puedes entender», añade. Para García, el mejor ejemplo de esta afirmación es el cuadro de Las Meninas, un símbolo del arte español que casi todo el mundo conoce. «Yo tengo un libro en casa de casi 300 páginas que intenta explicarte el cuadro de Velázquez, y los expertos aún no se han puesto de acuerdo», cuenta. Quizá por eso, él define el arte como «aquello que no siempre se ve». «La gente piensa que por distinguir el objeto en una tela está todo dicho, pero el arte no solo es eso, y en realidad es más interesante cuando no es solo eso», repite vehemente.
Quizá uno de los principales problemas en el mundo del arte contemporáneo español es «la frustración de lo que pudo y no llegó a ser», aventura García, un problema del que partiría la desconexión con el público general y con la esfera política del país. «En España se vivió una edad de plata en la que podía compararse Madrid con cualquier capital europea», explica, un sueño que en palabras de García, «fue cercenado por la Guerra Civil y la dictadura franquista». Sin embargo, con la Transición se fue recuperando el esplendor del arte español, donde «fueron fundamentales las Vanguardias de los años 50 y 60».
Pero para García hay dos décadas mágicas, los 70 y los 80, porque «me crié en ellas y se están empezando a revindicar ahora, a través de artistas como Esther Ferrer o Juan Hidalgo». Además, y por «cuestión generacional», apostilló, destaca el trabajo de artistas que empezaron a finales de los 90, aquellos que se formaron junto a él y que están sufriendo la crisis.
Galeristas, artistas, coleccionistas y público en general esperan con ansia la próxima edición de ARCO, que tendrá lugar entre el 25 de febrero y el 1 de marzo de 2015. Será entonces cuando las galerías se muden a IFEMA por unos días, pero las estrechas aceras de Doctor Fourquet seguirán emulando los amplios pasillos de un museo por mucho tiempo.