Virginia Pérez Alonso: «Hay veces que gana tu profesión, otras veces tu familia… y hay días que pierde todo»
Por Eva Bárcena y Cristian Quimbiulco
El 60% de los estudiantes de las facultades de comunicación españolas son mujeres. Solo el 20% serán directivas de una empresa. De hecho, solo hay un 17% de mujeres en los consejos de administración de los medios. Algunos ni siquiera tienen una mujer sentada en su mesa.
De los 15 periódicos en papel que ocupan los primeros puestos en el EGM, solo hay uno dirigido por una mujer, La Nueva España. Las cuatro cabeceras principales nunca en la historia han tenido una directora.
Son algunos de los datos publicados por la FAPE que utilizaron Virginia Pérez Alonso, de 20 minutos; Marilín Gonzalo, de eldiario.es y Pilar Velasco, de la cadena Ser; para visibilizar lo invisible: la situación de las mujeres en el periodismo. Una charla que se organizó tras las quejas en Twitter por la falta de ponentes femeninas en el XVI Congreso de Periodismo Digital de Huesca.
«Es un tema que no tengo claro, porque aún estoy reflexionando de si alguna vez yo había pensado sobre la visibilidad», ha comentado Pilar Velasco, dedicada a la investigación periodística. «Nunca he tenido una jefa mujer ni una compañera mujer. Cuando pasan 15 años te das cuenta que no puede ser una coincidencia», añadió. A Velasco le ha tocado tratar con fuentes que solo se dirigían a su jefe. «Al final, prefería quedar con la fuente yo sola o acabaría montando ‘un pollo’ », ha bromeado.
Marilín Gonzalo cree que es «obvia» la existencia de un techo de cristal. «La gente no es consciente, no busca verlo ni tampoco lo ve», ha explicado. Al igual que sus compañeras, incidió en que un equipo de personas donde solamente hay un género tomando decisiones «produce un desequilibrio y no contempla otra forma de hacer las cosas». De hecho, Gonzalo ha puesto sobre la mesa estudios a nivel mundial que demuestran que equipos de trabajo en igualdad «tienen más inteligencia colectiva, son más eficaces y logran mejores niveles tanto de ingresos como de satisfacción de los clientes».
Pero, ¿por qué esta falta de mujeres en puestos de responsabilidad? «No es blanco sobre negro ni una situación simple», ha asegurado Gonzalo. Por un lado, está la comodidad, gente que «se queda en un sitio porque ya tiene bastantes batallas que pelear». Pero también una importante situación de desigualdad. «Si quien está arriba no empieza a tomar medidas para meter a las mujeres en las listas y darles voz, es muy difícil para las de abajo revertir la situación», ha incidido la periodista. Entre otros ejemplos, las tres sacaron a relucir cómo «las mujeres hablan más bajo, los temas de ellas no suelen aprobarse y son las más interrumpidas en las reuniones».
Aunque quizá el mayor ejemplo de esta desigualdad lo ha planteado Velasco. «Cuando falleció José Saramago, hicimos una lista de 20 escritores para entrevistarles. Nos salieron 20 hombres», ha asegurado. «Son cosas que pasan de manera inconsciente, tiene que haber alguien que vaya poniendo alarmas».
La exposición de las mujeres en internet
Según la tesis doctoral sobre la brecha de género en internet publicada por el periodista Iker Merchán a principios de año, el 92% de las personas que el establishment considera influyentes en la red son hombres. Merchán estudió 339 blogs y descubrió que las mujeres solo son el 17% de los blogs influyentes, que estaban acotados a áreas temáticas «para mujeres»: moda, niños, decoración, cocina…
Para su elaboración, se entrevistó con las que los expertos consideran las diez mujeres más influyentes en internet. «Todas contestaron que no se consideraban influyentes, que no habían perdido oportunidades por ser mujeres, que tuvieron suerte… », ha comentado Gonzalo, «después, te leía los datos de la situación real y te dabas cuenta de que había una realidad que no estabas viendo».
Posiblemente una de las mayores batallas que las mujeres libran aún en la web es la de los comentarios. «Las críticas públicas hacia las mujeres son dirigidas a su aspecto físico o a su vida personal», ha lamentado Pérez Alonso, «las obvias, no haces ni caso, pero yo leo blogs de hombres y nunca he visto ningún comentario referido a su aspecto físico». En esa línea se quejaba también Gonzalo. «Con ataques de este tipo no te puedes defender, si critican tu trabajo puedes hablar de él y de cómo lo hiciste, pero no me voy a poner a discutir de mi vida privada».
Velasco llevó la discusión un paso más allá. La periodista radiofónica ha asegurado que en más de una ocasión le ha tocado defender a sus compañeras de acusaciones personales o de críticas hacia su físico. «Según el tema que estés haciendo, o te has liado con el empresario o con tu jefe», ha criticado.
«Como las mujeres han logrado ciertas cosas, parece que ya no hace falta estar tan activo en este tema, ha quedado latente», ha reflexionado Gonzalo, ofreciendo un dato más: de las 25 personas más influyentes de internet en el año 2014, solo 3 eran mujeres.
Ejemplos para la esperanza
En el año 2011, Jill Abramson consiguió ser la primera directora en la historia de The New York Times. Dos años después, Natalie Nougayrède se convertía en directora de Le Monde. «Parecía que por fin las mujeres llegaban a la dirección, pero no fue así», ha lamentado Pérez Alonso. Ambas eran cesadas y Abramson demostró que sufrió no solo acusaciones machistas, sino también discriminación salarial mientras ostentó el cargo.
Pero las mujeres no han dejado de demostrar que «quieren dirigir un gran periódico de influencia», tal y como ha señalado Velasco. Un ejemplo está en el proceso abierto por The Guardian para el cargo de director, en el que 3 de los 4 precandidatos son mujeres. O en Colombia, donde algunos de los medios «más innovadores y punteros» están dirigidos por mujeres, como La silla vacía, bajo las órdenes de Juanita León.
Quizá la receta para ello está en olvidar el mito de la mujer superheroína. «No podemos con todo: pareja, hijos, trabajo.. Es imposible, hay mujeres que han tenido que dejar cosas de lado para priorizar en lo que querían», ha comentado Gonzalo. «Todas tendemos a hacernos la pregunta de si hemos priorizado familia o trabajo en términos globales, pero la conclusión a la que yo he llegado es que es una pregunta que hay que resolver en el día a día», ha afirmado Pérez Alonso. «Hay veces que gana tu profesión, otras veces tu familia… Y hay días que pierde todo».
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