Retiro

El running conquista El Retiro

Domingo, 09:00 horas de la mañana. Podría ser un domingo cualquiera; un domingo de churros y café, pero como todos los fines de semana Madrid espera el pistoletazo de salida de la carrera popular que corresponda. El pasado domingo 25 de octubre una nueva edición de la Carrera Popular del Distrito de Retiro —y con esta van once— paralizó el barrio y tomó el parque del Retiro. Rocío, tras cruzar la meta, es incapaz de contar las carreras que ha corrido. «Me aficioné al running por culpa de un compañero de trabajo y ahora, tras 10 años corriendo, he perdido la cuenta». Esta carrera se ha vuelto una clásica entre los «runners», y encabeza la lista de favoritas, detrás eso sí, de la San Silvestre Vallecana. Pero no solo esta carrera llena el parque de corredores. El Retiro, con sus 125 hectáreas, se ha convertido en el gimnasio del barrio y es habitual ver a corredores a cualquier hora del día.

Un corredor cruza la meta de la Carrera Popular del Distrito de Retiro. Foto: Esther Blanco.
Un corredor cruza la meta de la Carrera Popular del Distrito de Retiro. Foto: E.Blanco.

«Mi gimnasio es el Retiro»

Pablo Martín es el responsable de Madrid Running Company, una pequeña tienda de running que después de diez años ha encontrado su lugar en el distrito Retiro entre edificios y tiendas de alimentación. También él, con su cuerpo menudo, su barba de varios días y sus ojos marrones, es el encargado de coordinar los grupos de entrenamiento que la tienda puso en marcha hace nueve años. Una iniciativa que nació de forma casual gracias a un grupo de corredoras y clientas. Ellas, «runners» habituales, querían crear un grupo de mujeres corredoras y buscaban entrenadores. Ellos tenían la formación, las ganas y la ilusión.

Actualmente, Madrid Running Company cuenta con casi 600 socios —y a mitad de temporada alcanzan los 800-900 corredores—, diez entrenadores y cuatro niveles de entrenamiento: iniciación, básico, medio y avanzado. Si se le pregunta a Pablo por qué estos entrenamientos tienen tanto éxito la respuesta es contundente: «Esto no es solo running y ya está. Queremos que además de una actividad saludable, sea algo divertido. Organizamos planes de entrenamiento que no solo se basan en correr; alternamos los planes semanales y esto, al final, se ha convertido en una gran familia que no solo sale a correr». Los corredores que se apuntan lo hacen buscando orientación profesional, pero si se presta atención entre las paredes de esta tienda —llena de zapatillas y dorsales con grandes nombres— uno acaba descubriendo cómo se ha creado una pequeña familia. Las conversaciones más habituales versan sobre cumpleaños, zapatillas y la preparación de la próxima carrera.

Camisetas de entrenamiento de Madrid Running Company. Foto: Esther Blanco
Camisetas de entrenamiento de Madrid Running Company. Foto: E. Blanco

Bajo las premisas de «mi barrio corre», «tengo una misión» o «mi gimnasio es el Retiro»,  el lugar tampoco es aleatorio y los entrenamientos son en el Retiro. Pulmón verde de la capital, su cercanía parece ser la principal razón por la que todos eligen este parque para correr pero, aunque es un factor que influye, no es el único. «Reúne todas las condiciones para un buen entrenamiento. Tiene llanos, cuestas y escaleras además de espacios en los que se pueden realizar los ejercicios complementarios. En el Paseo de coches se pueden realizar series o incluso en el Bosque de los Ausentes si buscas huir de la gente. El único problema que tiene es la falta de iluminación en invierno pero las grandes calles siempre están iluminadas», explica Pablo.

Claves del éxito

Muchos corredores achacan la pasión que despierta este deporte a la crisis económica porque es muy asequible y solo se necesitan unas zapatillas. Pablo, sin embargo, tiene su propia opinión. Para él la sociedad ha sufrido un cambio y «cada vez somos más conscientes de que hay que hacer ejercicio para estar saludables y el running se adapta al ritmo de las grandes ciudades: no tiene horarios y en poco tiempo se puede realizar un entrenamiento completo». Otra de sus grandes facetas, la social, tampoco pasa desapercibida. «El running tiene una parte social de la que la gente no era consciente. Lo habitual era salir solo a correr y, ahora, por el contrario, la gente asume de forma natural que puede salir acompañada. Y lo quiere hacer», apunta Pablo.

La rápida mejoría es algo que también ayuda a sus aficionados. «Todo el mundo puede llegar a correr y lo primero para disfrutar es tener pocas pretensiones e ir poco a poco. Esto tampoco puede ser una obligación, tiene que hacerse cuando apetezca y para escapar de la rutina», explica Pablo. Un consejo: ponerse las zapatillas y retarse. La clave: quedarse con ganas de más. «Quedarse con ganas de más es la garantía de que al día siguiente vas a volver», concluye.

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