Hortaleza

Un desahucio esquizofrénico

Rosa se queda REPORTAJE

Rosa vive con su hijo en un piso que fue embargado sin que ellos lo supieran. Incapacitada y diagnosticada de esquizofrenia, se ha visto obligada a recurrir al apoyo de sus vecinos de Hortaleza para no quedarse en la calle. Esta es la historia de un desahucio no anunciado.

Hace 25 años que vive en el barrio de Canillas junto a su hijo Álvaro de 27 años, que la ayuda económicamente. Ella apenas cobra 206 euros por la enfermedad que padece. «Estoy viviendo con mi madre porque no se puede auto gestionar y con esa pensión no le llega para nada», cuenta Álvaro. En 2004 Rosa se divorció de su marido, con el que no mantiene ninguna relación desde entonces.

El origen de este embargo es una deuda de 100.000 euros contraída por Jesús -su exmarido- que se había hipotecado tras comprar una casa en Alcalá de Henares. Rebuscando entre los posibles bienes a embargar, el banco acreedor encontró la propiedad de Rosa, que estaba en situación de bienes gananciales. «Los problemas se podrían haber evitado si se hubiese hecho una liquidación de los bienes gananciales, ya que solo habrían embargado su parte, y negociar hubiera sido más factible», comenta Álvaro.

En 2010, el hijo de Rosa recibió una primera notificación de embargo por sorpresa. La casa ya tenía dueño y había sido subastada por Bankia «por un precio irrisorio, unos 80.000 euros, la mitad de su valor real de mercado. Además como no nos enteramos, no pudimos entrar en la subasta» se lamenta. El joven no sabía que la deuda de su padre les iba a dejar en la calle.

La lucha de Álvaro, un amor de madre

De Álvaro solo salen palabras de devoción hacia su madre. La considera una víctima del drama de los desahucios y denuncia la situación en la que se encuentra. Además, habla de la frialdad con la que actuó la entidad bancaria al vender una vivienda todavía habitada. La familia contactó con el comprador pero les pedía 800 euros por alquilar su propia casa. «Te podrás imaginar la humanidad de ese señor» sentencia.

La realidad es que el Álvaro está haciendo todo lo que está en su mano para evitar a toda costa el inminente desahucio de su madre. Ha presentado numerosos recursos en el Juzgado de Alcalá, pero el juez los ha desestimado y la sentencia es firme.

El barrio de Hortaleza se ha volcado con Rosa porque dicen que este desahucio «atenta contra los Derechos Humanos». Asociaciones vecinales como la Oficina de Apoyo Mutuo y Asociación Vecinal Nudo de Manoteras, han creado la campaña #RosaSeQueda en las redes sociales para movilizar al vecindario y evitar este desahucio no anunciado.

Paralización temporal del desahucio

El desahucio estaba programado para el viernes 30 de octubre. Sin embargo, el martes de esa misma semana el Juzgado aceptó paralizar el lanzamiento. Gracias al apoyo de las Asociaciones de Vecinos y la actuación de la Concejalía, la familia ha ganado algo de tiempo.

En un primer momento les ofrecieron una indemnización para pagar un mes de alquiler, pero las condiciones de Rosa exigen «una solución habitacional mejor». Desde entonces Álvaro, quien afronta la situación con una entereza asombrosa, no ha dejado llamar a todas las puertas posibles. Aunque el tiempo sigue jugando en su contra, la paralización del desahucio les permite presentar más documentación mientras se resuelve el caso.

La familia mantiene la esperanza de encontrar un acuerdo que se ajuste a sus necesidades. Álvaro lo tiene claro: «Queremos una condiciones para vivir dignamente». La única alternativa factible sería agilizar los trámites para conseguir una vivienda a través del Instituto de Vivienda de Madrid; mientras tanto hay una cosa segura, Rosa se queda al menos un mes más.

Un comentario en «Un desahucio esquizofrénico»

  • Enhorabuena por tu primera publicación. Ánimo y a ver si podemos oírte pronto en la radio ……. deportiva.

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