Los «Jóvenes Científicos» invaden el barrio de Tetuán
Científicos de diferentes puntos de Madrid se han acercado a Tetuán para contestar a estas y otras preguntas aprovechando la «excusa» de la convocatoria de la XV la Semana de la Ciencia.
No hace falta ser un jedi para conseguirlo. Así nos lo ha demostrado «La Biothèque», encargada de traer al barrio los conocimientos necesarios para sus «Jóvenes Científicos». Aunque su nombre impone respeto y su exposición se desarrolla por expertos en la materia, han sabido adecuar su contenido para que sea accesible para todos los públicos. Si no que se lo pregunten a Paletabix, uno de los archienemigos de Asterix y Obelix, que ha formado parte de alguna ponencia.
¿Y quién está detrás de todo esto? La idea de crear «La Biothèque» nació en 2007 cuando Nuria Serrano Vinagre y Sergio Espeso-Gil, nuestros jedis de la ciencia, estaban aún estudiando la carrera de Biología. Inicialmente querían crear un blog en el que noticias científicas por el simple placer de poner a disposición de todos una «librería» científica, y de ahí su nombre. Con el tiempo, asumieron el valor que tiene la divulgación científica y detectaron la escasez de este tipo de medios por lo que reenfocaron sus publicaciones en el blog y decidieron dar el salto a la organización de eventos. Cuatro años después llevaron a cabo esta idea y no encontraron mejor lugar que el distrito de Tetuán.
Poco después, llegó en 2012 una propuesta de la «Catedral de la Innovación», un espacio de divulgación que pretende ser un estímulo para la generación y ampliación de nuevas idea del Ayuntamiento de Madrid con quien ya habían trabajado en su primer evento con resultados satisfactorios. Estos jedis apostaron por demostrar que la juventud no era sinónimo de desconocimiento y se propusieron demostrarlo. Así nacieron las jornadas «Jóvenes Científicos». No fue una decisión que tomaran a la ligera, ya que el trabajo en su preparación es una carrera de fondo. Se comienza en el primer semestre del año, en general tramitando los acuerdos con las distintas administraciones. Se continúa en abril con la convocatoria de los científicos que quieran participar. Hasta julio hay una tregua para que sus ponentes puedan preparar el proyecto que quieren presentar. A partir de ahí, solo queda el trabajo web, visual y organizativo.
«Jóvenes Científicos»
El nuevo episodio de Star Wars ha revolucionado a todo el mundo y los científicos se han unido a ellos. Aunque esta no ha sido su temática principal. Para los que no lo sepan, el 2015 es el año del suelo y de la luz, por eso estos temas también han sido protagonistas. «La biothèque» ha explorado la naturaleza a través de un microscopio para acercar la biotecnología y la ecología a todos los asistentes, pero también han utilizado un telescopio para visitar la Vía Láctea para enseñar sobre astronomía.
Tampoco han podido dejar de lado a «Seres de otro planeta», título de la jornada del pasado martes, que trató sobre biología celular, molecular y microbiología, explicando científicamente las mutaciones o similitudes con animales que se pueden encontrar diariamente o la desmitificación de algunos venenos como el arsénico.
Aunque aún no han acabado las charlas en Madrid, tuvieron que colgar el cartel de aforo completo en la jornada «La fuerza de lo minúsculo» del pasado viernes día 6 de noviembre, en la que se habló de si la personalidad tiene una base genética o psicológica; es decir, si es intrínseca o si se forma con el paso del tiempo. El éxito de estas jornadas en ediciones anteriores les ha llevado a realizarlas también en Barcelona, que tuvieron lugar el pasado octubre. Allí la jornada que más aceptación tuvo fue la que desarrolló temas relacionados con la nutrición. ¡Vaya variedad!
El lado bueno de la fuerza
Nuria Serrano y Sergio Espeso-Gil no están solos. Les acompañan en esta aventura seis padawans que dedican las pocas horas libres que les dejan sus trabajos y estudios para resolver sus inquietudes y a compartir sus conocimientos con todos los curiosos de la ciencia. Los miembros de «La Biothèque» diversifican sus funciones que dependen de sus propios gustos. Así, hay miembros que se dedican a la publicación mientras otros se centran en las tareas organizativas. Sus muchas horas de trabajo no les desaniman. Son conscientes de que tienen que mantener una dura disciplina de trabajo de forma constante. Por este motivo, han aprendido a organizarse, siempre de común acuerdo, y no dejan de convocar y animar a participar con ellos a cualquiera con formación científica que quiera colaborar.
Si quieres conocerlos más, solo tienes que pinchar aquí.
¡Que la ciencia os acompañe!
Autores: Rocio Fernández de Buján/Lorena López