El amor al «libro viejo»
Subiendo por la calle Raimundo Fernández Villaverde en dirección a Cuatro Caminos cerca de la glorieta, en el número 27, se encuentra una de las pocas librerías de segunda mano que quedan en Madrid. Su actual propietario, Juan Carlos, está enamorado del oficio y considera que su tienda no es un negocio corriente.
Su historia comienza en los últimos años de la Guerra Civil, cuando el abuelo de Juan Carlos, inicia la compra de todo tipo de artículos-como cuadros, libros o incluso ropa- para luego venderlos en un puesto de segunda mano. Su hijo, y padre de Juan Carlos, le ayudó en el negocio desde muy pequeño recorriendo los barrios en busca de clientes. Con el paso de los años, el negocio creció y consiguieron comprar su primera tienda, en la calle Fernández de los Ríos.
Aunque el oficio de su abuelo y sus padres era de tipo generalista y en él se vendían todo tipo de artículos, lo que más cuidaron y tuvieron siempre fueron libros. Por ello, Juan Carlos -junto con sus dos hermanos, Javier y Soraya- decidieron centrarse únicamente en la compraventa de libros, y lo bautizaron como «Librería Ábaco».
Es fácil perderse por sus estanterías. Dejar que pase el tiempo recorriendo con la vista y cogiendo y deshojando los miles de volúmenes que hay en sus baldas intentando encontrar esa «joyita oculta» que va a entusiasmar. Entrar en esta librería es, sin duda, una forma perfecta y placentera de viajar a través del tiempo.
En estos establecimientos el cliente siempre se encuentra sorpresas. A veces se entra preguntando por un determinado libro, pero la mayor parte de los habituales, entran a ver qué descubren. Y casi siempre salen con algo que ansiaban aunque no lo buscaban. Es el amor al libro lo que lleva a pensar que si uno se desprende de él, otro puede aprovecharlo.
El negocio creció y decidieron ampliarlo con un nuevo local en la calle Dulcinea. A los pocos años el local, se les había quedado pequeño, aunque no lo era. Tuvieron que venderlo para situarse, desde el año 2006, en uno más amplio en la calle Raimundo Fernández Villaverde.
Juan Carlos es el mayor de los hermanos, lleva casi 40 de librero y ha visto cómo, en unos pocos años, su negocio pasaba de estar en continuo crecimiento a entrar en una profunda crisis: la del libro electrónico. «Cada vez se consumen menos. La gente prefiere los ebooks, son más cómodos y económicos. Algunos de los libros ya ni se editan en papel, salen directamente en formato electrónico o se encuentran subidos a la red». Con esta crisis, Juan Carlos ha tenido que recurrir a distintas ofertas hasta llegar a vender miles de ellos por menos de cinco euros.
Su librería cuenta con más de 8.000 ejemplares de temática muy variada. Hay libros técnicos de arquitectura, ingeniería, economía, arte, derecho, ciencias, política… otros más de divertimento o de aficiones como los de cocina o tauromaquia y, otros muchos son de literatura, poesía y sobre todo novela.
«Más del 80% de los ejemplares que hay aquí están descatalogados, hay muchas personas que vienen buscando no solo un libro, sino una pieza histórica». Desde que empezó en esta profesión no ha dejado de leer uno tras otro, no solo por afición, sino porque forma parte de su oficio «como buen comerciante tengo que conocer mi producto, la mayoría de gente que entra aquí no busca un libro en concreto, sino que ojean durante unos minutos las estanterías, me preguntan acerca de distintos temas y tengo que saber contestarles».
No tiene un libro favorito, podría elegir hasta cinco diferentes de cada tema. La obra más antigua que posee, data del año 1.500, son cuatro tomos de una segunda edición «Las obras de Santa Teresa de Jesús», en venta por 2.000 euros.
Como él no tiene hijos confía, aunque sabe que hoy día es bastante complicado, que sus sobrinos continúen con la tradición familiar que un día comenzó su abuelo.