Salamanca: un distrito cada vez más pobre

Glamour, elegancia y prestigio. Así definen al distrito Salamanca, de 147 mil habitantes. Es considerado una de las mejores zonas de España para vivir. Cuenta con arquitectura clásica, vanguardista y moderna que da sitio a las mejores tiendas, museos, restaurantes y edificios de la ciudad madrileña.

Sin embargo, la conformidad de sus vecinos es plena: basura, poco parking, mal olor y desecho de los animales es el lado no contado por los agentes inmobiliarios de las lujosas viviendas y fashionistas que se pasean constantemente por las calles de Goya, Lista y Recolectos.

La basura, las colillas y heces de perros son las principales desconformidades de los vecinos de Guindalera, y es que solo hay que echar un vistazo desde  la calle Francisco Silvela hasta Avenida de América, para encontrar la basura en el suelo. «Sí recogen la basura, pero mira el resto de Salamanca. Nunca vas a ver estas cochinadas de perros» –decía María Fernández, vecina del barrio.

No todos los barrios del distrito viven el mismo ambiente, como es el caso de La Guindalera, al que muchos lo consideran el «patito feo de Salamanca». En él, la inseguridad parece ser el toque distintivo del resto de los barrios. Para sus vecinos, en gran mayoría de avanzada edad, las quejas no se enfocan en el parking. «No podemos ir al banco solos, tenemos que ir acompañados. Se aprovechan de nuestra pausada movilidad, nos roban y salen corriendo», cuenta el residente, Don Gregorio, de su última experiencia al ir a un cajero automático ubicado a pocas cuadras de su piso.

Guindalera es un barrio tranquilo. Los problemas desagradan a los vecinos que por su cercanía a los supermercados, tiendas y hospitales, sustituyen el metro por el andar.

En el oeste y sur del distrito –Recolectos y calle de Alcalá– las tiendas y lugares de ocio son excusas suficientes para mantener limpia las principales calles. Sin embargo, los vecinos se quejan de ellos mismos, alegando que «el ser humano, cada vez es menos humano. Aquí no tenemos conciencia a la hora de tirar la basura. No medimos nuestros actos y actuamos sin pensar», decía Liz López, «típica» vecina de Recolectos, como ella misma se define. Sale a tomar el té con sus amigas vecinas. Camina mucho porque le gusta pasear a su perro. Y quién, descaradamente, entre risas y pena, admite no recoger los heces por «olvidar la bolsa». Como ella, también está Carlota, mamá soltera y habitante de Lista, que considera desagradable el nivel al que hemos llegado, «yo no lo hago. Pero si veo a muchas personas tirando basura en la calle. Y cada vez son más».

Los habitantes de Salamanca admiten que puede existir cierta preferencia por «mantener bonito lo que es bonito», atribuyéndole la responsabilidad absoluta al gobierno. Es claramente notoria la diferencia, en cuanto a basura y limpieza, entre La Guindalera y el resto del distrito.

Madrilánea realizó una encuesta a 17 hombres y mujeres, entre 23 y 62 años, habitantes de los barrios Goya, Lista, La Guindalera, Recolectos, La Castellana y Fuentes del Berro, que arrojaron el siguiente resultado y de los que se concluyó este reportaje:

• 10 admitieron haber lanzado basura en su barrio
• 4 de no recoger todas las veces los heces de sus animales
• 15 de lanzar las coletillas de cigarro en la calle
• 4 señalaron la inseguridad como problema de su barrio
• 3 de recoger, en algún momento de su vida, una basura del piso
• 9 consideran que los problemas en su barrio es la basura
• 6 mencionaron que es el parking (todos tienen coche)
• 3 que el problema son los heces de perros y coletillas de cigarro
• 5 que el mayor problema somos los propios seres humanos