La noche oscense
Gema Conty/Lorena López
El Casco Viejo concentra una gran variedad de bares, pubs y cafés donde poder escuchar buena música. Callejeando desde la Plaza de la Catedral nos encontramos con sitios como Disco bar 10 de Agosto, el Peñista, La Habana con sesiones de música en directo o La Estrella. A escasos metros llegamos a la Plaza de los Fueros de Aragón, donde se sitúa La Parra, un local muy animado transitado por mayores de 30 años y el Casa Juan, con los últimos éxitos de la música pop.
Aunque si prefieres sentarte a cenar, El Origen es una muy buena opción. Allí encontrarás menús para todo tipo de paladares, desde comida vegetariana hasta menús más tradicionales de la cocina aragonesa y, todo ello, a través de productos ecológicos y de temporada.
Para los más cerveceros, existen varias alternativas: St Lawrence Tavern, Dubliners´s Tavern, Manhattan, Friends Tavern o La Factoría. Este último, situado en la calle Tenerias 4, es una vieja fábrica de cerveza de principios del siglo XIX, hecha de barro, hierro y madera. Tiene dos cisternas de cobre donde se almacenan hasta dos mil litros de cerveza natural, aunque también cuenta con cervezas de importación.
En el centro neurálgico de la ciudad podrás disfrutar de una caña bien tirada o una buena cata de vinos en un sitio muy acogedor. Además, allí se ubica el bar de tapas Tatau Bistro, con una exquisita y cuidada gastronomía. Pero si el plan prevé alargarse, los chicos de la organización nos aseguran que la «zona del tubo» es la mejor.
Un sinfín de bares donde pararse entre los que nos destacan El Cubitos, con actuaciones en directo a primera hora de la noche, y el Arkanos Rock Bar. A escasos metros está el Callejón del Saco, donde se encuentra el “Twister Planet” que, junto con el Eden -bar en el que tenemos una consumición, “es el mejor sitio para ir a bailar”, comenta Simón Fridez, de Huesca. Si eres más de los 80s, puedes partirte la cadera en el disco bar Street. Aunque hay sitios para todos los gustos: El Woodstock con el rock, El bolinga para los más heavies, el Flow Microclub para los fans de la electrónica o el pop alternativo en El Veintiuno.
Para los que quieran llegar pronto al congreso, el mejor plan está en el Café del Arte, un lugar que apuesta por la cultura, donde se realizan conciertos en directo o el Alt Berlín, un bar alemán en el que se escuchan las orquestas.