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Una ruta artística fuera de los museos

El rapto de Europa, por Casassola. Fotos: C.V.
El rapto de Europa, por Casassola. Fotos: C.V.

Las calles están inundadas de obras que pasan inadvertidas a los ojos de la gente común. Lemas grabados en cemento sobre la pared; una pareja se abraza y observa debajo del telefonillo de un portal; un pequeño cuadro de menos de quince centímetros, con marco dorado incluido, cuelga en medio de la calle. Anónimo; cristales sobre los que se crean retratos; decoraciones en las esquinas de las calles; hasta enormes pegatinas destacan junto a las farolas.

El arte urbano está copando cada vez más las calles de la capital. Numerosas iniciativas han tratado en los últimos años de llenar el espacio público de intervenciones artísticas. La última, Pinta Malasaña, celebrada el pasado 17 de abril, fue un éxito rotundo en el céntrico barrio madrileño. Del próximo 20 de mayo hasta el 5 de junio, sesenta artistas se desplazarán hasta Lavapiés para plasmar sus obras en los exteriores de comercios de la zona. Será la tercera edición de C.A.L.L.E. (Convocatoria Artística Libre de Lavapiés Emergente).

Madrid Street Art Project (MSAP) es la asociación que está detrás de este auge del arte urbano. Creada en 2012 por Guillermo de la Madrid y Diana Prieto, se trata de una organización «dedicada a propiciar, apoyar y poner en valor el arte urbano a través de la realización de proyectos y actividades relacionadas con la intervención artística en el espacio público».

Además de hacer de mediadora entre artistas y espacios públicos, esta asociación se encarga de realizar safaris de arte urbano. Con un grupo de entre diez y veinte personas, cada fin de semana hacen un recorrido por las intervenciones artísticas en tres barrios distintos del centro: Malasaña, Lavapiés y La Latina. El precio por una hora y media de recorrido es de cinco euros. Aunque es una asociación sin ánimo de lucro, necesitan algo para poder mantener los proyectos y seguir creciendo como organización.

A estas rutas acude un público muy variado. Desde gente interesada previamente en el arte urbano, hasta curiosos que nunca antes habían manifestado entusiasmo por ello. Ante todo, estos safaris se encargan de despertar el interés y demostrar que el arte está presente en todos sitios; habituar el ojo a buscar, porque el arte urbano es efímero. La obra que descubres un día, puede no estar al día siguiente.

El street art va más allá de los grafitis que acaparan los grandes murales. Muchas de las obras son pequeñas; detalles en paredes. La principal diferencia entre artistas urbanos y grafiteros es que estos solo utilizan espray, mientras que los primeros emplean infinidad de técnicas para sus intervenciones. Entre ellos siempre hay una rivalidad. Sin ir más lejos, muchas de las acciones del proyecto Pinta Malasaña aparecieron llenas de firmas al día siguiente.

Uno de los artistas con más intervenciones en Malasaña es C215. Detrás de este seudónimo se esconde el francés Christian Guémy. Comenzó en los años noventa y desde entonces ha realizado acciones en ciudades de medio mundo. Casi siempre sus obras recrean rostros, tanto de mujeres como de hombres. Son tan detalladas que parecen dibujadas a lápiz. Consigue esta precisión gracias a la técnica de plantillas que emplea, similares a las de otros artistas como Banksy.

C215
C215

C215
C215

Cada vez son más los locales que quieren tener como carta de presentación una obra artística en sus fachadas. Los proyectos como Pinta Malasaña o C.A.L.L.E. lo demuestran. En general, los vecinos de estos barrios suelen mostrarse a favor de estas intervenciones, aseguran desde MSAP.

Algunas veces estas acciones nacen de forma fortuita. Es el caso de un local en la Plaza de los Mostenses. Borondo (Segovia, 1989) hizo una de sus intervenciones en el establecimiento, pero al propietario le gusto tanto que consiguió contactar con él para que terminara de cubrir todos los cristales.

Borondo
La obra de Borondo en el establecimiento de la plaza Mostenses

Este artista comenzó sus acciones en el barrio de Lavapiés en 2010. Desde entonces su firma no ha parado de crecer. En los últimos años Borondo emplea una técnica muy peculiar. Una vez aplicada una base de pintura sobre cristales, se encarga de rayarla hasta lograr retratos y visiones realistas. Este método cuenta con una ventaja. Quitar pintura entra dentro de la legalidad, así que no existe motivo para detenerle mientras lleva a cabo su intervención.

Borondo
Borondo

 

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