«Mujeres al borde de un ataque de medios»: voces para una realidad silenciada
Las reivindicaciones del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, son especialmente significativas en un año cuyo primer trimestre vierte cifras tan alarmantes como las 16 víctimas mortales por violencia de género, de las cuales tan solo cuatro de ellas habían denunciado a quien sería su asesino. De esas cuatro víctimas, tres tenían medidas de protección en vigor, según el último informe del Ministerio de Sanidad.
En el reverso de las estadísticas hay otra realidad, la de las batallas invisibles que una mujer libra día a día solamente por el hecho de serlo. La de la autora de un libro que se descarta al ver un nombre femenino porque, se supone, va a ser un contenido más «sentimental» y menos serio como asegura Matilde – 35 años, dependienta en una librería madrileña-. Está la de la chica que acude a una entrevista de trabajo disfrazada de otra persona ocultando su feminidad para evitar ser valorada por ella -Pilar, 25 años-. La de la mujer que de alguna manera entiende que su compañero de trabajo cobra más porque está más preparado -Martina, 48 años, publicista-. A la que consuelan por un ascenso que nunca llega recordándole que el solo hecho de ser madre implica que priorizará las necesidades de su hijo a las de su empresa -Belén, 27 años, supervisora de ventas-. La periodista con su becario cuando pregunta tras los partidos y le responden a él porque sabe más de fútbol, que es un hombre -Antía, 27 años, periodista-. También a la que llaman estirada cuando baja la cabeza avergonzada por el piropo soez de un desconocido cuando camina sola por la calle -Ana, 23 años, estudiante-. Ellas ponen los ejemplos concretos de un colectivo al que se hace pequeño día a día de una forma que pasa casi inadvertida.
Violencia contra la mujer y periodismo
El Ordenamiento Jurídico Español recuerda al periodista su función social al abordar la cuestión de la violencia contra la mujer y su responsabilidad con esta causa. Debe crear conciencia en la sociedad mediante su trabajo.
En un momento en el que las redacciones operan a contrarreloj, en un mercado referencial en el que tardar un minuto más en redactar una información puede traducirse en cuantiosas pérdidas económicas, cabe preguntarse si el resultado es compatible con la prisa o si conviene prestar especial atención al resultado y trabajar sin pausa, pero con minuciosidad.
La Guía para el tratamiento informativo a la violencia de género por el Consejo Audiovisual de Andalucía recomienda en su decálogo prestar especial atención a la terminología empleada diferenciando los conceptos «violencia de género», «violencia machista» y «violencia doméstica», la manera en la que el lenguaje separa y da forma a las ideas en la conciencia colectiva. El deber del periodista de posicionarse en esta materia aunque el deber de informar implique neutralidad. El deber de dar visibilidad a este problema incluyéndolo en la agenda. El de contrastar escrupulosamente la información y recordar qué informaciones son pertinentes y cuáles no.
Desde la Fundación Ana Bella de Sevilla, nacida en 2006 y dedicada a amparar a través de sus diferentes programas a mujeres maltratadas, critican del tratamiento informativo sobre la violencia de género el exceso de datos que se aportan de la víctima en contraposición con el maltratador. «No entendemos por qué se dan los nombres de las mujeres en vez de los de los maltratadores, de quienes solamente se suelen poner las iniciales. Cuando debería ser al revés, es la víctima quien necesita protección. Por otro lado, nos gustaría ver más datos a cerca del número de maltratadores que han entrado en prisión o cuántos años han cumplido, por ejemplo. Creemos que también ayudaría a tener una visión completa de este problema», explica Silvia, trabajadora del programa AMIGA de la fundación.
Asimismo también recomiendan dar visibilidad al «testimonio positivo» porque de esta manera «la mujer que está siendo víctima de violencia de género sepa que es posible salir de ese laberinto y rehacer su vida con su familia, como les ha pasado a las demás», aconseja Silvia.
Cruz Morcillo, periodista y testigo
Periodista de ABC, avalada por 20 años de experiencia en prensa escrita y especializada desde finales de los 90 en informaciones sobre violencia de género, asegura que es el «único tema en el que milita».
Explica para Madrilánea cuál fue el detonante que la llevó a enfocar su carrera por esta vertiente, cómo vivió la evolución del tratamiento informativo en esta materia y explica el papel de los periodistas a la hora de crear conciencia social en España.
-¿Qué le llevó a especializarse en violencia de género?
-Yo cubría sucesos y consideraba que no se estaba trabajando bien esa información. No había dedicación ni conocimiento, por eso decidí empezar a formarme y entré en contacto con muchas mujeres víctimas, asociaciones pioneras en ocuparse de este problema y poco a poco vi que el periódico tenía un papel importante para cambiar la ley y dar protección a las víctimas.
-Y así fue…
-La evolución ha sido peculiar. Los primeros años no había prácticamente nada, se hablaba de crímenes pasionales, era una información encajada en los sucesos puros y duros. A principios de 2000, esto seguía siendo así y a partir de 2003, con la Orden de Protección a las víctimas de violencia doméstica primero y ya con la Ley de Violencia de Género en 2004, afortunadamente el panorama cambió. Más periodistas comenzaron a cubrir estos asuntos siguiendo la estela de las organizaciones feministas, haciendo informaciones más serias, más respetuosas con la víctima, menos descarnadas y haciendo pedagogía. Se empezó a hablar del 016 y se empezó a tratar como un problema que nos atañía a todos.
-¿Qué cree que debería superarse en la actualidad?
-En los últimos años creo que ha habido un retroceso y no se está mimando como se había mimado. También la televisión, dentro de todas las cosas estupendas que tiene, tiende a trivializar este problema, aunque en este caso la banalización llegó también a los periódicos, tanto a nuevos medios digitales como a los tradicionales.
«Mujeres al borde de un ataque de Medios»
El XVIII Congreso de Periodismo de Huesca se hace eco de esta realidad mañana día 9 de marzo a las 17h mediante la ponencia «Mujeres al borde de un ataque de medios», en la que Javier Gallego, director del combativo espacio radiofónico «Carne Cruda», emitirá en directo su programa y abordará esta cuestión desde la perspectiva de las diferentes luchas que libran las mujeres en su día a día frente a la sociedad y el tratamiento de los medios de comunicación.
Intervendrán en el programa figuras destacadas del periodismo, mujeres de reconocido prestigio tanto en la redacción de informaciones como en el ámbito de la edición y la dirección de medios: la periodista latinoamericana Laura Ardila (La Silla Vacía), Catalina Ruiz Navarro (fundadora de Estereotipas) Magda Bandera (fundadora de La Marea), Montserrat Dominguez (directora de Huffingron Post), Ana Pardo de Vera (directora de el diario Público), Neus Tomás (subdirectora de El Periódico), Luna de Miguel (editora de Playground) y la conocida tuitera Barbijaputa, autora del libro «La chica miedosa que fingía ser valiente muy mal».
Un espacio en el que tendrán lugar desde las experiencias personales hasta las recomendaciones profesionales, invitando a los espectadores a mirar la realidad desde otra perspectiva y, sobre todo, a hacerse preguntas.