Los jóvenes poetas, rehenes de las redes sociales
Su característica gorra bohemia, su pelo rizado y su pendiente en la oreja son los rasgos del joven poeta Pablo Benavente. Este gaditano de la Línea de la Concepción empezó a escribir con tan solo 15 años para expresar todo lo que no podía decir con palabras. Creó un blog anónimo en la plataforma Blogspot y dejó correr la magia por sus manos.
Poco a poco, gracias a esta red social comenzó a darse a conocer a la vez que iba creciendo y trabajando como pintor, electricista, relaciones públicas, periodista, camarero, mecánico, albañil y en una cadena de montaje. Abandonó su lugar natal y se fue a vivir a Granada. Las experiencias de este cambio se retrataron en Circo de Quimeras, su primer poemario.
Ahora ve la vida a través de las taquillas del Teatro de Gran Vía y el Teatro Alcázar, donde trabaja. Al igual que Miguel Hernández, su camino le llevó de un pequeño pueblo de España a vivir a Madrid, concretamente, al barrio de Lavapiés, por el que siente una profunda admiración. El pasado enero publicó su segundo libro, Izar la negra, una colección de poemas que hablan sobre la libertad. La obra fue presentada el domingo 23 de abril en el Corte Inglés de Callao en una entrevista-recital del poeta.
¿Qué diferencia hay entre el ambiente poético en Madrid con respecto a Granada?
Cuando llegué a Granada no existía el ambiente literario salvo el Ateneo y conferencias a nivel universitario. No había otra cosa. Pero, poco a poco, intenté copiar lo que veía en la capital y llevé los jams y fueron funcionando. Ahora creo que se ha ido contagiando el espíritu gracias a ellos. Pero Madrid nos lleva bastante años de ventaja y se ha normalizado mucho más que en Granada.
¿Qué le gusta de Madrid?
Me pateo casi todos los recitales que puedo porque me gusta mucho escuchar a otros. Cuando vivía en Granada ,y venía a Madrid, solía ir a Malasaña por los bares de poesía. Pero ahora, he descubierto Lavapiés y me encanta. Ese rollo pueblo dentro de la gran urbe que es Madrid, me inspira mucho.
¿Cree que son necesarios los bares en los que se recita poesía?
Es un acierto, es parte del proceso de la poesía de quitarse la capa. Hace unos años la poesía conferencia era algo institucional, en la que parecía que para ser poeta se debía tener 70 años. Pero ahora, con este formato, creo que este formato se acerca a la gente joven y también ayuda a quitarle el miedo y respeto que se le tenía.
¿Cuáles recomienda?
Sin duda, por la música y poesía que tienen, recomiendo: El Aleatorio y El Libertad 8.
¿ Y un lugar para perderse leyendo?
Aunque voy menos de lo que me gustaría porque me pilla lejos de casa, la cafetería de la central por Callao. Es una librería-cafetería que tiene un ambiente muy bueno para pararse a leer. Todo el mundo va allí a lo mismo y eso me ayuda. Cada uno está con un libro o haciendo entrevistas porque mucha gente queda ahí para UN trabajo. El ambiente es tranquilo con música de fondo, luces bajas, que invitan a leer.
¿Quiénes son sus referentes?
Ángel González fue el primer poeta que leí fuera del instituto por placer. Me emocionó de verdad. Pero para mí los padres de la poesía contemporánea y de la mía en particular son David González y Ana Pérez Cañamares porque leer a una persona de tu tiempo ayuda a comprender el mundo. Además, los dos tienen algo que los une y separa a al vez y es que tratan temas duros, complicados, pero con una dulzura increíble. Es muy bonito, lo que hacen a la vez que es duro e impactante. Yo me he ido orientando poco a poco y menos la poseía moña, y me gusta más el hacer pensar y generar otro tipo de sensaciones.
¿Es muy difícil para un joven poeta abrirse camino?
Actualmente creo que no, aunque cuando yo empecé no existía escena poética. No conocí a nadie que escribiera algo parecido a lo mio hasta los 18 años cuando conocí a Carlos Salem. Pero ahora es más fácil porque el camino ya está un poco más abierto.
¿Cree que los blogs ayudan a que los poetas jóvenes se den a conocer?
Como herramienta de difusión es una cosa inmejorable y de hecho todos los autores y escritores le debemos mucho a las redes sociales aunque lamentablemente también somos unos esclavos de ellas. Para mi, son un trabajo. Pero eso sí, al igual que nos ha ayudado mucho es cierto que no podríamos elegir renunciar a ellas.
¿Se puede escribir un poema en 140 caracteres?
Imposible, se puede escribir una parte de un poema o un verso como mucho. Las redes sociales ayudan sobretodo a la difusión al soltar pensamiento directamente porque si no lo haces se pueden olvidar. Y tener la mentalidad del formato Twitter de expresar ideas puede generar ideas y cosas interesantes, pero creo que la poesía es otra cosa.
¿Cómo es la evolución entre su primer poemario, Circo de Quimeras e Izar la negra?
Hay un abismo. Circo de Quimeras lo terminé con 18 años, aunque lo publiqué más tarde. Pero el contenido es de esa época, era un adolescente triste con el corazón roto que había perdido a alguien. Tenía una versión romántica del amor y con Izar la negra quise romper con todo eso porque me di cuenta que eso no era así y quise decirle al mundo que nadie es posesión es de nadie y el amor es la máxima expresión de libertad. No un candado ni unas cadenas.
¿Ahora se siente libre?
Si , estoy libre mucho más que por aquel entonces. Pero la sociedad no es libre, tenemos muchos tabúes y siempre tenemos la presión sobre lo que piensan de nosotros, no vivimos como queremos vivir sino cómo nos ven los demás.
¿Tuvo problemas para decir a sus amistades que escribía poesía?
Mi blog era anónimo porque era motivo de burla. La poseía tenía mala fama, era de cursis y un poco por la mala fama que se viene arrastrando del instituto costó mucho saltar esa barrera hasta que la gente comprendió que había más autores más allá que los que se enseñan en las aulas.
¿Cómo cree que es la enseñanza de la poesía en los institutos?
Se enseña mal la poesía como tal. Recuerdo que con 15 años o menos me presentaban la poesía como algo que ya ha pasado y lo más cercano que se daba era García Lorca. Solo se conciben unos poetas que vivieron en tal época, hacían esto, los versos se miden así, pero no lo enseñan como algo que siga ocurriendo ni que hay otros tipos de poesía . Por eso, creo que es normal que la primera sensación de la gente sea huir de ella. A mi tampoco me gusta el estilo hermético en la que haya que seguir leyes y sin embargo cuando la descubres por tu cuenta te das cuenta que la poesía es lo contrario, tiene más libertad que incluso que la narrativa.
Que enseñanza en letras tienen nuestros hijos en la actualidad para que los comienzos de los poetas jóvenes se tengan que realizar de forma clandestina, en blog anónimos, por la vergüenza que puede acarrearles entre los compañeros de su misma edad.
La utilización de bares como centros culturales para la gente que comienza en la poesía me parece muy acertada y da una imagen de sociedad moderna que se abre a nuevas formas de mostrar la nueva poesía. Es sacar la cultura a la calle, ofrecerla al público y hacerla más popular.