La lucha feminista ya no es solo cosa de mujeres
«Educación sexual inclusiva y en libertad». Así rezaba la pancarta durante la mañana de este miércoles 14 de noviembre antes de dar comienzo la marcha, encabezada por la plataforma Libres y Combativas, en pro de la igualdad. Miles de personas se han sumado al grueso de la movilización que partía de la Puerta de Sol (Madrid) con el objetivo de luchar contra el machismo en las aulas. La desigualdad en los colegios ha sido la razón por la que los estudiantes han salido a la calle para acabar con una realidad presente en la educación española.
El buen tiempo ha hecho que un gran número de viandantes, que desconocían los motivos de la convocatoria, se acercasen a observar las pancartas o hacer fotografías, además de unirse para acompañar con su voz las protestas que entonaban al unísono. «El machismo en las aulas y, en cualquier otro ámbito, se puede erradicar con manifestaciones como estas para que la sociedad se conciencie», ha dicho Elena, una de las muchas estudiantes que acudieron a Sol.
Instituciones como el sistema judicial o el educativo y actitudes violentas de hombres a mujeres han sido algunos de los temas que salieron a la palestra reivindicando un cambio. Lo han expresado con cánticos como «Madrid, tumba de fascistas», «Jueces y fiscales también son culpables», «Menos VOX y más educación» o «Mujeres combativas, ni sumisas ni pasivas».
La manifestación más grande durante el mandato de Sánchez ha estado marcada por una multitudinaria concentración de estudiantes, entre los que no solo había mujeres, sino también hombres y pensionistas. Un grupo de varones estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid han reflexionado acerca de este tema: «Afecta a la sociedad y somos parte de ella. Hay que denunciar las actitudes machistas que veamos y dar el paso a no adoptarlas». Este grupo de chicos se siente partícipe del movimiento feminista.
Otro de los reclamos de las manifestantes era que se implante una asignatura de enseñanza sexual, que fomente la educación inclusiva y en la que se sienten las bases de una sociedad libre de actitudes machistas. Teresa Romero, coordinadora de pensionistas de Getafe, pedía que se enseñase «cómo deben comportarse los hombres».
Ana García, la portavoz de la plataforma Libres y Combativas del Sindicato de los Estudiantes, ha recalcado qué es necesario: «Echar de la judicatura a los jueces que fallan contra nosotras y que el feminismo se demuestre con hechos, no con palabras». Esta organización ha cifrado en 100.000 personas el número de asistentes a las manifestaciones que se han celebrado en algunas de las grandes ciudades de España como Madrid, Barcelona, Bilbao o Málaga.
Otra exigencia de los manifestantes apuntaba a que en los centros escolares se elimine cualquier norma que pueda ser sexista, ya sea reprimir la forma de vestir o limitar la libertad sexual, atentando contra los derechos de los colectivos LGTBI. María, una estudiante de educación secundaria, ha denunciado que algunas de sus profesoras no le dejaban vestir de una determinada forma, promoviendo así el machismo en las aulas.
Sin embargo, no todas las mujeres han entendido el fin de esta movilización. Grimanesa Bordón, por ejemplo, decía que «hay unos determinados cánones sociales, unas formas de vestir que como sociedad hemos asimilado. No sé qué machismo hay en las aulas».
La manifestación ha tenido su punto álgido en el Ministerio de Igualdad (Calle Alcalá, 33), donde, megáfono en mano, han pedido cambios contra la ideología dominante, acabar con el techo de cristal y una reforma urgente de la judicatura para evitar magistrados que apoyen hechos como los de La Manada. Acabaron su discurso frente al Ministerio con el desafío de que «si todos nos unimos, ponemos el país patas arriba».