Más de 1.700 vecinos exigen la rehabilitación del antiguo cementerio de Fuenlabrada
Pasillos intransitables por un firme en malas condiciones, falta de pavimentación, tumbas abiertas tras las exhumaciones, escombros y maleza en zonas comunes, entre otros muchos desperfectos. Ese es el estado en el que se encuentra actualmente el antiguo cementerio de la localidad madrileña de Fuenlabrada. Ante el abandono de sus instalaciones, las familias que tienen a sus difuntos enterrados allí se han movilizado recogiendo un total de 1.728 firmas para pedir que se emprendan obras de rehabilitación del camposanto y que se incrementen las labores de mantenimiento y de vigilancia.
Esperanza Pérez representa al conjunto de afectados. Lleva 32 años luchando para que el consistorio del municipio tale un ciprés cuyas raíces están provocando daños en la sepultura donde yace su hijo. «Se está levantando la superficie de la tumba. Por no hablar de que tengo que venir todos los días a limpiarla debido a los excrementos de las palomas», expresa con gran malestar. Dirigió un escrito al departamento de Parques y Jardines del ayuntamiento, pero le explicaron que el árbol estaba protegido por Ley. «El problema reside en que hay algunos que ya han sido cortados. Entonces, mi pregunta es: ¿cómo aplican la Ley? ¿A unos sí y a otros no?», relata indignada.
Arreglar el cementerio ha dejado de ser una demanda para convertirse en una necesidad. «Algunas sepulturas están pegadas, no existe una separación entre ambas. Tienes que hacer malabares para poder acceder hasta la tuya», dice una de las perjudicadas. Caminar por el camposanto conlleva cierto riesgo para los familiares debido a las losas sueltas y rotas, muy especialmente para las personas mayores que visitan a sus seres queridos, ya que muchas van en sillas de ruedas o con un andador y tienen serias dificultades para entrar.
Los desniveles del suelo o los pasillos de tierra sin asfaltar son la crítica principal a la que aluden los vecinos. «Si no vas con cuidado, puedes dar un traspié o incluso caerte, como le ocurrió el otro día a una señora. El suelo ha cedido alguna vez, porque este es un terreno húmedo. No es la primera vez que tratan de enterrar a alguien y no pueden porque había agua», detalla Fernando. Además, narra que hay sepulturas abiertas, lo que supone un peligro para cualquiera. «En los últimos días han cerrado algunas, pero el resto ahí siguen», protesta.
No es la única queja que manifiestan. Al deterioro del cementerio hay que añadirle los robos frecuentes de las asas de las lápidas y de los centros de flores. Es el caso de Maricarmen, quien en más de una ocasión ha visto cómo le desaparecen «los ramos de tela». «A mí me han arrebatado hasta plantas que había sembrado junto a la tumba de mi hijo, que hay que tener poco corazón para quitárselas a un fallecido y ponérselas al tuyo», añade Fernando. Y prosigue: «Ahí no termina todo. Tengo un espejo con el escudo del Real Madrid, que intentaron arrancar partiéndolo por la mitad».
Por eso, exigen al equipo de Gobierno del consistorio que mejore la seguridad y el alumbrado dentro del recinto para evitar que se produzcan destrozos de las zonas comunes. Los afectados consultados declaran que el camposanto está desatendido. Ponen como ejemplo que un contenedor que fue quemado durante el periodo navideño no ha sido retirado por el servicio de limpieza hasta la semana pasada.
Moción sin éxito
Desde el Partido Popular (PP) de Fuenlabrada se han sumado a la reivindicación de estos vecinos hartos de que sus peticiones de que reparen el cementerio no sean nunca escuchadas. «Está en un estado completamente deplorable. Hemos visto hasta restos de ataúdes y sábanas mortuorias en las inmediaciones de los nichos. El competente para adecentar el camposanto es el ayuntamiento, que es una auténtica vergüenza cómo lo tiene. Hace falta dinero, pero sobre todo hace falta respeto y voluntad política», cuenta a Madrilánea Sergio López, portavoz del PP local.
Hasta el momento, se han realizado parches que no terminan de solucionar los problemas de este lugar sagrado. Mientras López subraya que el consistorio ha invertido una cifra irrisoria -7.700 euros- en arreglar aceras y bordillos, fuentes municipales confirman que el presupuesto destinado al mantenimiento del antiguo cementerio ha sido de 20.000 euros en 2018.
En este contexto, los populares presentaron el pasado 17 de enero una moción en el pleno reclamando que, en un plazo máximo de tres meses, se ponga en marcha la rehabilitación integral del cementerio y la creación de un plan de conservación de las instalaciones. Pese a que la iniciativa fue apoyada por partidos de la oposición como Ciudadanos y Ganar Fuenlabrada –la marca blanca de Podemos en la localidad–, el PSOE e IU – sus socios de gobierno – votaron en contra. El portavoz del PP reprocha al alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, que no tome en serio a los familiares: «Está haciéndose una campaña de autobombo con dinero público con el tema deportivo del Go Fuenla, Go!, que ahora somos Ciudad Europea del Deporte, en lugar de aumentar la partida para adecuar el camposanto».
Desde el consistorio aseguran a este medio que se están cumpliendo con las labores de acondicionamiento anuales. «El ayuntamiento se encarga de las zonas comunes. Donde no se puede actuar, lógicamente, es en las sepulturas. Es una concesión administrativa que nosotros no podemos tocar. Si hay zonas levantadas será porque se trata de zonas privadas. No es competencia nuestra», explican. No obstante, López aclara que los pasillos entre las tumbas, que presentan un aspecto lamentable, son responsabilidad del consistorio. Por su antigüedad, las distancias entre las lápidas son mínimas, por lo que «se dividen donde terminan estas».
La semana pasada, los vecinos se reunieron con el primer teniente de alcalde, Isidoro Ortega, para exponerle sus quejas. «Hemos obtenido el compromiso verbal de que en un intervalo de no más de dos años empezarán a arreglar el cementerio y a atajar los problemas específicos de cada uno de los afectados. Esperemos que así sea, porque ya se sabe que las palabras se las lleva el viento», apunta Pérez.