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Fusión VIP, un local «swinger» para expresarse sexualmente con tu pareja

Pablo Lodeiro | Juan López Fernández-Sordo

Un local con la puerta cerrada, ventanas oscuras, y un telefonillo para entrar. Una pequeña placa que simplemente enuncia «Fusión VIP», sin más mención de lo que se oculta dentro: un local para «swingers» en pleno barrio de Prosperidad en el centro de Madrid.

«Swingers es libertad de expresión sexual», explica Miguel, el encargado de la sala. En su origen, el término deriva de su significado en inglés que es oscilar, columpiar. La idea es sencilla: acudes con tu pareja, buscando involucrar a terceros en tu relación, aunque no es obligatorio. Lo más habitual son un hombre y una mujer que buscan a otra chica. Para Miguel, este club significa morbo: «Todos los seres humanos tenemos emociones, y todas se convierten en una: el morbo». El encargado explica que los clientes vienen al local buscando «experimentar algo nuevo en su vida sexual». El sexo puramente libre, a pesar de todo, sigue siendo tabú: «la gente viene aquí sin complejos».

700 metros cuadrados de «morbo»

En Fusión VIP, que consta de 700 metros cuadrados, la luz está al nivel suficiente para ver lo justo sin sentirse incómodo. Está dividido en dos zonas. La primera, sirve para el primer contacto: «hay personas que se cambian aquí y se ponen una ropa más provocativa». En esta estancia, hay diversas instalaciones. Por ejemplo, barras de «pole dance», donde los habituales pueden bailar libremente. También consta de un pasillo francés, popularmente conocido como «glory hole»: unas celosías con agujeros donde las parejas se sitúan cada una en un lado. Además de diverso mobiliario erótico como un potro o una cruz donde poder encadenarse en un cuarto oscuro. «Es una zona para un primer contacto, sobre todo visual», cuenta Miguel.

Piscina del club de agua salada, con capacidad para sesenta personas (Fusión VIP)

En la segunda estancia se encuentra la piscina, de agua salada y depurada constantemente con filtros de arena, que tiene capacidad para sesenta personas. También hay espacios privados para parejas con camas y cortinas; aunque también hay salas interconectadas donde la única separación es un falso espejo para ser visto.

«No es intercambiar: es conocer un mundo nuevo de la mano de tu pareja», explica Miguel. No es algo tan moderno: el encargado comenta que antes también existía, pero de una manera mucho más clandestina, en lugares como la Casa de Campo o incluso en El Pardo. Él lleva en el negocio desde 1989, cuando entró a trabajar para su padre, pionero en el sector de los locales de «swingers». Miguel estudió ADE, pero sabía que se iba a dedicar al negocio familiar —de hecho, sus socios son dos de sus hermanos—. A lo largo de su vida ha viajado a distintos países, donde había una mayor consolidación de este fenómeno, para aprender y «pillar ideas». Su experiencia de tantos años —casi treinta— le lleva a poder decir que, hoy en día, hay personas que ven el sexo en grupo de una manera más normal que antes, cuando había más pudor.

«Hay psicólogos que lo recomiendan»

Su mayor preocupación es la comodidad de los usuarios, que «nadie se sienta juzgado». Todo se dirige a las parejas que quieran experimentar. En algunos casos sirve incluso de «terapia cuando la relación no va del todo bien, e incluso lo recomiendan psicólogos», comenta el encargado.

Cruz que sirve diversos juegos sexuales (Fusión VIP)

De hecho, la entrada es muy selectiva: los viernes y sábados por la noche los porteros solo permiten la entrada a parejas y mujeres. El resto de días, sobre todo por la tarde, la entrada es libre, aunque con diferentes precios: las chicas por diez euros tienen dos copas, mientras que los chicos por quince solo una, y deberán abonar cincuenta euros extra si quieren acceder a la segunda zona. La información completa sobre los horarios y el precio está en su página web.

En el precio incluido todos los servicios que ofrece el club: zapatillas, toallas, sábanas y taquillas. Una de las preocupaciones de Miguel es la higiene y limpieza del local, incluso el servicio de limpieza trabaja mientras el local está abierto. Respecto a la utilización de medidas preventivas durante las relaciones, Miguel comenta que no puede obligar a nadie, aunque hay máquinas expendedoras de profilácticos y «el 99 por ciento lo utiliza».

Miradas, caricias y mucho respeto

Todo lugar tiene sus propios códigos. Es natural estar más cohibido al principio, pero «la conexión sexual aquí se convierte en un todo». La interacción se produce mediante «miradas y caricias, y mucho respeto». Miguel aconseja no quedarse como espectador, ya que eso puede generar rechazo a la hora de relacionarse en este tipo de locales, y «que vayas como si la cosa no fuera contigo».

Todos los trabajadores son ajenos a la dinámica sexual del local, «fruta prohibida», concreta Miguel. Su padre ya le explicó, cuando entró a trabajar, que esa línea era infranqueable.

Pista principal, donde se encuentran las barras de «pole dance» (Fusión VIP)

Las noches, en Fusión VIP, «son explosivas», comenta Miguel, pero «todo comienza por las tardes», apostilla. El perfil de cliente es diferente y es todo «más directo»: por las noches, hay que esperar hasta la madrugada para que empiece la acción; mientras que, en el horario vespertino, en torno a las seis, ya comienza la interacción entre parejas. Además, cada día tienen una temática diferente: lunes de «Chupa Chups», martes «bisex», miércoles «fiesta tanga», etc.

El local representa la profesionalización del ambiente «swinger»: preocupación por la higiene, exclusividad, un empeño en crear una experiencia nueva y que cada día sea diferente. Miguel quiere que la gente encuentre lo inesperado. Aunque la decisión corresponde, evidentemente, a cada pareja. Es como el chocolate puro: a quién le gusta le encanta, pero no está hecho para todos los paladares.

4 comentarios en «Fusión VIP, un local «swinger» para expresarse sexualmente con tu pareja»

  • He visitado el local,en una ocasión,satisfactoria ,pero la segunda,nos distéis con la puerta en la narices ,a mi pareja y a mi.
    Sólo por el echo se ser mayores de la edad, en la que parece que queréis tener exclusividad,hace un tiempo.
    Si,es así, dejar lo claro,en las redes, y en publicidad: derecho de admisión de 18 a 30 años,¿ por ejemplo?,y no confundais a la gente,ni la hagáis llevarse un chasco.

    Tengo referencias,de gente que le ha pasado lo mismo.

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  • como puedo hacer para reservar para el próximo jueves y viernes

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  • El día 14 de Abril intentaron abusar de mi en el área de piscina. El personal no hizo nada más que burlarse cuando hicimos la denuncia, que varias personas se abalanzaron sobre mi para frotar sus cuerpos en mi y tener texo para ellos es solo «una caricia en al pierna».

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