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#Coronavirus: tuitear en tiempos de cuarentena

Autores: Juan López Fernández-Sordo |  Beatriz Lozano López de Echazarreta

El coronavirus, con perfil propio en Twitter, es protagonista indiscutible de la red social (Imagen: Juan López Fernández-Sordo)

El #coronavirus es trending topic no solo en la red social Twitter, sino en cada grupo de Whatsapp, conversación telefónica o flujo de pensamiento del español medio. La almohadilla que precede al nombre de pila del virus ha salido del mundo tuitero para instalarse, simbólicamente, incluso en las tabernas de barrio madrileñas, cuya clientela se resiste a abandonar la barra en un acto de rebeldía o, más bien, de irresponsabilidad ciudadana. 

Es la primera vez que la humanidad vive una pandemia con las redes sociales de telón de fondo y las tendencias han sido las esperadas: el usuario combate la alarma social con el humor como vacuna y echa mano del meme como quien se pone una mascarilla para protegerse del Covid-19. Los temas del momento son, casi en su totalidad, cuestiones relacionadas con la pandemia; ésta es monotema en los perfiles informativos y políticos. Sin embargo, los dirigentes de los partidos no han afrontado la crisis de la misma manera desde el principio. Desde el gobierno, se ha intentado llamar a la calma desde el primer momento, pretendiendo evitar que se desatara el pánico. En general, los perfiles institucionales se han mostrado tendentes a alertar sosegadamente a la población, aunque con éxito desigual. 

Covid-19 tuitero

El tono humorístico del que se ha contagiado Twitter tiene su máximo exponente en el perfil oficial del virus en España, al que ya siguen 607.800 cuentas. @CoronaVid_19 se expresa con sarcasmo sobre la actualidad informativa y habla en primera persona asumiendo un rol protagónico en tuits de temática variada: desde una publicación en la que se vanagloria de haber conseguido relegar la cuestión catalana de la agenda informativa, hasta otra en la que se lamenta por no poder asistir a las Fallas. 

Los hashtags en relación al virus son numerosos y cada día surgen temáticas nuevas como la reciente #YoMeQuedoEnCasa, #cuarentena o #GobiernoResponsable. Por su parte, las cuentas de los medios de comunicación han multiplicado las publicaciones con el hashtag #DIRECTO o #ÚLTIMAHORA como se comprueba en tuits del diario ABC como este sobre la suspensión de las clases en Galicia, o este otro con las cifras de contagios y víctimas de coronavirus en el país. 

Polémicas mediáticas

La inmediatez y la constante actualización de datos son dos constantes en cuentas pertenecientes a medios de comunicación. Sin embargo, con el cambio de escenario radical de los últimos días, perfiles como el de RTVE han ido variado el tono de sus tuits. El pasado domingo 8, en la manifestación del 8M, publicaron un vídeo en el que un hombre afirmaba que el «machismo era peor» que el virus y que, incluso, bromeaba sobre que «el coronavirus no existe».

Días más tarde, el miércoles 11, sacaron un reportaje con el título «El coronavirus lleva al límite a una Sanidad madrileña ya recortada por la crisis» y se vieron obligados a publicar una fe de errores, en la que explicaban que los recortes en la sanidad madrileña habían sido solo de personal no sanitario. También rectificaron su titular dentro de la página web —«El coronavirus lleva al límite la sanidad madrileña»—, pero no eliminaron el tuit original. 

Finalmente, el jueves 12 entrevistaron a un enfermero —a quien retuiteó Echenique— que criticaba duramente la política sanitaria del gobierno de la comunidad de Madrid. Se trataba de un profesional sanitario que había estado vinculado a Podemos; lo que llevó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, a enviar una carta de protesta dirigida a Rosa María Mateo, administradora del ente público.

La actividad en Twitter de Díaz-Ayuso sirve para ejemplificar el comportamiento que han tenido varios perfiles de organismos oficiales de ámbito local y autonómico en la red social. En muchos de ellos se detecta una voluntad de desmentir bulos como el que empezó a circular el miércoles por la tarde sobre el cierre de Madrid: la presidenta de la Comunidad de Madrid llamaba en esta publicación a la calma y desmentía el rumor, logrando ser retuiteada por numerosos compañeros de partido. 

Coartada vírica

Más allá del tono humorístico generalizado entre usuarios, los directos de los medios de comunicación o el surgimiento de perfiles ad hoc tras la expansión del virus en España, abundan las publicaciones por parte de líderes de opinión que se han servido de la crisis sanitaria del coronavirus para lanzar mensajes ideológicos

Sin embargo, aunque esta sea la tónica general entre líderes de opinión, por la parilla de Twitter también aparecen tuits publicados con la intención de plantear una reflexión más profunda, llamar a la tranquilidad ciudadana o romper una lanza a favor del político que, a priori, representa la oposición ideológica del tuitero. 

En el primer grupo —el de los líderes de opinión que convierten la gestión política del coronavirus en arma arrojadiza— encontramos casos como el del cómico y presentador David Broncano, que utiliza la crisis sanitaria actual para posicionarse en contra de los recortes en sanidad y ciencia en una crítica velada a las medidas económicas adoptadas por el gobierno de Mariano Rajoy. 

Por su parte, el jefe de opinión del diario El Mundo, Jorge Bustos, matiza en un tuit las palabras de Pedro Sánchez del día 10 de marzo, cuando anunció que se avecinaban «semanas difíciles», y opina que fue un error autorizar las movilizaciones callejeras del pasado 8M y que, de haberse suspendido las manifestaciones, las próximas semanas serían «menos difíciles».

El periodista Antonio Maestre, habitual de medios como eldiario.es o La Sexta, se pronunciaba en una publicación con ironía sobre el contagio por coronavirus del secretario general de VOX y concejal del Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, y tildaba el suceso de «poesía vírica», pues el consistorio madrileño había comenzado a desinfectar sus instalaciones.

En esta línea,  el popular presentador de televisión, Jordi Évole, lanzaba el pasado 10 de marzo el siguiente tuit: «Gracias VOX por no dejarnos entrar en vuestros actos». El polémico comentario de Évole partía del contagio de Ortega Smith para cuestionar con sarcasmo la decisión del partido de no dejar entrar en sus actos a medios de comunicación que no les son afines, como La Sexta

El perfil oficial de VOX no tardó en responder al periodista catalán en un tuit y provocó la reacción en cadena de otros miembros de la formación como Hermann Tertsch, que recogió el guante a Évole al informarle de que «seguirá sin entrar» a los actos del partido y previniéndole —caústico— de que «del coronavirus se cura uno, pero que de lo suyo, no».

El coronavirus es la coartada de la que se sirven muchos tuiteros, desde varios puntos del espectro ideológico, para lanzar publicaciones en las que se valoran decisiones políticas que nada tienen que ver con la crisis sanitaria. Este es el caso, por ejemplo del periodista Cristian Campos, columnista del diario digital El Español.  En una publicación del día 11 de marzo, Campos se remontaba al escándalo de los GAL hasta llegar a momentos de la historia reciente del socialismo español como el «Delcygate» o la gestión del coronavirus y resumía estos «hitos» como partes de un currículum que es «la envidia de Atila». Este mismo día, el periodista se preguntaba si «los políticos de izquierdas eran inmunes», pues aún no se conocía el positivo de Irene Montero y solo habían reconocido tener el virus políticos del Partido Popular y de VOX.

Pablo Simón, editor de Politikon y colaborador de diversos medios de comunicación, ha mostrado cierto «doble rasero» a la hora de aludir a los contagios de políticos por el coronavirus. Tras el anuncio de que Ortega Smith se había contagiado, bromeó en un mensaje en la red social aludiendo al «cordón sanitario» que proponían ciertos partidos en torno a la formación verde. Sin embargo, tras el anuncio de que la ministra Montero había dado positivo, se ha limitado a soltar un escueto y aséptico «La ministra Montero da positivo».

Otro tuitero con bastante influencia es el portavoz de la asociación de consumidores FACUA. Rúben Sánchez es famoso por su activismo en esta red social. El pasado 25 de febrero, calificó este nuevo virus como «una enfermedad respiratoria parecida a la gripe». Días más tarde, solicitó la puesta a disposición pública de los servicios sanitarios privados —aunque estos cubren también casos de coronavirus—, para acabar por criticar a Pablo Casado y calificarlo de «líder de la oposición sin sentido de estado». Entre medias, no ha expresado ni la más mínima disconformidad con la gestión del gobierno de Sánchez.

Calma en 280 caracteres

Por último, y aunque han sido los menos, también se pueden encontrar en Twitter mensajes de líderes de opinión que no utilizan el coronavirus de pretexto para hacer propaganda política. Dentro de este sector tenemos ejemplos como el del escritor y cofundador de Mongolia, Edu Galán, que en un tuit reconocía —sin abandonar el tono humorístico—que la gestión de la crisis por parte del alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, no le estaba disgustando (a pesar de distar ideológicamente del partido al que pertenece el político). La periodista de El Mundo, Lucía Mendez, es de las pocas figuras del gremio a quien no duele en prendas hacer autocrítica en una de sus publicaciones pues, en su opinión, los comunicadores participan de una expansión del miedo negativa para la sociedad. 

Con un talante más reflexivo y casi filosófico se encuentran publicaciones como la del escritor y crítico de El Cultural, Rafael Narbona, que recupera la novela «La Peste», de Albert Camus, para recordar que «las peores epidemias no son biológicas, sino morales» y termina por hacer un llamamiento a la calma pues, en la actual coyuntura, es un «imperativo ético».

Similares intenciones se intuyen en el tuit publicado por el columnista de ABC Pedro García Cuartango el pasado 11 de marzo, en el que el periodista huye de buscar cabezas de turco en lo relativo a la gestión del coronavirus. Aboga por la responsabilidad individual y opina que el remedio a la crisis sanitaria pasa por que seamos capaces de «estar unidos».

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