Las tiendas de chinos, «en cuarentena» ante el coronavirus
Autoras: Noemi Nacemento y Ana Delgado
Persianas bajadas, cierres echados, y prácticamente todos los locales regentados por comerciantes chinos cerrados a cal y canto. Los casos de coronavirus en la comunidad madrileña se han multiplicado de forma masiva en cuestión de horas, por lo que han comenzado a producirse cierres de tiendas de alimentación, típicas de la capital, en las que los comerciantes son de nacionalidad china. Mientras que algunos han improvisado equipos de protección para evitar el contagio, sirviéndose de cortinas de plástico y guantes de látex, otros han decidido colgar un cartel de «cerrado por vacaciones».
Sin embargo, esta decisión ha provocado un gran escepticismo, ya que algunos clientes confiesan a este medio que les parece «muy exagerado» y que, «el plástico ese que utilizan como cortina no protege nada, además las mascarillas no sirven de nada y menos si son de papel», comenta un vecino local.
Por su parte, Mei Ling, quien regenta una tienda de alimentación tacha de irresponsable la celebración de algunas concentraciones como la del Día Internacional de la Mujer, ya que considera que eso es un «foco de infección». «Lo responsable por parte del Gobierno es prohibir los eventos donde se concentren más de 1.000 personas», medida que se ha aprobado recientemente y que algunos consideran que ha llegado demasiado tarde.
Sumados a la causa
A pesar de no poder dar una cifra exacta de los establecimientos cerrados, ya son muchos los chinos que han decidido no abrir sus locales hasta que se frene la epidemia.
«Cerrar el local o no depende mucho del comerciante. Nosotros no podemos permitirnos cerrar y menos durante 15 días. Necesitamos vender para comer, aunque la salud sea lo más importante, tenemos hijos a los que alimentar», declara Mei Ling, propietaria de un bazar de alimentación del barrio Arganzuela.
«Estamos atendiendo al público y no sabemos si los clientes que entran están infectados. Por eso hay que protegernos, los chinos estamos mucho más concienciados que los españoles frente a los contagios. España debería censurar mucho antes y adoptar medidas», explica la comerciante.
Otro de los carteles que podemos encontrar en el interior de todos estos establecimientos es el siguiente: «Sentimos usar las mascarillas para trabajar. El motivo es para proteger mejor a toda la población, porque el virus Covid-19 tiene un período de incubación en el que estamos asintomáticos. El uso de mascarillas durante este período atenuará la propagación».
La comerciante Mei Ling, a pesar de continuar con su jornada laboral, no se sorprende del cierre de locales chinos del barrio y repite que «es normal», que «la gente aquí está demasiado tranquila, los españoles no parecen entender la gravedad del asunto y, nosotros, como tenemos familia en China, seguimos muy de cerca las medidas de contención necesarias».
Rumores de discriminación
De igual modo, decenas de restaurantes y bares chinos han cerrado también por temor al contagio del coronavirus. Al parecer, los ciudadanos asiáticos, que estos días especialmente mantienen contacto con sus familiares, han decidido tomar como referencia las medidas de seguridad adoptadas en China, donde se han cerrado ciudades enteras y se recomienda no salir a la calle. Y entienden que, en España, no se está actuando con la misma contundencia.
Algunos hablan de discriminación de los españoles hacia ellos, pero lejos de ese aparente alarmismo, la realidad es bien distinta, ya que hasta ahora no se ha desatado la histeria colectiva y tampoco hay constancia de que se hayan resentido los negocios chinos debido al rechazo causado por la epidemia de coronavirus que se inició en la ciudad de Wuhan, en China central.
Mei Ling afirma que «no está habiendo rechazo, no hay que exagerar. Puede haber alguien que sienta rechazo hacia los asiáticos, pero yo no lo he presenciado hasta ahora y sigo teniendo prácticamente los mismos clientes que antes».
«Los negocios que se han puesto en cuarentena y han cerrado sus puertas lo han hecho de forma voluntaria. Los propietarios y empleados han tomado esa decisión porque acaban de llegar de China la mayoría. Asumen su responsabilidad y se quedan en sus casas aunque no presenten ningún síntoma. España creo que es solidaria. No podemos estar más agradecidos de que la gente siga viniendo a comprar», zanja la comerciante del bazar chino.