Los mercados navideños vuelven a ilusionar Madrid
Tras un 2020 complicado para el sector, las ferias recuperan el optimismo aumentando el número de puestos y acogiendo a más visitantes
Madrilánea ha visitado dos de los principales muestras en Plaza de España y Recoletos para
preguntar a los protagonistas detrás de los stands.
PLAZA ESPAÑA
Después de dos años de renovación una de las plazas más importantes de Madrid reabre sus puertas al público de manera totalmente diferente de la que conocíamos y sobre todo decorada con un nuevo mercadillo navideño que acoge todos los curiosos de la zona y los turistas. La zona contará con una pista de hielo y 50 puestos donde se podrá comprar de todo: artesanía, ropa, joyas, pero también gastronomía (quesos, turrón, hamburguesas, chocolate etc…). El mercado permanecerá abierto desde la 10:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche y continuará vendiendo hasta el 10 de enero. La cercanía con los grandes hoteles y con los puntos más importantes de la capital, facilitará la economía de este mercadillo que se enfrenta por primera vez después de la pandemia a esta nueva realidad
Una novedad que se puede encontrar es la pista de hielo que atrae a muchos jóvenes que se atreven a patinar por la nueva instalación, que se encuentra separada de los puestos de compras, pero justo al lado de la fuente de la plaza. Jorge Miguel Sánchez, ciudadano que vive al lado de la plaza opina que “este año el mercado es mucho más atrayente que los anteriores, quizá ha sido por las renovaciones, pero no solo por eso pienso, los mismos puestos de compras aparecen más organizados. Además, la novedad de la pista de hielo es un lugar de interés muy llamativo, yo mismo lo he probado y he visto muchas personas interesadas en ella, se reúnen para mirar a los que patinan”.
Cristóbal Madrid, dueño de un puesto de funkos (único en todo el mercado) comenta que “la gente está volviendo a comprar, los flujos de personas decididas a gastar su propio dinero en artesanías locales han crecido durante el último año”. La pandemia no ha frenado los compradores como afirma Cristóbal: “La gente ahora viene, pero termina su compromiso con navidad y ya se va, se autolimita. La pandemia ha afectado los bolsillos de los españoles que ahora, antes de comprar, miden sus gastos. Años atrás no era así, las personas gastaban de manera inconsciente pero ahora los hábitos han cambiado y la crisis nos ha obligado a tomar decisiones.” La sorpresa se revela en la masiva presencia de turismo de fuera en el mercado. “De momento se ve gasto extranjero. Quizá el tema de plaza de españa renovada es importante porque es un recorrido turístico, que desemboca de gran vía hacia aquí, volviéndose en un sitio donde hay mucha agregación y la gente está conforme las nuevas obras”
Para ver los efectos verdaderos de la eficiencia de este mercado habrá que esperar el comienzo del año nuevo porque todavía el flujo más importante de personas no ha llegado a Madrid, pero lo que aparenta es que va a ser un éxito este nuevo estreno.
En tema de gastronomía hay muchas novedades, se pueden probar diferentes tipos de quesos, turrones y otros productos locales. La famosa Chocolatería San Ginés está presente este año y también el restaurante Ovillo. El dueño Javier Muñoz Calero, en su primer año en el mercadillo, considera que “para ser el primer año aquí lo que veo es que hay un flujo de gente importante, sobre todo los fines de semanas y después de la 5 de la tarde. Me ha sorprendido la mayoría de extranjeros por la mañana, los hoteles alrededor también ayudan para que haya más curiosos por aquí. Hay también tráfico nacional de otras ciudades mientras el madrileño está más presente por la tarde. La pandemia aquí hasta ahora no se ha notado en cuanto a presencias, pero seguimos igualmente con todas las medidas de seguridad”. El papel de las obras ha sido fundamental, no solo en la ampliación de la naturaleza con la instalación de nuevos árboles y luces para decorar el área. “La renovación ha incrementado el valor de la plaza, construyeron también un parking espectacular que permite unir varias zonas”, concluye Calero. Esta zona, junto a Gran Vía, es una de las más emblemáticas de Madrid, así que durante la navidad y las fiestas de Reyes representará un pulmón que traerá más gente, contribuyendo a la economía del país.
LA FERIA DE ARTESANÍA DE LA COMUNIDAD DE MADRID
Como cada año en fechas navideñas, el paseo de Recoletos acoge uno de los escaparates más importantes para la artesanía madrileña en su edición número 34. Desde su apertura el 1 de diciembre, la calle se encuentra repleta de puestos donde observar y adquirir productos de cerámica, alfarería, joyas, telas y demás productos elaborados por los artesanos que los regentan.
La Feria podrá visitarse hasta el 30 de diciembre entre las 11:00 y las 21:00 horas salvo el día 24 (que solo abrirá hasta las 15:00) y el 25, que permanecerá cerrado; una ocasión para conseguir regalos navideños diferentes y apoyar al sector. Participan talleres, en su mayoría de la Comunidad de Madrid, aunque también habrá representantes de Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura y Navarra.
Actualmente pueden visitarse 119 talleres, una cifra muy superior a la del año anterior (60) que da oxígeno a los artesanos, en su mayoría autónomos. «Este año noto más alegría, más optimismo«, comenta Guillermo desde su puesto Bu Paper. Es una opinión compartida, no solo por el aumento de escaparates, ya que la afluencia del público también ha mejorado. «El año pasado la gente todavía tenía miedo a salir a la calle por la pandemia, pero este año estamos remontando», afirma Susana, que lleva más de 30 años participando en la feria con su puesto dedicado a la moda: Suasi Creaciones.
Otro de los puestos más veteranos es el de Aguamanil Piel, que mantiene su lugar en la feria desde la sexta edición. Raquel es la encargada del taller, aunque su marido la acompaña. Para él, la feria ha evolucionado considerablemente desde sus inicios. Destaca que antes reunía a más puestos y artesanos, además de acoger a más clientes, aunque con el tiempo se ha ido profesionalizando cada vez más. «Llegamos a ser 300 en su día», afirma. .
La feria, organizada por la Asociación Madrileña de Oficios Artesanos (AMOA), cuenta con el respaldo de la Comunidad de Madrid, que subvenciona el 50% de los costes de asistencia a ésta y otras ferias. El resultado es un grupo de artesanos de diferentes disciplinas que comparten el diseño y la autoría propia como principio fundamental en su labor.
El puesto de Guillermo rebosa alegría, como el artesano que hay detrás. Construye sus propias matrices a partir de animales o plantas y emplea la técnica del papel maché, pegando capas de papel para luego darles color.
La moda de Suasi Creaciones no se encuentra en cualquier tienda. Cada pieza, elaborada a mano, es diferente y única, algo con lo que los centros comerciales no pueden competir. Pero Susana destaca la desventaja de no contar con un espacio estable para la artesanía, una temporalidad que supone gastos y tiempo.
Dunia emplea la técnica de barro cocido, elevando su temperatura para moldearlo en todo tipo de formas como lámparas o collares. Este es su primer año en la feria, por lo que todavía está probando para ver que le gusta más a la gente. Espera poder repetir, para hacerlo cada año un poco mejor y porque considera que la feria es un buen escaparate para su trabajo.
Nicolás apenas tiene tiempo para atendernos. El puesto de Ecophonic solo lleva tres años en la feria, pero es uno de los que más llama la atención de los viandantes. Su producto es un altavoz que no necesita cables ni ningún otro tipo de conexión. Solo es necesario introducir el móvil en la ranura para que la forma del amplificador actúe como una caja de resonancia para aumentar el sonido.
Raquel, la artesana detrás de Aguanamil Piel, lleva vendiendo sus elaboraciones creadas a partir de cuero desde 1997, cuando montó su tienda en Alcobendas. Lleva 28 años participando en la feria y su marido la acompaña, como en las anteriores ediciones, ayudándola a atender el puesto cuando ella no puede. Ambos han vivido en primera persona la evolución de la Feria y no tienen intención de dejar de acudir hasta que llegue el momento de jubilarse.