El no-futuro de los coches eléctricos

La electrolinera más grande de España inaugurada en Pozuelo de Alarcón manifiesta graves errores y fallos técnicos, según las quejas de varios usuarios

Durante horas y horas, la electrolinera mas grande de España esta vacía, el trasiego desenfrenado de una gasolinera cercana contrasta con el desértico parking eléctrico situado en la Ciudad de la Imagen (Pozuelo de Alarcón).

El pasado día 12 de Enero, la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presentaba este lugar como a la vanguardia de un cambio tecnológico que para los usuarios aún no se ha hecho patente. “A mi no me ha funcionado la aplicación, he tenido que llamar a Endesa.”, comenta uno de los pocos usuarios que carga su último modelo de Audi Q7 eléctrico.

A esta problemática en la comunicación (no hay ningún trabajador físico en la electrolinera), se le suman los grandes tiempos de espera. Y es que, a pesar de que 2o de los 46 puestos son anunciados como `ultrarapidos´ la realidad es otra. “Del 62% al 94% ha tardado una hora en cargar”, comenta el usuario. Todos estos puestos anuncian cargas de 150kW que no se cumplen nunca, en el tiempo de espera queda reflejado. La razón por la que sucede esto es porque si conectas varios vehículos van agotando el suministro general y si cargan de forma simultánea es muy difícil, por no decir imposible a día de hoy, que consigan cargar a 150kW. “Las primeras sensaciones no han sido buenas, solo hay que comprobar las reseñas de los usuarios en apps como ´Electromaps´” comentan fuentes cercanas al mundo del motor.

Una prueba más de las trabas que conlleva utilizar un coche eléctrico es su autonomía, o de eso de queja una usuaria con un Fiat 500 con apenas 250 km de autonomía “Vengo de otro punto de carga que no funciona, me arrepiento de habérmelo comprado y me da miedo quedarme tirada por que no haya suficientes puntos de carga.”, comenta mientras busca una tarjeta entre sus enseres personales. “Acabo de llamar a Endesa y me han dicho que solo funciona con su tarjeta aunque yo tengo la de Fiat para toda España”, explica mientras pasa su tarjeta Fiat y el puesto de carga eléctrico se pone en marcha. “¡Lo veis! ¡Ni ellos mismos se enteran!», concluye.

Para que todos los puestos de la electrolinera tuviesen capacidad de carga de 150 kW, se necesitaría hacer llegar al repetidor más cercano los 150kW multiplicados por los 20 puestos de carga ultrarapida. Una potencia inasumible para el cableado existente, se necesitaría una sección de cables físicamente más gordos para hacer llegar toda esa energía.

Por lo tanto, y sin contar con los superchargers instalados en Nuevos Ministerios por Tesla, es muy difícil encontrar puntos de carga en Madrid, donde no se pierda el tiempo con grandes esperas. Esto obliga a todos los usuarios de coches eléctricos a tener un punto de carga en sus residencias, lo cual también acarrea problemáticas y sobrecostes.

En los garajes comunitarios, la comunidad de vecinos tiene la obligación de facilitar el permiso de instalación de un punto de carga si así lo requiere un usuario de coche eléctrico y vecino de dicha comunidad. Pero este vecino tiene que pagar íntegramente la costosa obra de instalación, en la que es necesario presentar un proyecto, que tiene que volver a ser aprobado por la comunidad de vecinos. Más adelante el usuario debe también subir la potencia de su casa por lo menos a 11kW, con el gasto en electricidad que esto implica. Un gasto aún mayor cuando si se trata de una vivienda unifamiliar o un chalet.

A la vista de los sucesos, es muy complejo mantener un coche eléctrico a pesar de que al cambio con la gasolina, la electricidad salga rentable. Pero la diferencia de precio no compensa para muchos de los usuarios que se muestran hastiados con una tecnología que aún no somos capaces de sostener de forma pública.