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El mundo natural: «Disfrutar un vino desde las emociones»

El comercio y consumo de estas bebidas se encuentra en expansión, y busca conectar con las sensaciones que exploran sus clientes 

Dos locales exponentes del vino natural plantean sus propuestas para acercar a las personas a sentir y conocer un poco más de la experiencia que puede desplegar tomarse una copa. Ambos espacios quieren brindar la comodidad a sus clientes de pedir un tinto o un blanco sin sentirse retraídos, o desconcertados, al pedir una copa o una botella por la falta de conocimiento en el tema. Si le apetecen sabores fuertes o suaves, si quiere algún sabor más dulce, si están buscando una sensación específica, siempre buscando ofrecer lo que una persona desea probar en ese momento. Además apoyan la calidad para la difusión de la producción de nuevos productores, o de quienes aplican técnicas novedosas durante el proceso de elaboración del licor; la variedad de sabores y propuestas están a la orden del día en sus locales.

Para José Ángel González, lo que empezó como un hobby despertó en él una pasión. Hoy es uno de los fundadores de ‘Benditos Vinos y Vinilos’, ubicado en el Mercado de San Fernando, y de ‘La Cruda’, que próximamente reabrirá bajo el mismo concepto creativo. El empresario resalta que «los vinos tienen virtudes: la de la emoción, de la perfección, del afinamiento, de la fiesta y de lo exótico». La idea de crear un espacio para mostrar vinos nace a partir del interés de establecer un nexo entre el campo y la ciudad, «el vino tiene esa particularidad, se hace en el campo, y se disfruta en la ciudad. Es intervenir la ciudad mediante la agricultura». 

González comenta: «Con mi socio intentamos implantar conceptos diferentes, y a partir de ellos, empezamos a buscar creadores de vinos naturales. Trabajas cuidadosamente con la planta durante un año para hacer el vino que quieres, eso involucra un proceso creativo, solo tienes una oportunidad para sacar de esa planta tu mejor uva, y con ello, tu mejor vino». Eso es lo que a los dueños de la tienda y bar les interesa de la transformación creativa, que la aplicación de lo rural, del campo, de la agricultura, resulta en un producto contemporáneo y universal. 

Local de ‘Bendito, vinos y vinilos’ en el Mercado San Fernando ubicado en Lavapiés // Claudia Villena

En el local se ‘acogen’ propuestas novedosas del campo y del proceso de elaboración de los vinos, dado que se plasma la creatividad e imaginación del elaborador y del productor. «Aquí testeamos mucho. Nuestra selección abarca vinos de varios países», sostiene González. Entre sus elecciones puede estar un vino elaborado con una uva de un viñedo de 140 años, o cultivado en biodinámica; ellos buscan un producto especial, que sea artesano. El interés de cultivar, para él, resalta la labor humana sobre el campo, más que la producción, «la agricultura lo que busca es un fruto único. Alguien muy apasionado consigue hacer la mejor uva para el vino que quiere hacer».  

Un local con el mismo concepto es ‘La Productería’ en el barrio de Chueca, localizada en Calle de Barbieri 21, y abierta desde el 2020. Este es un negocio iniciado por una pareja de esposos –Vanesa y José Miguel Castiella–, ambos uruguayos emigrados en 2019. La pandemia cambió sus planes, y decidieron probar suerte en Madrid al invertir sus ahorros en un proyecto que les convenciera. «Conocimos el vino natural ese mismo año y nos voló la cabeza, así que decidimos meternos en ese mundo tan interesante y a la vez divertido», comenta Castiella. La pareja recorrió la ciudad y quedó fascinada con el ambiente que tenía el barrio y ahí es cuándo se inicia el proyecto: «El concepto era y sigue siendo el mismo: tener una tienda de vinos naturales acompañado de productos que estén en sintonía, elaborados honestamente, de pequeños productores, de proximidad si es posible», explica Castiella

Según lo señalado por Madeline Puckette –sumiller certificada, cofundadora de la web ‘Wine Folly’ y autora de libros especializados– se conoce al vino natural como una versión sin filtrar del ‘tradicional’. El vino natural implica los siguientes aspectos en su producción: «las uvas suelen ser cultivadas por productores independientes o de pequeña escala; éstas se recogen a mano en viñedos sostenibles, orgánicos o biodinámicos; éstas se recogen a mano en viñedos sostenibles, orgánicos o biodinámicos, no se incluyen aditivos en la fermentación, y se añaden poco o nada de sulfitos», detallado en la última edición de ‘The Oxford Companion to Wine’. 

Sin embargo, al hablar actualmente de vinos naturales se hace referencia a algo más allá de su elaboración, sino que también a una amplia filosofía de creación de éstos. Las personas que se dedican a producirlos y comercializarlos se han formado para generar en los consumidores una experiencia similar a la de los vinos producidos a gran escala y que se destinen a determinadas ocasiones y con el fin de generar ciertas sensaciones. 

González se inició en el mundo del arte como comisario y gestor cultural, y por ello, trabajó en un proyecto llamado CAMPO ADENTRO, en el que se vincula la agricultura con la ciudad, eso lo acercó aún más al vino. Un día apuntó en un papel sus intereses: agricultura, arte y vino; y ello fue el punto de partida de su despliegue en el mundo del vino.  En España, comenta, el mercado del vino aún es controlable, y «cada año salen más que se te van escapando, entonces probar cada año y ver que tiene la chispa, que ya es una cuestión de sumiller». Además, en ‘Bendito Vinos y Vinilos’ también encontramos el vino que produce González y su socio, lo que se realiza desde el primer nivel de cultivo de la uva.   

    Productos en venta ‘Bendito, vinos y vinilos’ // Vivian Bustos

Para el empresario «una de las partes más importantes del vino inicia con el cultivo de la uva, luego de ello, se realiza el proceso de transformación de la uva en vino, lo que implica una transformación creativa. Entendí que podía acercarme al vino, como un comisario se acerca al arte». La apuesta por ‘Bendito Vinos y Vinilos’ por parte de Gonzáles se encuentra en ese acercamiento a la parte creativa del vino, en cualquiera de las etapas, y se ha decantado por la elaboración de vinos naturales porque le agradan los conceptos innovadores, resalta González.  

Para los dueños de la ‘La Productería’ cada botella es especial y tiene una historia detrás, «por eso nos tomamos el tiempo de contarles a quienes la beberán todo lo que sabemos del productor, del lugar donde se cultiva la uva, en donde se deja macerar, si tiene ánfora, que material fue hecha, si tiene o no crianza, a que sabe o que experiencia puede tener cuando la beba», describe Castiella. Los uruguayos declaran no ser enólogos, ni ‘profesionales del vino’, pero que puedan explicar lo que sienten por un determinado vino desde la experiencia sensorial, «no es tan rebuscado lo que sentimos o hacemos pero es algo que nos gusta, conocer los productores, ir a trabajar con ellos en vendimia, la cercanía que tienen, que te abran la puerta de la bodega y de sus casas, un vino, el otro y ya somos amigos», declara Castiella. La idea de negocio es acercar a las personas a tomar un vino rico, a probar algo diferente, o simplemente, a conocer otra historia.    

La emoción al pedir un vino

La propuesta de vinos intenta ser ‘democrática’ al querer acercar el vino al público madrileño, además de integrar a los bebedores de vino naturales. Si bien González resalta que ellos tienen un local más dentro de los que ofrecen vinos naturales, su particularidad radica en que le ponen énfasis a crear una cultura del vino, quitando la ansiedad que puede producirle a una persona poco conocedora de la bebida poder degustarla. «Tú me dirás: oye dame un vino, y yo te preguntaré, qué te apetece: un tinto, un blanco, algo fresco, divertido, o intenso», comenta el empresario de ‘Benditos, Vinos y Vinilos’. Ellos seleccionan con criterios sensoriales y sensacionales, y miden los colores, la viveza, el aroma; del otro lado, los clientes disfrutan, conectan el disfrute del vino con una emoción. 

«Tú me dirás: oye dame un vino, y yo te preguntaré, qué te apetece: un tinto, un blanco, algo fresco, divertido, o intenso», comenta el empresario de ‘Benditos, Vinos y Vinilos’.

Aunque existen muchos mitos al respecto de sus bondades y una constante comparación con los que ya llevan más tiempo en producción, desde hace más de una década el mercado de estos productos se ha expandido a nivel mundial y entre los países que son los mayores productores de vino. Hay que destacar que este producto requiere un manejo más cuidadoso tanto de productores, vendedores y consumidores, ya que es más sensible a las temperaturas y a la forma en que se almacena. 

España no es la excepción y ya hay tiendas especializadas en comercializar distintos vinos naturales, producidos en el mismo país o importados de otros lugares. En Madrid existen algunos locales que ofrecen vinos naturales, pero lo novedoso de la propuesta es integrar a las personas al mundo de sensaciones que ofrece el vino, sin esa restricción de conocer el detalle de la producción. Lo importante para ambos empresarios es conectar y disfrutar del producto. 

 

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