Villa Menchu: el palacete de Ciudad Lineal declarado patrimonio de Madrid
Entre los inmuebles que se agregaron en el Catálogo de Edificios Protegidos de la capital se encuentra la obra del urbanista Arturo Soria, cuya preservación se ha descuidado por parte de sus dueños y las autoridades
En la intersección de las Calles del General Aranaz con María Lombillo se localiza el Palacete de Villa Catalina, comúnmente llamado como Villa Menchu. Este es uno de los tantos legados del ingeniero de Madrid que en 1997 no fue considerado por el Área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento para recibir protección en el Plan General de Ordenación Urbana. El año pasado finalmente se logró demostrar su importancia patrimonial para la ciudad, pero su defensa ha estado marcada por la incertidumbre por falta de propietarios que lo defiendan. La suerte de este inmueble ha cambiado este 2023 desde que le fue asignada una catalogación especial y el banco que lo controla anunció su subasta. Aún no hay información oficial sobre sus nuevos dueños ni el uso que le darán a este espacio.
Transcurrieron más de 20 años para que se decidiera revisar y modificar el Catálogo de Edificios Protegidos de Madrid que agrupaba hasta ese entonces a 20.660 construcciones, a las que a finales de junio del 2022 se añadieron 738, entre ellas treinta que pertenecen al proyecto de Ciudad Lineal de fines del siglo XIX elaborado por Arturo Soria y Mata. Unas de las más reconocidas son la Villa Rubín y el Colegio Huérfanos de la Armada, actualmente Nuestra Señora del Carmen.
La construcción de este palacio se remonta a 1920 dentro de la Manzana 96 del trazado de la urbanización y hoy está en uno de los puntos donde limitan los distritos de Ciudad Lineal y San Blas-Canillejas. Esta casa de tres plantas tiene un marcado estilo neoclásico con influencias modernistas que se ha mantenido en todas las ocasiones que se ha remodelado debido a que sus dueños le han asignado diferentes propósitos. Ha pasado de ser una vivienda burguesa en sus inicios, a un local comercial y también usado como oficinas. La última vez que estuvo habitada a fines de la década pasada fue el espacio de una clínica dental. Lamentablemente, este último negocio no proliferó y en el año 2019 una entidad bancaria española embargó la propiedad y quedó a cargo de la administración del inmueble.
La Villa Menchú ha estado sin habitar desde entonces, lo que ha provocado que peligre su conservación, especialmente durante la pandemia, ya que en varias oportunidades personas ingresaron ilegalmente y rayaron su interior. Esta situación preocupó a los vecinos del barrio Salvador y a las autoridades distritales, que recurrieron a la Policía Municipal para que desalojara a los okupas. Para evitar que los eventos siguieran repitiéndose, el banco decidió contratar seguridad privada y el distrito aumentó la vigilancia en esa esquina.
Al mes siguiente que el Ayuntamiento de Madrid anunciara que la Villa Catalina estaba en el catálogo de edificios protegidos, el banco decidió abrir la subasta del inmueble, con un precio de venta inicial superior al millón de euros. Al contactar a las autoridades de la ciudad y del distrito para preguntarles por el próximo destino del palacete, no hubo entrega de datos de la transacción ni las condiciones que pidieron para protegerlo.
Por su parte, la Asociación Cultural Legado Cultural de Arturo Soria –organización que lidera los esfuerzos en la divulgación del proyecto de la Ciudad Lineal del urbanista español– ha estado permanentemente involucrada con la situación de todas las edificaciones que se han mantenido hasta la actualidad. Se han manifestado con respecto a la incertidumbre que ha atravesado por años la Villa Menchu y señalan que «se ha salvado por la intervención de todos: vecinos, medios de comunicación, historiadores, Ayuntamiento, entidades bancarias, asociaciones vecinales, políticos y policía. Merecemos poder disfrutar el palacete en un paseo y en un viaje a la infancia».
Asimismo, la Asociación Vecinal del Barrio Salvador también ha visibilizado continuamente la vulnerabilidad y desprotección de este edificio a través de sus redes sociales y página web, generando contenido para que la población se informe de lo que está ocurriendo con este lugar. En las oportunidades que se intentó establecer comunicación con ellos, sólo compartieron sus publicaciones, pero no quisieron dar alguna declaración al respecto.
El Patrimonio Cultural dentro del Ayuntamiento de Madrid
El Plan General de Ordenación Urbana divide su catálogo de edificios en tres niveles de protección: en los dos primeros las construcciones quedan protegidas en su conjunto, mientras que en el tercero solamente se le otorga resguardo a determinados elementos arquitectónicos o ambientes. El Palacete de la Villa Menchu se clasifica dentro del segundo grupo.
Al revisar los datos publicados por el Ayuntamiento sobre presupuestos dirigidos a patrimonio cultural, se observa que desde el año 2014 hubo un aumento en la asignación de los montos y en ningún año se ha gastado la totalidad de las estimaciones para cada periodo. Lo más destacable es que el año pasado –en el que se anunció que el listado de edificios se ampliaría– fue en el que se registró un mayor gasto en el ítem de ‘reparaciones, mantenimiento y conservación’; no existe una justificación oficial para ese monto, pero lo más probable es que el mejoramiento se deba para poder incluir obras al catálogo.
El Área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid es la única entidad competente para catalogar el patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad. En conjunto con las Juntas distritales están facultadas para actuar, otorgar o anular licencias de actividad, de derribo y de derribo en esas edificaciones. También pueden multar, sancionar y expropiar por el mal uso de éstas, donde se requiere la firma del Concejal que preside la Junta distrital.
Conservar adecuadamente cualquier tipo de patrimonio para la ciudadanía es fundamental para cualquier ciudad, no importa si se trate de bienes materiales o inmateriales, pues contribuyen a la formación y mantenimiento de la memoria histórica.
El caso de la Villa Menchu es un ejemplo del peligro que tienen que enfrentar diariamente los patrimonios arquitectónicos y culturales, pues al no ser mantenidos ni reparados pueden llevar a su desaparición. La Asociación Cultural Legado Cultural de Arturo Soria concluye que «la Villa Catalina se ha convertido un poco en el símbolo de la lucha por preservar lo que queda de la Ciudad Lineal. Eran las casas de familias llenas de sueños y ganas de progresar conectadas con la naturaleza y la vida en el barrio».
No se sabe cuál será es destino definitivo de este palacete, pero que haya sido considerado para protegerlo es un paso para mantener presente por más tiempo al proyecto de la Ciudad Lineal de Arturo Soria. Para ello también ha contribuido la publicación de los libros como lo es el caso de ‘Un paseo por la Ciudad Lineal’ de David Miguel Sánchez Fernández y el más reciente de ‘La Ciudad Lineal de Arturo Soria’, que fue presentado el año pasado.