«Te puedes poner más o menos moños, pero la ética periodística es ineludible»
Autores: Regina R. Webb y Jorge S. Casillas
Carmen Aristegui (México, 1964) encadena entrevistas en el Congreso de Periodismo Digital con una naturalidad y una paciencia fuera de lo común. Se gana la vida haciendo preguntas en la CNN pero no le importa postergar un compromiso si es para hablar de radio, televisión y de periodismo. Con más de millón y medio de seguidores en Twitter, es voz más que autorizada para hablar del concepto «marca del periodista».
¿Cómo surge la idea de hacer una retransmisión radiofónica para México de un congreso de prensa escrita en España?
Me interesó mucho la invitación que se me hizo de la Fundación Nuevo Periodismo de García Márquez. Tenía interés profesional en escuchar lo que tienen que decir mis colegas de América Latina y España y también pensé que podía ser interesante para el público en México escuchar a quienes iban a venir aquí. Realmente fue muy buena idea ya que, además de que se puede hacer desde aquí y dar noticias que interesen al público mexicano, hemos contado con varias entrevistas a importantes personalidades de este mundo.
De las ponencias que se han expuesto estos días, ¿cuál es la que más le ha interesado?
Llevamos varios días escuchando a grandes del periodismo latinoamericano y español que han compartido sus experiencias y su conocimiento pero, más allá de eso, creo que hay temas que realmente tienen interés para el público general. Por ejemplo, con el tema de la digitalización: ¿Cómo podemos lanzar de mejor manera los mensajes noticiosos, y no noticiosos incluso, en las pantallas o en los móviles? La digitalización es una realidad, es un proceso que sigue en curso. El gran reto sigue siendo cómo colocar contenido, que cuesta dinero hacer, en un ambiente donde si la gente tiene exceso de información de manera gratuita, es difícil convencerla de pagar por él.
La radio en Internet todavía no puede rivalizar con la radio tradicional, aunque algún día habrá competencia entre las dos
Precisamente hay una ponencia sobre los retos a los que se enfrenta la radio en su transición a la red
El paso de la prensa escrita del papel a la red es inexorable. La radio tiene otros componentes, otra velocidad. Ciertamente hay radio digital pero la tecnología radiofónica es relativamente fácil y menos costosa que el papel (yo puedo venir a Huesca y traerme la radio). Todavía en la radio tenemos un soporte publicitario que nos da una fortaleza económica que nos permite movernos y tener independencia editorial. Hoy la radio en Internet todavía no puede rivalizar con la radio tradicional. Eso sí, yo creo que en algún punto habrá una competencia entre los dos.
¿Cómo difiere tu trabajo periodístico en tu programa radiofónico del televisivo?
La mayor diferencia es el formato. Por la noche es una conversación con alguien que represente algo de la actualidad. Es una charla más pausada, más holgada.
Precisamente por ese estilo queremos preguntar. ¿Estás a favor o en contra de la agresividad por parte del entrevistador? Un estilo que se suele relacionar con tu compañera de cadena Ana Pastor.
Cuando digo pausada me refiero a que tengo más tiempo para hablar con la persona. De Ana Pastor tengo una opinión profesional muy positiva. Es una periodista muy interesante que logra conseguir conversaciones con personajes relevantes de la actualidad. Puede haber una manera de preguntar que te guste más o menos pero creo que por lo general es una gran profesional.
Se habla mucho de la importancia de la marca personal por encima del nombre de la empresa, ¿Cómo convive combinando la marca CNN y la marca Carmen Aristegui?
Mi programa se llama CNN Aristegui. Fue una propuesta de CNN que el programa llevase mi apellido. Me resistí un poco pero tampoco demasiado al final de cuentas porque pensé «dejémoslo así» pero lo que creo que CNN quiso hacer fue un programa desde México con una fuerte carga de información del contexto mexicano. Querían aprovechar básicamente el posicionamiento de esa periodista [por ella] en su país y entonces la propuesta fue que cruzásemos marcas.
Y no teme convertirse en parte del debate de si el periodista no tiene que ser la noticia…
Sí, estoy un poco atrapada en ese tema. Estoy atrapada en destacar tu propio apellido frente a la información. Sé que es una polémica importante. Hay quien plantea que los periodistas tienen que ser ocultos, silenciosos y respeto desde luego esa opinión y a lo mejor hasta simpatizo con alguna de las cosas que tú decías. Pero ya no tenemos remedio porque ya estamos muy metidos en ese ajo. Es un buen debate, una buena manera de discutir qué es exactamente lo que uno hace cuando hace periodismo y al final, como pasa con la vida misma, hay diferentes maneras de hacer las cosas. Habrá quien piense que el profesional puede tener su propio espacio identitario dentro del medio. Habrá quien diga que no, que hay que dejar al periodista sin identidad y que lo que mande es la propia información o el medio en el que participa. Yo creo que no hay fórmulas definitivas y que nadie está obligado a ser como los otros. Podemos hacerlo de forma distinta siempre y cuando haya respeto por el trabajo periodístico, rigor profesional, cualidades profesionales y éticas suficientes para hacer un trabajo ante un micrófono. Ya te puedes poner más o menos moños, ya te puedes poner más o menos luz pero hay unos principios que son ineludibles, que son la ética periodística y profesional.
¿Este debate se hace también en México?
Sí, sí. Allí también se discute entre periodistas, con sus particularidades nacionales. En los últimos años nuestro país ha estado metido en una espiral de violencia desgarradora con decenas de miles de muertos en pocos años y entre ellos hay una lista muy larga de periodistas asesinados. Aquí tienen el problema del desempleo pero allí tenemos esta peculiaridad.
Al igual hubo un boom latinoamericano en la literatura creo que podemos estar ante un boom latinoamericano del periodismo
De un tiempo a esta parte, el periodismo latinoamericano se ha convertido en una referencia. ¿Qué se ha hecho bien en estos años?
Creo que el mérito lo tienen algunos periodistas que sin duda son un ejemplo a seguir por los estudiantes de España y del mundo. Efectivamente se ha desarrollado en algunos lugares un periodismo muy comprometido, muy aguerrido, muy eficiente en la gestión de datos y de la información. En el congreso que tuvo lugar a principios de semana había dos o tres periodistas de primera línea, de América Latina, que han sacudido sus países como Giannina Segnini, que ganó el Premio García Márquez el año pasado. Ella hizo una serie de investigaciones super importantes que colocaron a los presidentes de su país en la picota judicial. Se ha generado una ola latinoamericana, que al igual hubo un boom latinoamericano en la literatura creo que podemos estar presenciando un boom latinoamericano del periodismo. Periodistas muy comprometidos, muy inteligentes y dignos de seguir.
¿Cómo se convive con una masa de seguidores en Twitter tan grande como la suya?
Mira, te voy a decir una cosa: yo que soy una mujer de 50 años tengo el Twitter y el Facebook como algo exótico. La mayor parte de mi vida he estado en una lógica analógica, en una lógica distinta y de un tiempo para acá hemos abierto una cuenta de Twitter que… es precioso. Yo tuiteo muy poco y nuestro trabajo toma el Twitter lo vemos como un espacio más de difusión noticioso. Recoge tuits informativos más que de opinión. Es un número alto y lo aprecio muchísimo. De vez en cuando me apetece cambiarlo y hacerlo más interactivo, pero como voy aprendiendo y acercándome… La fórmula que elegimos no resultó mala porque tenemos muchos seguidores. Veré qué pasa si un día me animo a activar esa cuenta con unos mensajes más editoriales, de opinión. Ya te contaré si los seguidores se fueron o se quedaron.
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