MaisterraValbuena: «ARCO es una feria que siempre sorprende»
La madrileña calle Doctor Fourquet es una vía corriente, estrecha y barnizada de pintadas como otras tantas del centro, salvo por la inusitada concentración de galerías a la que da cobijo. A la espalda del Museo Reina Sofía, Doctor Fourquet se ha convertido en un lugar de peregrinación para los coleccionistas de arte que visitan Madrid. En esta nueva generación de galerías se encuentra MaisterraValbuena, nacida hace seis años de la iniciativa de Belén Valbuena y Pedro Maisterra. «Veníamos de trabajar en otra galería y decidimos montar la nuestra. Queríamos hacer algo que allí no nos permitían: seleccionar a los artistas y crecer con ellos desde el principio», asegura Belén Valbuena, quien pone énfasis en la necesidad de «demostrar al mundo que en España se están haciendo cosas muy interesantes».
Para cualquier galería española, ARCOmadrid es una fecha marcada a fuego en el calendario de ferias. Durante estas fechas Belén Valbuena y Pedro Maisterra trabajan a contrarreloj para cerrar la selección de artistas que van a llevar a la feria que se celebra del 19 al 23 de febrero. Se trata de un grupo de artistas afines a la galería. A falta de un último filtro, los artistas españoles serán Regina de Miguel, Ernesto de San Miguel, Karmelo Bermejo, Antonio Ballester Moreno y Erlea Maneros Zabala, que en la actualidad tiene una exposición en el Guggenheim de Bilbao. Por su parte, la selección extranjera incluye a Maria Loboda, una joven artista polaca que acaba de terminar una exposición individual en el Reina Sofía, Hiraki Sawa –tras dos años ausente en ARCOmadrid–, el peruano Daniel Jacoby, que en febrero inaugurará una exposición en la galería y el colectivo danés A Kassen. El otro extranjero que completa la selección es Dan Shaw Town, un autor inglés que protagoniza la actual exposición de la galería madrileña.
MaisterraValbuena cuida hasta el último detalle del estand de 60 metros cuadrados que tiene reservado para ARCOmadrid. «Tratamos de hacer un stand limpio donde las piezas dialoguen. Pero no siempre lo consigues», defiende Valbuena. El hilo conductor del estand que están preparando para esta edición es «más visual que temático» pues cada obra tiene su propio proyecto. Algo que no resulta complicado dado que la galería trabaja con autores que encajan por sí solos. «El objetivo primordial en las ferias es que una obra no se coma a las demás. Hay que analizar mucho cómo se coloca cada pieza, sino puede parecer un mercadillo».
«ARCOmadrid es una burbuja dentro del sector. Aunque había épocas muy difíciles, la asistencia siempre se mantiene alta. Siempre sorprende, supera las expectativas en cada edición», afirma Valbuena. En este sentido los galeristas lamentan que falte continuidad más allá de la feria: «Hay gente que igual solo compra una pieza al año y lo hace en ARCOmadrid. El problema es que se queda en una burbuja, y más allá de febrero falta cultura de galería. Algo estamos haciendo mal si no somos capaces de mantener ese estímulo el resto del año».
A nivel económico esta pareja de galeristas se conforma con no perder dinero. «Es una feria importante por estar en Madrid y por la bolsa de coleccionistas. Pero nosotros hacemos ferias más rentables fuera, en el sentido de que tenemos acceso a otro tipo de instituciones y coleccionistas internacionales que a aquí no vienen», comentan los galeristas. En su opinión, los objetivos no son solo económicos pues «hacerse con una buena cartera de contactos y acaparar la atención de los colecciones y los comisarios de museos confirma el auténtico triunfo».
«Es una feria con muchas dificultades y muchos problemas –por ejemplo el IVA cultural–, pero que cada año mejora un poquito», comenta Valbuena, que destaca entre los contratiempos la falta de proyección internacional más allá de Latinoamérica. Para atraer coleccionistas extranjeros, la organización de ARCOmadrid paga la estancia de dos invitados por galería. Aunque los organizadores llevan años trabajando este aspecto, cuando una feria tiene calidad «no es necesario invitar a la gente, vienen solos». Y precisamente es la afluencia internacional lo que puede aumentar el valor de la feria: «Queremos que venga gente de Europa y dé a conocer lo que estamos haciendo en España. Es la mayor oportunidad de promoción que tiene el arte en España».
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