Opinión

¿Debe revisar la fuente lo que publica el periodista?

SÍ - M. R.DOMINGO
SÍ – M. R. DOMINGO

Un periodista vale lo que vale su agenda. La relación entre los redactores y sus contactos es quizá el elemento más importante en la producción de noticias. Por eso, si se trata de una fuente importante en el área que le interesa al reportero y le puede ayudar de cara a futuros artículos, negarle la posibilidad de que este revise el texto antes –si lo pide– no es lo más inteligente. Perderíamos así su confianza y, con ello, la posibilidad de que nos tienda la mano en próximas ocasiones. Además, si se trata de un tema complejo en el que las cuestiones técnicas se nos escapan, puede ser positivo que el entrevistado repase las claves del asunto por si no están explicadas con suficiente precisión y rigor. No obstante, una cosa es seguir sus indicaciones y otra muy distinta es venderse a la presión de la fuente. Con esto quiero decir que en cualquier caso, la última decisión sobre lo que saldrá publicado la tiene el redactor y su jefe. Es decir, habrá críticas constructivas que mejoren el texto e indicaciones tóxicas a las que más vale hacer oídos sordos. Sea como sea, no se pueden hacer afirmaciones categóricas, sino que lo prudente es sopesar qué conviene más al periodista a corto y largo plazo dependiendo de cada circunstancia.

NO - R. RIVERA
NO – R. RIVERA

La respuesta es, y lo será siempre: No. Permitir que una fuente revise un texto antes de que sea publicado es el primer paso antes de entregarles el bolígrafo y dejar que escriban bajo nuestra firma. El simple hecho de que te pidan poder «meter mano» a una pieza es un desprecio al trabajo de un periodista, una manera amable de decirte: «no confío en tu criterio profesional». Para correcciones y notas a pie de página ya tuvimos a profesores de facultad. ¿Temes poner mal algún concepto? Entonces pregunta durante la entrevista, que aquí somos informadores, no expertos. ¿A la fuente le preocupa alguna cita polémica? Para eso se inventó el off the record. Cierto es que una persona pueda arrepentirse de algún comentario hecho en una conversación pero, aún así, la decisión de incluir finalmente esas declaraciones en el texto debe recaer siempre en el criterio de un periodista. A fin de cuentas, «noticia es aquello que alguien no quiere que se sepa» y las entrevistas se nutren del arte de conseguir que alguien admita algo que no diría. El periodismo no se hace para complacer a fuentes así que, ante la pregunta «cuándo podré ver el texto antes de que se publique», la respuesta tiene cinco letras: Nunca.

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