«La crisis económica ha llevado a la precarización del periodismo»
Si quiere dedicarse al periodismo hoy en día, compruebe que siempre lleva el equipaje de mano completo: cámara de vídeo, cámara de fotos, portátil y trípode. Esta es la realidad actual que vive el profesional del sector y por lo que ha pasado a calificarse de «orquesta».
Rafa Garrido, periodista de la sección política en la Agencia Catalana de Noticias (ACN), charla con Madrilánea sobre el tema de la ponencia «El periodista orquesta en tiempos de redes y plasmas» en la que va a participar en el XIX Congreso de Periodismo Digital de Huesca.
Le han seleccionado para participar en una ponencia que gira en torno a la idea del periodista orquesta, ¿se ve reflejado en el título de la mesa?
Completamente. En mi caso, yo voy todo el día cargado con un equipo que lleva una cámara de vídeo, un trípode, una cámara de fotos y un portátil, con todos los cables y baterías que eso implica. Entonces, cuando voy solo a un acto, planto el trípode, monto todo y me siento con el ordenador justo detrás. Comienzo a escribir lo que el político va diciendo para poder pasar el teletipo y en cuanto hay un momento en que se hable de algo que no tiene mucha enjundia, me levanto corriendo, cojo la cámara para hacer dos o tres fotos y poder mandarlas también.
Entonces, ¿el periodista orquesta sería solamente aquel que trabaja en una agencia o podría considerarse una definición actual de la profesión?
En realidad es una definición bastante exacta y extensible a todo el sector. En mi caso se trata de un perfil multidisciplinar bastante claro, pero incluso el redactor de un periódico, por ejemplo, que a priori solo tiene una tarea asignada, acaba publicando un tuit o haciendo algo para la web. Al final en un sentido u otro, los profesionales nos estamos volviendo un poco «orquesta» todos.
Si como apunta, el profesional acaba realizando varias actividades, ¿se perderá la especialización como seña de identidad del periodista?
En realidad la especialización continúa existiendo, pero temáticamente, no a nivel de formatos. Por ejemplo, el periodismo político se divide en diversas secciones: gobierno, partidos políticos, parlamento… Se trata de temas muy especializados, para los cuales te exigen que domines varios formatos: te pueden pedir hacer el texto y el vídeo, el texto y una síntesis puramente informativa para la web o igual te toca ir narrando el minuto a minuto de una rueda de prensa por Twitter.
Por tanto, ¿ha sido el avance tecnológico (el espacio web y las redes sociales) el que ha propiciado la aparición del periodista orquesta o ha sido generada por la época de crisis?
Puede que haya mezcla de varios factores, pero bajo mi punto de vista, el detonante de todo esto ha sido la crisis, y más concretamente la precarización del trabajo. Aunque ahora en teoría la crisis no está tan pujante y los medios se van recuperando, el periodismo ha sido uno de los sectores más castigados. Por tanto, aquellos afortunados que conservamos nuestro puesto de trabajo, hemos acabado desarrollando tareas que podría haber hecho otro compañero si las redacciones hubieran estado mucho más facultadas.
Entonces, más concretamente, ¿de dónde viene motivada la precariedad del trabajo?
Aunque la crisis tiene mucho que ver y la precarización de trabajo empieza a ser mucho más grave a partir de 2008, yo ya trabajaba en el sector mucho tiempo antes y ya empezaban a aparecer los primeros síntomas. Seguramente el afán empresarial por hacer de la información un negocio y no un servicio público es lo que ha llevado a la precarización del sector.
En una comparativa, ¿qué le saldría más rentable a las empresas, un periodista multidisciplinar o un freelance?
En algunos casos puede incluso ser lo mismo, un autónomo que trabaja solo y escribe, edita y hace fotografías. Pero también existe el periodista orquesta dentro de la propia redacción, como en mi caso. Cuando la profesión está tan precarizada y te exigen muchas cosas, siempre aceptas porque si no lo haces tú, hay otras personas dispuestas a tomar tu puesto de trabajo e incluso cobrar menos porque viene del paro. Por tanto, sí es verdad que el periodista orquesta, autónomo o no, le sale muchísimo más barato al empresario del mundo de la comunicación.
¿Compensa esta situación en cuanto a la calidad del producto?
Obviamente al redactor no le compensa. Cuando una persona necesita cierto tiempo para lograr un buen producto y no dispone de horas, lo primero que se resiente es la calidad. Pero al final el producto sale y eso es lo que importa. El problema creo que está en el consumidor de información. Durante muchos años, los profesionales nos hemos olvidado de educar al lector/ receptor; o sea, de enseñarle que una información no sólo te tiene que llegar ya, de inmediato, sino que te tiene que llegar contrastada, bien escrita y enmarcada en un contexto. Y para eso hace falta tiempo y hace falta gente.
Si todo el mundo tomase conciencia de la situación, ¿se podría retomar la esencia del periodismo?
Yo creo que poco a poco ya van sonando las alarmas. Es importante que el público entienda que si nosotros lo hacemos el mejor trabajo posible eso es mejor para ellos, porque contribuimos a formar una sociedad mejor informada. Nos falta aún, pero creo que por lo menos ya hemos tomado conciencia dentro del sector, que tampoco estaba tan claro.
Respecto al congreso, ¿cree que este tipo de eventos donde profesionales del sector exponen su trabajo diario sirven para dar a conocer esta realidad a la sociedad o se queda solo para los periodistas?
De entrada sirven para visualizar las dificultades, que no siempre ha sido así. Muchas veces el problema que hemos tenido los profesionales de la comunicación es que no nos gusta ser noticia, solo nos gusta explicar lo que hacen los demás. Entones, este tipo de iniciativas, al estar protagonizado por y para profesionales del sector, ayudan a reflexionar. Seguramente lo que yo piense individualmente no soluciona nada, pero si mi pensamiento coincide con el tuyo y se une la aportación de una tercera persona, igual sale algo de ahí. Una reflexión conjunta siempre es buena, sobre todo si el objetivo es común.
¿Qué espera entonces de la ponencia en la que va a participar?
De entrada que la gente se lo pase bien y no se aburra. Espero que se pueda hablar del tema sin dramatizarlo, pero sin perder el punto de vista que nosotros tenemos. Que sea por un lado la denuncia de la situación exagerada que vivimos desde la profesión, pero también la búsqueda de una idea para poder afrontar el momento. Pero sobre todo, espero que el tema se focalice en quién nos tiene que ayudar para salir de este círculo vicioso en el que nos hemos metido. Porque, igual si los políticos no utilizaran Twitter y simplemente convocaran una rueda de prensa para dar explicaciones, la labor sería más fácil. En realidad creo que la culpa no es nuestra y no podemos seguir victimizándonos.