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Reabre el Rastro y «yo al menos tengo puesto»

Grupo de manifestantes en el Rastro (Foto: Nerea Chicote)

 

Después de ocho meses inactivo, el famoso Rastro de Madrid vuelve a La Latina. El mercado, que abrió de 09:00 a 15:00 horas, contó con 500 puestos y un aforo máximo de 2.702 personas. Sin embargo, la jornada estuvo marcada por los problemas relacionados con la organización del recorrido y por las quejas de algunos de los comerciantes. 

El mercadillo comenzó la mañana con un número reducido de personas, sin estrés y sin barullo. «Tal como pinta la cosa, esperamos poquita cosa del día de hoy», expresa Isaac, dueño de uno de los puestos. «El Rastro es cultura, es tradición, no entiendo como han tardado tanto en abrirlo habiendo reanudado otros mercados ya», confiesa. 

Sara López, comerciante del mercado, tiene las expectativas de «una persona que lleva ocho meses sin trabajar» aunque especifica que la solución es pensar que «al menos tengo puesto físico». También informa, en cuanto a los turnos, que será difícil gestionar la situación económica que se produzca ya que «hay varios puestos que, con el día de Reyes y las Navidades de por medio, se quedan sin las fiestas y es un poco complicado», finaliza. 

Aproximadamente una hora después de la apertura del mercado se escucharon gritos y cánticos en una de las zonas de la calle de la Ribera de Curtidores. Un grupo de personas estaba alzando sus manos mientras gritaban al unísono «manos arriba, esto es un atraco», otros entonaban frases como «el Rastro unido jamás será vencido». 

 

Protesta espontánea (Foto: Nerea Chicote)

 

Los hechos desencadenaron en una protesta espontánea contra los Policías Municipales y el Gobierno de Martínez Almeida. Los comerciantes expresaron que se sienten olvidados, vendidos y engañados. La acción se vio motivada por las medidas que los agentes habían implantado en el Rastro, viéndolo por los vendedores como algo «improvisado». El detonante final fue el corte en la famosa vía principal del mercado (Ribera de Curtidores), algo que no estaba reflejado en el plano que el Ayuntamiento de Madrid y el mercado pactaron antes de abrir el Rastro. Según el documento, el cierre de esta calle debería estar al final de la misma. Sin embargo, los agentes lo fueron acortando generando confusión entre las personas que recorrían la vía.

Mayka Torralbo, presidenta de la Asociación El Rastro Punto Es , convocó una rueda de prensa para aclarar lo sucedido a primera hora. Torralbo alegó que, tras ocho meses parados y cinco meses de lucha, han conseguido impedir «que el Ayuntamiento de Madrid aprovechará la crisis sanitaria para desmantelar el Rastro a través de una reestructuración total del mismo que lo hiciera irreconocible». 

La presidenta de la asociación alegó que este fue el motivo de la tardanza de la vuelta a la cotidianidad en La Latina ya que las primeras propuestas del Ayuntamiento de Madrid eran «inadmisibles». El plan que ofrecieron a los comerciantes era el de «hacer cinco mini mercadillos desconectados entre sí, desplazando más de 200 puestos fuera del Rastro de Madrid», explica Mayka Torralbo. También expresó sus quejas en cuanto a la preparación de la vía pública y en todo lo referido a la herramienta de geolocalización. En cuanto al control de aforo, la presidenta cree que fue «improvisado, sin cartelería y sin un flujo adecuado».

 

Mayka Torralbo, presidenta de la Asociación El Rastro Punto Es, junto a los agentes (Foto: Nerea Chicote)

 

Finalmente, y a pesar de estos problemas puntuales, el Rastro se fue llenando de vida llegando incluso a completar el aforo permitido. Las medidas anti-covid se respetaron y los comerciantes se quedaron con un buen sabor de boca. Sara López, dueña de uno de los puestos del mercado, hace una valoración de la jornada muy esperanzadora «muchas personas expresaron lo mucho que nos echaban de menos y nos dieron su apoyo. Fue un día complicado por las tandas de aforo y las entradas y salidas pero positivo en conjunto». Añade también que «aunque la venta fue más floja, lo compensó la clientela y su apoyo».

 

Un Rastro sin coronavirus

El popular mercado madrileño volvió a ocupar las calles de la capital este pasado domingo 22 de noviembre. Esta reapertura tiene el objetivo de devolverle una especie de «normalidad» a los domingos de esta zona aunque las medidas contra el covid marcan las pautas.

El horario no varía (de 9:00 horas a 15:00 horas) aunque sí que cambia la organización original del mercadillo. El aforo tiene un máximo de 2.702 personas y está controlado por drones pertenecientes a la Policía Municipal. Los puestos, que deberán alternarse entre ellos cada domingo y festivo, se limitan a 500 por día repartidos en distintas calles: hay 190 en Ribera de Curtidores, 120 en Campillo del Nuevo Mundo, 82 en Vara de Rey, 81 en la Plaza de Cascorro, 16 en Carlos Arniches y 11 en Mira el Río Baja. Para salvar la distancia de seguridad, todos los puestos tienen que estar separados entre sí por un metro y medio, evitando además las aceras. 

Para facilitar la comprensión de la nueva organización del mercado, el Rastro cuenta con un mapa de geolocalización con el que el cliente puede ubicar cada puesto mediante el «número covid». 

 

Medidas de prevención en uno de los puestos (Foto: Nerea Chicote)

 

 

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