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Janane: «Para mis hijos tener un juguete es felicidad»

Algo tan sencillo como tener un juguete sigue siendo todo un privilegio para muchas familias españolas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Además, este año, como consecuencia de la pandemia, muchas han visto agravada su situación económica teniendo que prescindir de ciertos gastos antes cotidianos . Durante la época navideña, muchas asociaciones, fundaciones y ONG organizan recogidas y entregas solidarias de juguetes para hacer llegar un peluche o un puzle a miles de casas españolas.

«Hago lo que sea por mis hijos»

Janane es madre de tres niños y suele estar en contacto con la Asamblea de Cruz Roja en Pinto. Allí la ayudan para poder tener una buena calidad de vida y también para poder sacar una sonrisa a sus pequeños con un juguete en navidades. Aunque cuenta con un trabajo, no siempre puede llegar a final de mes con lo que gana, y además su situación económica ha empeorado con la pandemia. «Yo trabajaba a media jornada en un Burger King, solía estar como cajera o en la cocina, pero en marzo nos fuimos a casa y desde entonces estoy en ERTE», cuenta Janane.

«Siempre he trabajado con Cruz Roja y esta no es la primera vez que participo en la campaña para recibir juguetes. Siempre me tratan genial, siempre con una sonrisa», explica Janane, mientras reitera su agradecimiento a la ONG y a todos los voluntarios que la forman.

Ella, al igual que otras familias, contactó con una de las voluntarias quien le explicó el procedimiento para poder recibir los juguetes, siguiendo en todo momento las medidas de seguridad sanitarias. «Laura, una de las voluntarias de aquí, me dio una tarjeta y con ella puedo ir con mis niños a recoger el juguete. Ellos pueden elegir el que quieran, lo que es genial», expone emocionada Janane. «Yo no puedo comprarles juguetes y para ellos supone la felicidad y gracias a Cruz Roja mis hijos tienen felicidad, por eso siempre voy a darles las gracias. Ellos nacieron en España y siempre han conocido la tradición de los Reyes y regalar en esta época, por lo que darles un juguete es importante para ellos» cuenta, entre alguna que otra lágrima, Janane.

La idea de recurrir a ayudas sociales, bancos de alimentos o entregas de juguetes solidarias en muchas ocasiones está rodeada por una gran parte de prejuicios. Respecto a esta cuestión, Janane es tajante: «Jamás he sentido vergüenza. Soy una mujer luchadora, divorciada, y hago lo que sea por mis hijos. No me da vergüenza contarlo, hay que contarlo».

Sus derechos en juego

Este año, Cruz Roja se ha marcado como meta recoger 100 mil juguetes para hacérselos llegar a 50 mil niños que se encuentran en una situación desfavorable. En este año tan atípico, el número de destinatarios se ha elevado considerablemente. La situación económica y laboral de muchas familias se ha agravado a raíz de la crisis del coronavirus y han necesitado inscribirse en programas como estos para que los más pequeños puedan tener un regalo en navidad.

Cartel campaña recogida de juguetes (Foto: Cruz Roja)

Bajo el lema sus derechos en juego, Cruz Roja no solo pretende dotar de juguetes a miles de niños sino que esperan también poder ejercer una función educativa y social, y por ello se primará que los juguetes donados sean juguetes no bélicos ni sexistas, educativos y medioambientalmente sostenibles, para que los más pequeños puedan trabajar mejores valores sociales a través del juego.

Todo aquel que quiera colaborar podrá entregar juguetes en los puntos habilitados o realizar una donación económica a través de la web oficial de Cruz Roja o a través de un mensaje o una llamada de teléfono. El dinero recaudado se destinará íntegramente a la compra de juguetes para familias en dificultad social.

Asociación Sonrisas

18 de diciembre, once y media de la mañana. José María Arroyo, presidente de la Asociación Sonrisas, llega con un saco lleno de ovejitas de peluche al hospital universitario Ramón y Cajal de Madrid. La Asociación Sonrisas es una ONG, con presencia en toda España, compuesta por voluntarios civiles y miembros de los Cuerpos y Fuerzas Generales del Estado, las Fuerzas Armadas y los Servicios de Emergencias. Principalmente se dedican a hacer visitas a los niños ingresados en hospitales o casas cuna, pero también realizan recogidas de material escolar, ordenadores, tablets y juguetes. Hoy hacen la primera entrega de juguetes de la campaña navideña. 

Miembros de la Asociación Sonrisas en la entrega de juguetes en el hospital universitario Ramón y Cajal (Foto: Marta Martínez)

David, guardia civil, e Iván, policía nacional, recuerdan con nostalgia las visitas que realizaron a los hospitales para entregar juguetes el año pasado. Ambos son miembros de la asociación desde su origen. Para poder cumplir los protocolos sanitarios, las entregas habitación por habitación se han suprimido y los niños tampoco pueden estar en contacto con los voluntarios durante la entrega. «Antes el evento se hacía mucho más a lo grande, porque venían muchos más miembros, se traían los camiones y los coches para que los niños subieran y pudieran jugar. También venían las patrullas caninas, pero este año era imposible hacerlo así. Vamos a repartirnos y a hacer pequeñas visitas», explica José María, presidente de la Asociación.

Miembros de la Asociación Sonrisas en la entrega de juguetes en el hospital universitario Ramón y Cajal (Foto: Marta Martínez)

Los voluntarios esperan poder volver pronto a poder realizar las visitas multitudinarias, poder sorprender a los más pequeños y disfrutar de ellos. «Lo que más les gusta es dar las luces, encender los altavoces y subirse a los camiones. Lo más emocionante es verlos disfrutar, pero no por darles un regalo sino porque cambian el chip, salen de su día a día», cuenta David, miembro de la Guardia Civil. 

«Ellos se implican muchísimo y al final para los niños es emocionante verlos todos juntos, muchos quieren ser como ellos de mayores. Hacen una labor impresionante», comenta una voluntaria civil sobre los voluntarios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. «Es una pena que este año no haya podido hacerse como en otros», lamenta la voluntaria. Aun así no renuncian a llevar a cabo esta labor. Durante todo el mes de diciembre realizarán entregas en distintos puntos de España, siguiendo todas las medidas de seguridad.

Fundación Madrina

Con el objetivo de ayudar a madres y niños en una situación vulnerable, con especial atención a mujeres embarazadas y bebés, nace en el año 2000 la Fundación Madrina. Principalmente desempeña una función sociosanitaria de acompañamiento: social, porque ofrecen todo tipo de orientación y formación, para encontrar un empleo por ejemplo, y porque ofrecen un lugar donde vivir a muchas madres y  los recursos necesarios para sus bebés como cunas y tronas; y sanitaria, porque dotan de asistencia sanitaria a las mujeres que no cuentan con una cobertura médica.

A pesar de las dificultades logísticas para organizar la recogida y entrega de juguetes, consecuencia de la pandemia, no han querido renunciar a  la campaña de recogida de juguetes. «Este año necesitamos juguetes que sean nuevos para asegurar las medidas de seguridad porque además, estos juguetes van a niños muy pequeños», explica Isabela Córdoba, responsable del departamento de voluntariado y calidad de la Fundación Madrina. Este año se ha decidido llevar a cabo dos entregas, una el 23 de diciembre y otra el 5 de enero, en la parroquia de Santa María Micaela; y gracias a los coches de algunos voluntarios harán alguna entrega a domicilio en la sierra. 

«Se nota mucho que hay menos donaciones en comparación con el año pasado, no sabemos si porque estamos pidiendo juguetes nuevos o por la pandemia. Las empresas tampoco están donando mucho, porque la mayoría no pueden o siguen en ERTE», relata Isabela.

Además, la demanda de niños ha aumentado considerablemente a raíz de la crisis económica consecuencia de la incidencia del coronavirus. «Antes nos dedicabamos exclusivamente a madres embarazadas o con menores de 3 años en una situación difícil, pero ahora hemos tenido que abrir el abanico porque muchas familias nos llamaban pidiéndonos ayuda», declara Isabela Córdoba. La fundación ha pasado de colaborar con 15 mil niños a 100 mil. «Sobre todo necesitamos cosas para niños entre 0 y 2 años y personas voluntarias», insiste Isabela.

 

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