Congreso Periodismo Digital 2014

Periodismo comprometido: una redundancia necesaria

Javier Calero / Josefina G.Stegmann

Sin memoria me moría: Corporación Colombiana de teatro. Foto: WIKIPEDIA
Sin memoria me moría: Corporación Colombiana de teatro. Foto: WIKIPEDIA

Las historias de la gente, las que dan voz a los anónimos y a los más vulnerables son una necesidad urgente del periodismo y a la vez una excepción a la regla donde las declaraciones copan las portadas de los diarios. La denuncia de las injusticias y de la vulneración de los Derechos Humanos es la misión de lo que hoy se denomina «Periodismo comprometido».

La ONG Intermón Oxfam ha promovido en este contexto un proyecto en el que un consejo de periodistas expertos, tanto españoles como latinoamericanos, reflexiona y discute sobre la necesidad de un periodismo que sirva como herramienta de denuncia y consiga que los contenidos de carácter social de cada país sean considerados noticia a nivel internacional. Este debate se ha trasladado a Huesca en los días previos al XV Congreso de Periodismo Digital. Como antesala, los días 10 y el martes 11 de marzo se celebró el encuentro: El periodismo como herramienta de denuncia universal, organizado por Oxfam junto con la Fundación Gabriel García Marquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.

Daniel Moreno, editor del digital mexicano Animal Político, ha sido uno de los ponentes elegidos; procede de uno de los países más peligrosos del mundo para poder informar libremente, según la organización Reporteros sin fronteras. «Pero en nuestro caso, por radicar en el Distrito Federal (la capital), nuestra demanda de libertad informativa no se hace contra el narcotráfico más propio de otras regiones del país, sino contra el Gobierno que controla el mercado de la publicidad de la prensa en torno a un 70-80%», aclara el ponente mexicano.

Portal de información política, pero no declaraciones, matiza rápidamente Moreno para incidir que su lucha es por el rigor, por la protección de los Derechos Humanos y contra la corrupción. «El periodismo de nuestro país va muy por detrás del que se estila en países como Colombia, donde ejerce de bastión fundamental para la democracia y que nos sirve como ejemplo. Y ello se plasma en que en el último año más de la mitad de nuestras portadas reflejaron declaraciones de un solo individuo».

Cobrar por los contenidos nos quitaría influencia

Reivindican su compromiso por el rigor en el uso de las fuentes «frente a ese periodismo subsidiado que no vive de las noticias, sino de portarse bien con el Gobierno». Animal Político solo recurre a un 2% de publicidad gubernamental, ha optado por lo privado aunque claro la supervivencia resulta harto complicada. «La cuestión de cobrar o no los contenidos me ha traído a este Congreso y a su debate sobre el tema, aunque creo que un medio joven como el nuestro no debe perder la influencia que originaría situar esa barrera ante los lectores».

Martín Caparrós, periodista y escritor argentino, huye de etiquetas y hace una aproximación al concepto de periodismo comprometido con humor y cierta ironía: «Cuando se habla de ello me acuerdo de la cortinilla de un programa de radio en la que una voz, con la marcha nupcial de fondo, decía: “un programa que no se casa con nadie”», cuenta riendo Caparrós. Confiesa que la palabra «comprometido» le sirve más para hacer chistes que para ponerlo en su tarjeta. Eso sí, reconoce que la independencia es posible, de hecho cada vez más.

Periodismo sin complejos

Al hablar de periodismo comprometido le quita la última partícula y, haciendo uso de las propias reglas de la profesión, lo define de forma directa: «Se trata un periodismo que no se prive de pensar, que no tenga vergüenza de indagar en las causas de los asuntos, que no se escude en la supuesta neutralidad del periodista para contar una escena sobre la que no se va a entender ni el porqué ni el cómo».

Él, de hecho, se define como un periodista que «busca contar otras cosas que no se cuentan como por ejemplo el hambre». Tema que sí está presente en los medios, pero que se ha trivializado. «Me hace gracia cuando se habla de “lucha contra la pobreza”, la culpa no es de la pobreza sino de la riqueza concentrada de unos pocos. Y el periodismo lo ha reducido a una estampa costumbrista lacrimógena en la que se priva de pensar».

De ahí viene la colaboración con Oxfam, que apunta a la necesidad de un periodismo que sea capaz de «denunciar las injusticias y dar voz a los más vulnerables», afirma Lucila Rodríguez-Alarcón, directora de comunicación de la ONG. Sin embargo, Caparrós se rebela también contra el término «denuncia». «Estas se hacen en la comisaría, que es un sitio donde no querría estar. El periodista tiene que contar y pensar. Periodismo es averiguar, pensar y contar», zanja nuevamente.

Público «inventado»

Ahora, no está de moda averiguar, pensar y contar ni tampoco mirar al público que, a su juicio, es «inventado» por los propios medios. «Es fácil escudarse detrás de ese ente que llamamos público y justificarse: “yo hago una mierda porque es lo que el público pide”», ejemplifica Caparrós.

Caparrós se despoja de nombres rimbombantes, de contenidos superfluos y de aquel público «inventado». Incluso, no se calla cuando se trata de hablar del periodismo de su tierra, de Latinoamérica, equivocadamente valorado en cuanto a una profundidad y ausencia de contenidos susceptibles de clicks frenéticos: «No es un ejemplo de nada, me encantaría poder creer que es así pero no».

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