Las tiendas online conquistan la calle
Madrid es una ciudad repleta de historia y en constante movimiento, una ciudad que no para. Frente a la crisis y los negocios tradicionales ha nacido en España una generación de jóvenes emprendedores que se han nutrido del ambiente cosmopolita que reina en capitales como Londres, París o Nueva York. Las creaciones de estas jóvenes promesas han llegado para quedarse. Quieren impulsar el país y hacerse un hueco en un mercado laboral que sufre las consecuencias de la peor crisis de la historia. En un momento como este, las sinergias y los modelos de negocio efímeros triunfan en Madrid, así surgen las Pop Up: Espacios diáfanos donde los jóvenes creadores pueden vender sus productos y dar a conocer su marca durante un corto periodo de tiempo.
María Jesús Juste y Elena Aresti crearon 1001 atmosphera hace un año con la finalidad de convertir su espacio en una «plataforma física para lanzar a jóvenes genios españoles». Esta Pop Up se encuentra en el barrio de Salamanca, en la calle General Pardiñas, 50. «La iniciativa surge después de buscar un local interesante, bonito y bien situado para dar luz y visibilidad a los jóvenes emprendedores que, a raíz de la crisis, crearon sus propias marcas online», comenta Juste. Al vender su producto por Internet y no tener un espacio físico, los jóvenes acuden a este tipo de locales para vender sus productos durante cuatro días con un gasto menor del que supondría un alquiler en pleno barrio de Salamanca.
«Siempre hemos querido ser selectivas y apoyar al joven emprendedor que crea un producto original y le da importancia a la manufactura en España», asegura Aresti para añadir que el producto cien por cien español no debe dejar de existir: «Como se trabaja la piel en España no se trabaja en ningún otro sitio». La próxima semana, 1001 atmosphera cumplirá un año y lo celebrará con otro Pop Up, así podrá festejar que su proyecto se traslada a Zaragoza, Valladolid y Valencia. «También queremos que estos jóvenes se den a conocer en el resto del país y seguir creciendo con ellos», cuenta orgullosa Juste.
Gracias a 1001 atmosphera, y a una invitación como joven diseñadora a la pasarela Cibeles, Jimena Von Knobloch (25) dio a conocer Apodemia, su firma de bisutería. Las pulseras, que empezaron como un hobby, han derivado en una amplia colección de complementos que ha ocupado las páginas y portadas de las principales cabeceras de moda del país. Jaime Landeta (27), dejó su trabajo en banca de inversión para sumarse al proyecto de Jimena: «Los Pop Up los vimos como algo que nos ayudaba a darnos a conocer». Además, la joven diseñadora solo ve argumentos positivos para acudir a este tipo de tiendas: «Te benefician porque tu producto llega a gente que tú no conoces». Esta joven pareja ha observado la proliferación de las Pop Up en Madrid y saben que no todas son iguales. «A cada espacio acude un target específico, por eso es muy importante encontrar uno que te beneficie y al que vaya tu público objetivo», cuenta Jimena que, gracias a este tipo de espacios y dos años después de atreverse a emprender, tiene una tienda propia y un corner en El Corte Inglés.
Experiencias de consumo
En el año 2009 Juan Luis Medina (36) y Naroa Quirós (33) viajaron a París y conocieron la tendencia de los Pop Up. Al volver a la capital decidieron crear Madrid in love, un estudio de interiorismo que, además de decorar espacios, crea experiencias de compra diferentes mediante tiendas Pop Up. Juegan a ser efímeros para permanecer en el tiempo. Por ello sus tiendas duran un mes como máximo y cada vez son en un emplazamiento distinto: «La idea es que no sea siempre en el mismo espacio porque si no al final se convierte en una tienda que abre y cierra», apostilla Medina que además argumenta que los Pop Up son muy «divertidos» porque sorprenden a la gente: «Siempre tienen la incertidumbre de no saber dónde estará Madrid in love la próxima vez».
Medina y Quirós se emocionan con cada experiencia de compra que crean, con el montaje y la búsqueda de cada espacio y con los jóvenes que empiezan a tener iniciativas propias que están «tomando el mando de sus propios negocios renovando y modernizando lo que, hasta ahora, había en Madrid». Les encantan los proyectos espontáneos que surgen, aquellos que van acompañados de sinergias y nuevas tendencias. «Nosotros ante todo somos jóvenes y emprendedores, cuando empezamos nos habría gustado que alguien nos ayudase con una plataforma así para hacernos visibles, por eso decidimos construirla», cuenta Medina.
Miguel Bonet también quiso sumarse a la tendencia de los Pop Up hace dos años. Así nació Better, una agencia de comunicación que también crea experiencias de consumo en tiendas «particulares y especiales». Bonet cuenta que el proyecto empezó con «un pequeño carro en Federica & CO (Hermosilla, 26)». Poco a poco, Better ha ido evolucionando hasta que las pasadas Navidades montaron The Hovse, un Pop Up que duró un mes y ocupaba un edificio entero en la calle General Arrando. «Era una tienda con 90 marcas y 30 empleados, con una cafetería, un bar y una experiencia única. Conseguimos inventarnos un plan navideño». Ante un concepto de negocio así, en Better, Bonet y sus socios, lo controlan todo: «Desde los códigos de barras de cada producto, el diseño de la tienda, los empleados y las marcas que participan».
Cuando llegan a un espacio completamente diáfano que les gusta, son conscientes de que solo lo van a utilizar una vez pero que tienen que acondicionarlo para hacerlo acogedor y atrapar al consumidor. Para conseguir su objetivo deben reformar el espacio y esa obra les debe salir rentable. Para ello hacen un proyecto de crowdfunding entre las marcas que ceden su producto para que lo vendan en sus espacios. «Nos ayudan a pagar los costes del proyecto y después, esas marcas ceden su producto a Better para que se lo vendamos en el Pop Up».
De esta forma han creado una labor de «comisariado» muy importante con jóvenes emprendedores que «tienen proyectos muy interesantes». Todas las marcas que trabajan con Better tienen «un impacto local» como los chicos de Mr. Boho o Sockaholic.
Un producto «cien por cien ibérico»
Jaime de la Puente (30) y Jaime Terceiro (26) son los creadores de Sockaholic, una marca de calcetines que empezó a darse a conocer en los proyectos de Better porque, tal y como asegura De la Puente: «Lo hacen todo con mucho mimo». Montaron la firma porque no estaban «satisfechos con el producto de calcetines» que encontraban «en el mercado». El diseño de los modelos se lleva a cabo en Madrid y la producción en el norte de Portugal, por esta razón, a sus creadores les gusta denominarlos como «cien por cien ibéricos». Con el Pop Up que montó Better el verano pasado, estos jóvenes emprendedores consiguieron posicionarse en el mercado. «Empezamos en octubre de 2011 con una tienda online y desde el año pasado vendemos en El Corte Inglés», relata De la Puente.
Nuria Blanco (34) estudió Bellas Artes y hace un año empezó a hacer vajillas a mano que llevó a Pop Ups de Madrid in Love y a The Hovse. «Como mi producto es hecho a mano y no produzco a gran escala, necesitaba un punto de venta que no fuese constante», asegura Blanco, que sabe que este concepto de tienda es «perfecto» para su producto. Además, la joven artista cree que estos espacios son «una manera de tener contacto con el público y saber qué demanda y qué piensa» sobre su producto.
«Las Pop Up mueven mucha gente y los asiduos siempre están preguntando cuándo y dónde es la siguiente», añade Blanco para sentenciar: «Como las tiendas no son permanentes, la gente las coge con muchas ganas».
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También tenemos un espacio en el Sur que se llama EFIMERE.
«Alójate con tu negocio en la mejor zona comercial desde solo un día» The retailer’s HOTEL
Es una ocasión muy buena para probar una idea y como funciona como tienda física.
si tengo opción trataré de probarla
Hechizo de Plata