La Paz, cincuenta años cuidando de los madrileños
Una treintena de enfermos y familiares esperan su turno en una sala de urgencias. En sus rostros se refleja el dolor y el miedo ante el inminente diagnóstico, en sus rítmicos paseos se notan los nervios y las prisas por querer ser atendido. Es un día más en la vida del Hospital Universitario La Paz, una rutina que no entiende de celebraciones. Sin embargo este salvavidas madrileño ha soplado este año las velas de su cincuenta aniversario.
El 18 de julio de 1964 pasó a la historia de la sanidad española por ser la fecha en la que se inauguraba el Hospital General La Paz, dentro de los actos de conmemoración de los veinticinco años de paz tras la finalización de la Guerra Civil. Nacía el primer gran centro hospitalario en nuestro país. Sin embargo, muy pocos hubiesen pronosticado ese día el espectacular desarrollo que iba a experimentar esta «ciudad sanitaria».
En sus inicios, las instalaciones apenas ocupaban 30.900 metros cuadrados y únicamente contaba con la Residencia General La Paz. Poco a poco fue creciendo a la par que lo hacía la propia ciudad. Madrid invadió la zona, que pasó de ser un campo en el que pastaban ovejas a ocupar un puesto de privilegio en la Castellana junto a las Cuatro Torres.
La Paz alberga en la actualidad más de 235.000 metros cuadrados. Un gran complejo que ahora cuenta con diecisiete edificios y tres grandes hospitales: el Hospital Infantil, el Hospital Maternal y el Hospital de Rehabilitación y Traumatología. Además de tener adscritos el Hospital de Cantoblanco y el Carlos III.
Pero si por algo debe valorarse un hospital y su evolución es en lo referente a las personas, a los enfermos. Aquí los datos tampoco dejan lugar a la duda. En 1964, un equipo médico de apenas 360 personas atendió a 21.700 pacientes, mientras el pasado año 2013 fueron más de un millón las consultas que pasaron los más de mil médicos titulares y quinientos médicos residentes que trabajan en el centro.
Los problemas de la edad
«50 años no es nada» asegura el cantante Víctor Manuel en su último álbum, pero el paso del tiempo, unido a los recortes en la Sanidad, han ido haciendo mella en La Paz. Basta una mirada por la sala de espera de alguna de sus cuarenta y nueve especialidades. Ninguna silla libre, suspiros y gestos de impaciencia al comprobar cómo la hora a la que tenían cita hace tiempo que pasó.
Una de las de la consultas más concurridas es la de traumatología. Sus puertas se abren y aparece Rafael García, un paciente de 67 años, con un sobre en las manos y una expresión de enfado más que evidente. El motivo, la lista de espera. «Tengo la espalda que no puedo ni enderezarme y para poder hacerme una simple resonancia magnética tengo que esperar más de cuatro meses, es para denunciarlo», asegura.
Pese a ello, esta gran «ciudad sanitaria» sigue siendo uno de los mayores buques insignes tanto a nivel nacional como internacional. Dentro de nuestras fronteras es el mayor centro de referencia para la atención en 19 patologías complejas o poco frecuentes en una decena de especialidades médicas y quirúrgicas.
Pocos saben que a lo largo de este medio siglo de vida, La Paz ha protagonizado innumerables hitos médicos, entre los que destacan el primer trasplante con un órgano de donante vivo en España en 1993, el primer trasplante de intestino en 1999 o el primer implante de corazón artificial a un niño en España.
Además, cuenta con una de las primeras unidades coronarias del país, al frente de la cual se encuentra el doctor Esteban López de Sá como Jefe de Sección. El doctor López de Sá es consciente de que los trasplantes de corazón son «muy espectaculares» pero su impacto es pequeño, «solucionan el problema a muy poquita gente», sostiene.
López de Sá también tiene claro por dónde pasa el futuro de su especialización, y es por la creación de corazones artificiales. «El problema que plantea es que su investigación es muy cara y como en España el trasplante todavía funciona, pues queda un poco aparcado», afirma el doctor. En nuestro país ya se han llevado a cabo con éxito diez implantes de corazón artificial, pero el gasto que suponen cada año, entorno a los 200.000 euros, no es todavía asumible para los pacientes ni para el Estado.
Sin embargo, la Unidad Coronaria no siempre ha contado con un equipo médico tan completo y cualificado como el que tiene ahora. Esto lo sabe muy bien el nefrólogo Maximino Alberto Torre Carballada, un doctor que lleva 46 años trabajando en este hospital, lo que le convierte en el más veterano de la plantilla. Pese a que su especialidad siempre ha sido el riñón, Torre Carballada llegó a encargarse de guardias en la Unidad Coronaria, un reto al que se enfrentó armado tan solo con un papel plagado de chuletas que le chivaban cómo actuar en cada caso.
16 vidas cada 24 horas
Pero, si hay algo de La Paz que enorgullece a los madrileños, es su Hospital Maternal, que abrió sus puertas en 1965. Desde entonces y hasta hoy aquí han nacido más 675.000 niños, con una media de 16 partos al día. Es el caso de los hermanos López Vaquero. Tanto Sergio, de 16 años, como Rubén, de 13, comparten que lo primero que vieron sus ojos nada más nacer fueron las paredes llenas de dibujos de este hospital.
Los padres llegan a maternidad llenos de ilusión, pero también cargados de miedos. Esto es algo que sabe muy bien la pediatra Lorena Magallares García, quien asegura que traer vidas al mundo es una «labor muy gratificante», pero que conlleva una «gran responsabilidad». Tras el parto no termina la incertidumbre. «Los primeros momentos de la vida de un neonato son muy importantes, hay que estar continuamente supervisándoles», explica Magallares.
A lo largo de estos 50 años de vida La Paz ha contemplado serena su evolución. Siempre pionera e innovadora se mantiene como un referente nacional e internacional. Todo ello sin dejar de regatear los múltiples achaques que viene sufriendo la sanidad pública en los últimos tiempos. Tras celebrar sus bodas de oro se siente ilusionada por continuar cuidando de ti.
Muy interesante el artículo. En cuanto a La Paz deberíamos estar orgullosos de contar con un centro así en nuestro país y en especial en la ciudad de Madrid. Espero que siga siendo así durante muchos años, pese a todos los intentos del gobierno por destruir la sanidad pública.