La aventura de emprender
Tres chicos de poco más de treinta son los propietarios de una empresa que pretende innovar el sector del turismo español. David, José Juan y Nacho se conocieron en el colegio mayor. Los tres llegaron a estudiar a Madrid, y aunque hacían estudios diferentes en universidades distintas, comenzaron una amistad que habría de fructificar con el tiempo.
Cada uno hizo su carrera y se iniciaron en el mercado laboral. Trabajaban en grandes empresas y tenían una situación laboral que muchos jóvenes considerarían hoy envidiable. David es ingeniero industrial y formaba parte de la plantilla de Indra. Ejercía su labor profesional en el ámbito de la defensa haciendo drones. José Juan se había encaminado hacia la consultoría de banca tras estudiar ingeniería de telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid. Por su parte, Nacho era empleado del departamento financiero de una multinacional.
Así estuvieron durante seis años, hasta que en marzo de 2013 se lanzaron a emprender su propio proyecto empresarial. Tenían trabajo con contrato indefinido y proyección en sus puestos de trabajo. Entre los tres llegaban a los 200.000 euros al año.
Nacho narra cómo pidieron una excedencia de un año y se pusieron con la nueva empresa en Abril de 2013. Empezaron con un modelo, pero tras cuatro meses de fracaso se decidieron a cambiarlo. Montaron Traventia y optaron por un modelo de agencia de paquete dinámico en el que hacen ofertas flexibles para que el cliente decida las actividades que quieren hacer en el destino de su viaje. Esto es posible porque su negocio es online y los proveedores bajan los precios hasta en un 50% para los clientes de Traventia. Sostiene Nacho que eso solo es posible al «no vender paquete completo cerrado».
Para empezar el negocio se dirigieron hacia las estaciones invernales vendiendo a clientes españoles en destinos del Pirineo español y andorrano. La campaña invernal de 2013-2014 fue bien y llegaron a vender más de medio millón de euros. «El capital inicial fueron 24.000 euros de capital social, 8 mil por cada socio fundador», indica Nacho.
A partir de ahí dieron salida a su primera ronda de financiación, a la que acudieron varios inversores profesionales entre ellos el primero español especializado en negocios de tecnología e internet. Hoy en día Traventia tiene 11 empleados y 4 becarios. «La estructura mínima para poder trabajar», afirma Nacho.
Estiman que para poder continuar contratando deberían vender entre 11 y 12 millones de euros. Un millón por persona en plantilla, cifra de la que aún se encuentran lejanos porque en la campaña invernal de este año lograron vender un millón y medio de euros.
Traventia está en proceso de crecimiento e invierten cada euro en publicidad para hacer crecer sus ventas. Al preguntarles por los trámites burocráticos que imponen las administraciones públicas, los creadores de esta compañía de turismo consideran que lo fundamental son los impuestos. «Por cada euro de sueldo que damos a nuestros empleados pagamos como compañía euro y medio en impuestos y cotizaciones sociales. Esto conlleva menos salario para nuestros trabajadores y menos contrataciones»
«Yo tenía tradición de empresa privada en mi familia. Era lo que me gustaba. Mi familia tenía una cadena de supermercados. Creíamos que era el mejor momento para emprender. Era la edad adecuada, ninguno era padre aún y ya teníamos experiencia profesional. Era el momento», comenta Nacho.
David cuenta los nervios del momento de tomar la decisión de abandonar sus trabajos. «Somos amigos y había confianza, pero estábamos ahí los tres apoyándonos para que nadie se rajara. ¿Entregaste la dimisión? Venga los tres a la vez». Las familias les decían que cómo abandonaban trabajos tan buenos.
Al preguntarles por la diferencia entre emprender por vocación o necesidad, afirman que se nota en el compromiso y en la preparación. «Quien monta algo por no tener un trabajo no tiene coste de oportunidad, está cobrando el paro hasta que encuentre un nuevo empleo. Esta gente no tiene coste de oportunidad». José Juan señala que «la gente que viene de importantes empresas del sector privado, por ejemplo un directivo de Telefónica, se entiende que tienen más capacitación. Así que es verdad que si analizas hay una relación positiva con los proyectos que tienen éxito».
Según Nacho al crear una compañía lo estaban arriesgando todo: «Perdíamos mucho dinero al día por emprender. Nosotros ganamos lo mínimo para sobrevivir. La gente que gana mucho dinero no suele montar una empresa, no quiere arriesgarse. Por eso hay más gente que lo hace desde el paro». José Juan indica que «el triunfo es más fácil que llegue si se tiene un equipo fruto de una decisión meditada». David remacha diciendo que «lo normal es que te vaya mal. Nuestros inversores dicen que de cada 10 nuevos proyectos 8 quiebran».
José Juan, David y Nacho regresan al trabajo. Deben competir con empresas que tienen ventas de 400 millones al año y mantener el modo de vida de 11 personas.
Competir y arriesgar, la verdad es que merece la pena. Nosotros hemos apostado por ello, con una tienda en chamberi con marca españa fundamentalmente. Iremos viendo pero el día a día con esta aventura hace que estés muy vivo. Somos colourmobilemadrid y acabamos de andar. Suerte para todos