Una creativa propuesta «antidomingo» que reúne a gente de distintas partes del mundo en Madrid
Acuden desde distintos lugares del planeta. Algunos traen sus propios instrumentos y otros los toman prestados. Una sola consigna los reúne cada domingo: romper con la angustia típica del día previo al inicio de la semana y entregarse al poder de la música.
Esta es la idea central que dio origen a Música Por La Voluntad (MXV), un espacio ubicado a pocos pasos de La Latina, en el que se congregan semanalmente cubanos, venezolanos, argentinos, uruguayos y ciudadanos de otras partes del mundo en el corazón de Madrid.
«Esta idea nació como una reunión de amigos que se juntaban a tocar la guitarra y luego se fue transformando en un ciclo de conciertos», cuenta Julio Hernández, el cubano encargado de organizar estas jornadas y quien hace la presentación cada domingo e invita al resto a animarse a cantar.
Al día de hoy, esta iniciativa se extendió a Argentina y, según cuentan sus organizadores, hay posibilidades de que también alcance a otros países, como Brasil y México.
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Romper las barreras con el público
La propuesta musical de los domingos podría asemejarse a cualquier otro espacio que reuniera cantautores en la capital española. Sin embargo, sus impulsores hacen hincapié en que su creación nada tiene que ver con lo que ellos llaman «el típico micro abierto».
«Preferimos llamarlo un ‘encuentro de creadores’, ya que presenta algunas diferencias con otros ciclos musicales», dice Hernández.
Algunos rasgos que identifican a de la propuesta de Música por la Voluntad son:
- La ausencia de un escenario
La propuesta de MXV es que los artistas estén lo más integrados con el público posible. Por lo tanto, desde el diseño mismo del espacio musical, se busca evitar que los cantantes se ubiquen «por encima» de quienes van a escucharlos. «Queremos que la distancia máxima entre ambos sea de un metro», señala Hernández.
- No se utiliza micrófono
A diferencia de otros espacios en los que los cantantes utilizan esta herramienta para proyectar su voz, desde MXV señalan que eligieron otro camino porque «la ausencia de un micrófono es otra manera de romper las barreras con el público», indica el cubano.
- El sonido es «sin enchufes»
Hernández cuenta a Madrilánea que la tercera pata de esta propuesta musical es la idea de hacer música que no involucre instrumentos eléctricos.
Un punto de encuentro para los artistas
Según señala Daniel Montes, coordinador de Programación y Agenda Cultural en Música por la Voluntad, «cada domingo se reúnen aquí argentinos, cubanos, venezolanos, uruguayos y hasta chinos que vienen a cantar».
«Muchas veces traen sus propios temas y, en otros casos, hay una consigna en particular como por ejemplo ‘canciones de autores de una determinada nacionalidad’», agrega.
Desde que empezó a funcionar, MXV pasó por distintas sedes ubicadas en la ciudad de Madrid. Hoy, se encuentra ubicado a la altura 26 de la calle Olmo, donde cada domingo cerca de las 7 de la tarde se dan cita los apasionados por la música para entregarse al placer de cantar.
No se cobra entrada, pero sí se pasa la gorra al final del show. Con ese dinero se hace un aporte para que los ciclos dominicales continúen funcionando.
«Con esa recaudación compramos a Furia, nuestra última guitarra», dice orgulloso Montes. Y agrega que lo emocionante de la iniciativa pasa no sólo porque el público se renueva cada domingo, sino también los cantantes. Y cada vez son más los que se animan a hacer eso que tanto disfrutan: “Cada semana, por lo general, tenemos a alguien que viene por primera vez».