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Los libros invaden Móstoles en el XX aniversario de su biblioteca

Estanterías de la 2ª planta de la Biblioteca Central de Móstoles. Foto: C.F.
Estanterías de la 2ª planta de la Biblioteca Central de Móstoles. Fotos: C. Falcón

La Biblioteca Central de Móstoles celebra su XX aniversario con la II edición de la «Ruta de la Palabra», un programa de actividades que busca acercar la lectura a los vecinos del municipio en la segunda quincena de octubre.

Desde hace dos años los vecinos de este municipio del sur de Madrid ven cómo la cultura inunda sus calles durante los festejos por el Día de la Biblioteca y la celebración de la «Ruta de la Palabra» con motivo del aniversario de este organismo.

«Dar a conocer todas las cosas que se hacen en la biblioteca es difícil si la gente no viene», explican Carolina Marchante y Teresa Lavado, dos de las encargadas de toda la organización, «por ello, el objetivo principal era sacar la biblioteca a la calle y llevar la palabra más lejos».

La II Ruta de la Palabra, que arrancó el pasado miércoles, supuso el pistoletazo de salida a dos semanas repletas de propuestas culturales que tuvieron como eje el libro, la lectura, la palabra y la Biblioteca. «Nuestra idea es atraer a la gente a las actividades y que así tengan la posibilidad de descubrir que aquí hay un sitio para todos ellos», asegura Teresa Lavado.

Cuentacuentos, talleres y una Scape Room para los más jóvenes son solo algunas de las ofertas lanzadas desde la Biblioteca Central en colaboración con el resto de bibliotecas públicas y varias librerías del municipio. Pero, sin duda, la actividad que más ha llamado la atención de los vecinos ha sido el «Trotalibros», un novedoso y ambicioso proyecto que comenzó a realizarse hace siete años y que se basa en la filosofía del bookcrossing.

«Trotalibros», la nueva vida del bookcrossing

Basado en la filosofía del bookcrossing, el «Trotalibros» consiste en depositar todos aquellos libros que no pueden formar parte del fondo de la biblioteca en lugares públicos para que otros los encuentren, los lean y vuelvan a dejarlos libres donde quieran. Su objetivo final es fomentar la lectura. «Desde aquí le pusimos el nombre de “Trotalibros” para hacerlo un poco más nuestro. Cada tomo lleva un gran trabajo detrás: les añadimos una etiqueta y una explicación de aquello en lo que consiste».

La gente dona a la Biblioteca Central de Móstoles entre 50 y 60 libros al día, una cifra que se duplica en época de primavera y otoño. De esa cantidad, un alto porcentaje sirve para reponer los libros deteriorados de las estanterías y otro se destina a proyectos como este, que la biblioteca ha llevado a cabo por séptima vez en toda su historia.

«Esta iniciativa nace por necesidad de espacio. Nos llegan muchas donaciones cada día pero no todos los libros pueden integrarse en la biblioteca. Aquellos que no cumplen los criterios establecidos pueden ser útiles en otro destino diferente: un lote para un instituto u ONG, o formando parte de los 500 que soltamos con el “Trotalibros” », sentencia Teresa Lavado.

Aunque pueda parecer que el bookcrossing resta afluencia de lectores a la biblioteca, «el que es lector, es lector. Da igual que encuentre un libro por ahí. No hay competencia: solo queremos que la gente lea», apostilla Carolina Marchante.

La metamorfosis de las bibliotecas

La Biblioteca Central de Móstoles ha cumplido 20 años en los que ha visto cómo el paso del tiempo y el desarrollo de las tecnologías rompían todos sus esquemas y la empujaban hacia una nueva vida. «El organismo ha cambiado mucho y lo que le queda. Estamos asistiendo a una revolución y el tema de la información tiene mucho que ver. Está cambiando la forma en la que adquirimos y consumimos cultura, y no es malo», explica Carolina Marchante.

En este contexto, las bibliotecas municipales han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y necesidades de sus usuarios: préstamos a través de Internet, acceso a audiolibros, conexión gratuita desde cualquier dispositivo y actividades para todas las edades, son solo algunos ejemplos de las propuestas culturales que se esbozan a diario entre sus cuatro paredes.

Numerosos negocios se han visto resentidos por la llegada de Internet, teniendo que reinventarse o cerrar. Las bibliotecas se encuentran en una encrucijada donde tienen que ofrecer un extra al consumidor para no seguir una tendencia descendente. Iniciativas como la del bookcrossing y otras muchas ofrecidas por el organismo pueden ser el comienzo para que las estanterías que encierran sus cuatro paredes ofrezcan algo más que libros.

Celebrando el Día de la Biblioteca

El pasado 24 de octubre de 2018 se celebró en toda España, como cada año desde 2004, el Día de la Biblioteca. Esta iniciativa, con más de dos siglos de historia a sus espaldas, busca mostrar la importancia de estos lugares de encuentro con la cultura.

La fecha no es casual y el motivo de celebración tampoco. Se eligió este día por una propuesta de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, para rememorar  la destrucción de la Biblioteca de Sarajevo (Bosnia) durante la noche del 24 al 25 de agosto de 1992 en plena Guerra de los Balcanes. Los esfuerzos de los trabajadores y vecinos de la zona no lograron sofocar las llamas que, provocadas por las bombas incendiarias lanzadas contra este edificio, acabaron con más de dos millones de volúmenes. Algunos voluntarios perdieron la vida en ello.

Uno de los pasillos de la segunda planta de Biblioteca Central de Móstoles

Para conmemorar esta efeméride, la Concejalía de Cultura, Bienestar Social y Vivienda de Móstoles aúna desde hace más de dos años los festejos de su aniversario con esta fecha tan señalada.

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