CiVR, pioneros de la realidad virtual en el barrio de Ventas
El primer centro de esta tecnología en España es una realidad desde 2016
Madrilánea ha realizado una pequeña visita a CiVR, un centro de ocio desconocido para la mayoría de la población madrileña. Se adentra en una de las calles del barrio de Ventas y se trata del primer centro de realidad virtual que abrió sus puertas en España , y lo hizo en la madrileña calle de Marcelino Álvarez.
Hablamos con Alberto José Rodríguez Díaz, principal responsable de la empresa. Es un chico de Pinto de 30 años y amante de los videojuegos. Ha tenido muchos vaivenes en su vida, pasando por una ingeniería, después una FP de electrónica y ha terminado Comunicación Audiovisual; pero el punto donde su vida cambió por completo vino tras una muestra de tecnología celebrada en Madrid, allí descubrió que tenía la necesidad de adquirir las nuevas gafas de realidad virtual HTC VIVE.
El problema era algo lógico para un joven universitario como él, los 1.000 euros del coste total del equipo tecnológico. Una de las primeras opciones que se barajaron fue compartir gastos entre dos compañeros más, así la cosa salía más económica, pero decidieron mejor invertir en más de un equipo para compartirlo con más amigos e incluso con otros usuarios a cambio de abonar un módico precio por el uso de los equipos y para el alquiler de un sitio para realizar esta actividad.
Alberto nos confiesa que en general la población no conoce este tipo de ocio, calcula que entre un 2 o 3 % de las personas saben algo de realidad virtual y que sólo han realizado pruebas pequeñas en centros comerciales y realmente no saben cómo son. Aún así las primeras experiencias de los usuarios son geniales. Siempre se desprenden gritos como ¡ GUAUU !, ¡ HALA !, y similares: “Nunca se esperan tal realidad”, nos cuenta.
En la Comunidad de Madrid existen otros centros similares, pero CiVR fue pionero en apostar por este novedoso tipo de ocio en la capital. La gran aceptación de su negocio se basa principalmente en la buena situación en la que se encuentra su espacio web, siendo un 50% de las reservas procedentes desde este medio, y el resto de usuarios son reincidentes que con el boca a boca van animando a más amigos a probar esta experiencia; como es el caso de cumpleaños de niños pequeños que actualmente son los que generan más interés.
En cuanto al funcionamiento de las sesiones se tiene que diferenciar entre dos modos de juego: “multijugador” o “experiencias”. En el primero, cada persona tiene un equipo tecnológico (gafas y mandos) y juegan entre ellos a un juego en específico (boxeo, música, zombies), este modelo de juego suele ser elegido por usuarios más experimentados y de una edad entre los 20 y 30 años. La segunda opción se basa en rondas cortas y variadas, con turnos de unos 5 minutos por jugador, y mientras, los compañeros se divierten viendo al resto, además de ir preparando las siguientes experiencias junto a la ayuda de los monitores. El centro cuenta con 5 salas y según el número de participantes se utilizan varias para cada grupo.
Un proyecto con complicaciones
La crisis del Covid-19 ha sido difícil también para este tipo de ocio, y más porque esta actividad es compleja para aclimatarse a las restricciones y medidas de protección. Desde septiembre se ha repuntado el número de reservas, y ahora mismo se realizan entre 4 y 5 cumpleaños por semana. El perfil del usuario es variado, desde niños pequeños hasta adultos. “Cuando abrimos CiVR traje a mi abuela de 80 años, y en este tipo de edades suelen tener más éxito las experiencias más tranquilas, pero hay algunos que me piden la montaña rusa más complicada”, nos relata Alberto.
Al final del encuentro, Alberto nos confiesa la dificultad de iniciar el proyecto, que en un principio inició con dos personas más, pero una se echó para atrás. Aún así supieron revertir la situación y a los dos años y medio, Alberto quedó como único propietario: “Fue una etapa agotadora, trabajando a todas horas a destajo”. Posteriormente, a uno de los usuarios que acudía regularmente a Civr (Rubén) se le dio la oportunidad de colaborar con el proyecto, el cual no dudó en aceptarlo.
Las pretensiones de Alberto José van más allá del local de ocio en Marcelino Álvarez, y se encuentran enfocando la realidad virtual a eventos de empresas y a promociones en centros comerciales: “El futuro en 10-15 años es incorporar la realidad virtual en la empresas inmobiliarias, a través de una cámara especial de tridimensionalidad del espacio y poder moverte a través de los mandos para visualizar los inmuebles”. El abaratamiento de los equipos supondrá un auge en el uso de estas tecnologías, existiendo cada vez mayor conocimiento por parte de la población y realizando pasos muy firmes para su implantación total.
Abandonamos las instalaciones de CiVR después de una hora de charla, justo antes de la llegada de una madre con varios niños que iban a celebrar un cumpleaños. Alberto los recibió sonriente y atento, con una gran motivación de enseñarles todo lo que sabe sobre realidad virtual.
Datos de Interés
Qué: CiVR el primer ciber de realidad virtual de Madrid.
Dónde: C/Marcelino Álvarez nº 33
Tarifas:
16 € (1 persona – media hora)
28 € (2 personas – 1 hora)
39 € (3 personas – 1,5 horas)
49 € (4 personas -2 horas)
Horario: Apertura bajo reserva
Contacto: A través de su web y teléfono: 640 83 12 07
PROMOCIÓN: Hasta el 30 de noviembre, todas las reservas realizadas contarán con un descuento del 50%