Glenda León: «Necesitamos escuchar más»
La artista cubana nos habla de su muestra ‘El tiempo es un sonido que no escuchamos’ y nos hace un recorrido por su formación
Apasionada del ballet clásico e inmersa en el mundo del arte gracias a su madre, Glenda León, artista de origen cubano, expone por segunda vez en la Galería Juana de Aizpuru, una de las galerías españolas más importantes. «Me siento muy agradecida, no sólo hacia Juana, que ha creído en mí, también hacia Christian Domínguez, quien curó la muestra personal ‘Cada Respiro’ que tuve en el Matadero en 2015», cuenta, y afirma que para ella ha sido maravilloso contar con ese respaldo y visibilidad por parte de ambos.
La vida de Glenda ha caminado entre el mundo del baile y del arte. «Mi pasión cuando empecé era el baile y durante muchos años practiqué ballet clásico», comenta. «Estudié Historia del Arte en la Universidad de La Habana y mi tesis me llevó a exponer con un grupo de estudiantes que hacían performances en espacios públicos. Tenía la intención de que con ellos podría encontrar la mezcla perfecta entre la teoría del arte y mi experiencia en el ballet», añade. Pero con los años, entendió que su pasión por el baile se veía realizada en fiestas y encaminó su vida profesional al colectivo artístico.
Ser consecuente con sus principios, a pesar de que por ello ha podido perder varias oportunidades, le ha llevado a estar donde está. También un no parar de investigar, de escuchar y de observar, pero sobre todo, la sensibilidad de las personas con las que trabaja. Sin embargo, el machismo vivido como mujer y como cubana le ha marcado de forma negativa en su carrera. Positivamente y muy contrario a lo anterior, León habla de la delicadeza de los hombres con los que ha tenido la suerte de relacionarse y asegura que sus primeras obras con flores vienen de ello. También recuerda momentos en los que no ha sido ella sino «otras cosas» y un montón de micro escenas vividas que se han quedado en su memoria y que de seguro «han sido o serán parte de una obra en alguna ocasión».
Más allá del arte
En cuanto a su última muestra ‘El tiempo es un sonido que no escuchamos’, Glenda expone que ha tenido «intensas experiencias en las que el ego se ha disuelto por completo» y su conciencia se ha expandido, lo que le ha permitido ver y estar en el mundo de una manera plena sintiendo la naturaleza como parte de ella y concluir, junto a muchísima gente que «necesitamos escuchar más». Formalmente, las obras que componen la exposición son «plataformas para mini performances, pues incitan a que se les toque, se les escuche, y entonces se estará tocando las estrellas, tocando el mar, la lluvia, la luz, la luna, y escuchándolos», explica.
En relación con el título y la referencia al tiempo «hay una intención de hacer reflexionar sobre los detalles que pasamos por alto, sobre las cosas que por considerar aparentemente insignificantes no atendemos, algo en consonancia con la teoría del efecto mariposa», expresa y rememora ‘Tiempo Perdido’, su pasada instalación que se mostró en ARCO 2014 y que discursa más o menos sobre lo mismo: «aquello que se nos escapa, a cada segundo, se vuelve a veces una obsesión pero también una fuente inagotable de inspiración».
Glenda encuentra la ciudad de Madrid como un segundo hogar en el que entró gracias a Pablo Barrios, cónsul de la embajada de España en Cuba, el cual la animó a practicar las becas MAEC, y a José Luis de la Nuez, quien fue su tutor al ganar una investigación. «Siempre he sentido esta ciudad abierta. Me encanta su gente, tan desenfadada y tan inclusiva. Viniendo de Alemania, donde “todo era distancia”, sentí que Madrid me recibía con los brazos abiertos», expone.
Con proyectos colectivos y personales que aún están consolidándose, la artista tiene planeado exponer en el Museo Amparo de Puebla, que está en México, y otra en la fundación Brownstone, en París. Además, en junio del 2023, la Fundación Pilar y Joan Miró de Mallorca inauguran una exposición de León, producto del premio Bienal que ellos lanzan y del cual fue ganadora.