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La cooperativa de bicicletas que dinamiza Lavapiés se queda sin espacio

Henryk Hjort y Alberto Luengo, dueños y trabajadores de FixiDixi y TRÉBOL, han unido sus proyectos para apostar por el transporte y el trato humano. Su vínculo con los clientes, y vecinos, es su motivación, pero en abril deberán dejar el local en el que llevan más de 10 años

Uno ingresa a la tienda ubicada en la Calle de Embajadores y queda atento a una decoración que mezcla bicicletas colgadas en la pared, muchas herramientas desperdigadas en una mesa, y camisetas de equipos del barrio. Al entrar en la tienda y taller, el cliente es recibido por Henryk Hjort, quien además de ser el dueño, está a cargo de la reparación de las bicicletas en el local. Nativo de Dinamarca, llegó a Madrid hace algunos años, y aunque al inicio no le gustó del todo Lavapiés, zona del barrio de Embajadores, hoy no se imagina viviendo en otro lado. Después de graduarse en una carrera que él describe como «una mezcla que vincula proyectos con un enfoque de desarrollo humano. Hacíamos cosas únicas, pensábamos en ideas para crear nuevas experiencias», abrió la tienda en el año 2007. 

Además, FixiDixi conforma una cooperativa con la organización TRÉBOL, el dueño, Alberto Luengo, un madrileño que estudió filología clásica, decidió al terminar la carrera formar una empresa que compagine sus aficiones por los viajes en bicicleta y las ansias de hacer un negocio, y de ello surgió, en 1996, la primera organización colectiva de ecomensajeros que se dedican a repartir recados por Madrid. Aquí se apostó por trabajar con mensajeros que hacían repartos en bicicletas, como un vehículo ecológico respetuoso con el ambiente. «Cuando empezamos era muy exótico, la gente no pensaba que se pudiese hacer ese trabajo, se imaginaban que los repartidores demorarían tres días en llegar de una calle a otra. Ha sido un proceso que las personas y las empresas confíen», comenta Alberto. 

Nota de prensa del 4 de febrero de 1996 en “El País” // extraído de la página de TRÉBOL Ecomensajeros

 

Ambos ‘socios’ apostaron por la conformación de una cooperativa, modelos de empresas que pertenecen a sus trabajadores, tienen una participación democrática, y su objetivo abarca principios de igualdad y cooperación, y no sólo se centra en conseguir ganancias económicas. Hjort y Luengo trabajan en el mismo espacio y tratan de apoyarse mutuamente. Ambos comparten los mismos valores en relación a la sostenibilidad, que enfatizan «no sólo se vincula al tema ambiental, involucra también el factor humano, trabajar sin ‘explotar’ al otro. Para nosotros es importante hablar de cuidado ambiental, pero también de trabajos de calidad para las personas, sin descuidar el tema económico», menciona Henryk. 

Las propuestas se impulsaron en tiempos en los que no era una costumbre tan arraigada utilizar una bicicleta como un medio de transporte, por lo que, «su propuesta fue innovadora en ese punto», comentan ambos socios. Según el Barómetro de la bicicleta en España 2022, más del 50% de las personas residentes en España, entre 14 y 70 años, utilizan bicicletas con cierta frecuencia, una cifra que se ha triplicado respecto al 2008. 

Con relación al negocio del reparto, Alberto comenta que si bien es muy difícil competir con las grandes empresas que tienen mayor capacidad de responder a la inmediatez y la masividad que se requiere en la actualidad, «aún mantenemos clientes. Nos tienen confianza. Es distinto tener un problema y que te pueda contestar yo como responsable, a que te conteste alguien que ni conoces. Además, nosotros protegemos a los trabajadores, somos un equipo». Por su parte, Henryk mantiene la tienda de bicicletas, que también ha tenido sus contratiempos, pero que sigue manteniendo la disposición hacía los residentes del barrio.  

Un negocio de los vecinos 

El dueño del local en el que se establecen FixiDixi y TRÉBOL les ha dicho a Henryk y Alberto que no podrá alquilarles el espacio durante otra temporada, dado que el ayuntamiento le exige unificar el lugar, y por ello, debe unir los espacios aledaños y la tienda ante las exigencias normativas. Ambos comentan lo difícil que es conseguir un reciento a un precio accesible en el barrio, «debido al crecimiento desmesurado y a que se adquieren pisos turísticos sin control, los precios han subido demasiado», comenta Alberto. Para ellos, en el barrio antes existían negocios tradicionales donde existía ese intercambio entre vendedor y cliente, esa confianza; «ahora tenemos cafés y restaurantes, muy buenos, pero cada vez más caros», resalta Henryk. Ellos han sido testigos del cambio que ha sufrido el barrio, y las necesidades de la gente con respecto a sus negocios. 

FixiDixi // Claudia Villena

Ambos colegas esperan mantener el negocio en el barrio. El danés y el madrileño recuerdan con emoción, el vínculo que tienen con los vecinos, la confianza que tienen las personas de entrar en la tienda y pedir alguna herramienta para arreglar sus bicicletas, «a veces vienen vecinos, repartidores de otras empresas, o quien sea, con algún problema, y los ayudamos, en algunos casos, solo compran la pieza y les damos las herramientas para que arreglen su vehículo», mencionaron. Incluso, los niños de ‘Los Dragones de Lavapiés’, un club que utiliza el fútbol para la interacción entre inmigrantes, entran en grupos a la tienda a conversar con Henryk, y eso para él es lo más difícil si tiene que dejar el barrio, alejarse de la gente.  

FixiDixi y TRÉBOL son dos negocios que pueden establecerse en otro local, pero la confianza que se ha generado entre los vecinos, Henryk y Alberto, es inamovible. «A veces solo entran a conversar, o puedo ayudarlos a reparar la bicicleta cuando compran una pieza y les digo que me deben un café, no se trata de hacer gratis las cosas, pero sí de ayudar a la gente cuándo se puede, y ellos responden de la misma manera», afirma Henryk. Ambos sostienen que su única meta a largo plazo en estos momentos, es seguir trabajando juntos y creando puestos de trabajo de calidad sostenible, y les gustaría mucho que se mantuviese en el barrio dónde han generado vínculos, y apostado por un crecimiento en conjunto de las empresas y la cercanía con los vecinos. 

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