La falta de colegios en Valdebebas: una situación angustiante para las familias del barrio
Los centros educativos en la zona brillan por su ausencia: los vecinos denuncian escuelas saturadas, carencia de institutos y éxodo de niños y adolescentes para poder recibir una educación pública
Javier Castillo se mudó a Valdebebas hace nueve años, «cuando abrieron 2014 fue una avalancha vinimos todos de golpe», comenta el vecino del barrio y portavoz de la plataforma ‘Educación Valdebebas’. Desde que llegaron los primeros, los residentes comenzaron a demandar servicios públicos como educación y centros de salud, que a día de hoy siguen solicitando.
El distrito de Hortaleza, en el que se encuentra Valdebebas, cuenta con la mayor tasa de natalidad de Madrid. La edad media en el barrio es de 32 años, mientras que la de la Comunidad de Madrid ronda los 43. Los entrevistados coinciden en que el perfil de las personas que deciden comprar casas en el barrio es de parejas jóvenes con hijos pequeños, recién nacidos o por nacer, por lo que necesitan instituciones educativas como guarderías, colegios e institutos.
A día de hoy, según fuentes del ayuntamiento, la zona cuenta con 1.373 plazas educativas para 7.284 niños censados en edad de educación obligatoria, lo que significa que el 81% de ellos no pueden estudiar en el barrio. Dividido en edades: 156 plazas de cero a tres años, 615 de tres a seis, 602 de seis a doce y ninguna de doce a dieciséis.
Colegios saturados
Alfredo Di Stéfano fue el primer colegio que se construyó y se hizo en tres fases, en otras palabras, se iba levantando a medida que era necesario. «Los niños que empezaron tuvieron que comerse muchísimas obras y solo admitieron a los niños en edad de infantil, el resto se tuvieron que ir fuera. Los primeros niños del barrio no tuvieron colegio», detalla Castillo. Con el Nuria Espert está pasando lo mismo, en la actualidad el colegio solo tiene el edificio de infantil terminado, la obra del de primaria aún no ha empezado. «En Valdebebas no hay dos colegios, realmente hay uno y medio», cuenta el portavoz. Mientras se terminaba el segundo colegio, que llegó dos años más tarde de lo esperado, los niños matriculados en este tuvieron que ser acogidos por el Alfredo Di Stéfano. El centro es de línea cuatro, es decir, tiene cuatro clases por curso, por lo que al admitir a los niños del Nuria Espert la distribución se tuvo que cambiar y alumnos de tercero de infantil tuvieron que ocupar salas de primaria, de música, de profesores y de biblioteca.
Esta situación de colapso es muy similar a la que vive ahora el CEIP Nuria Espert, ya que en este caso la edificación por fases no ha funcionado correctamente. Los alumnos que entraron en primero están haciendo ahora primero de primaria, pero el edificio de primaria es inexistente y no tienen aulas. Se ha utilizado el aula de psicomotricidad, de profesores e incluso el comedor, separando zonas con muros de pladur. «Los de cinco años no caben en el comedor por lo que tienen que comer en clase y eso no es normal. Son un montón y se mueven más que los de tres años, que si habitúan a comer en el aula», critica Beatriz López, madre de un niño que acude al Nuria Espert. Al estar más que completa, la escuela solo admite a hermanos de los que ya tienen plaza. «Se preguntó cuántos había y se han abierto solamente clases para acoger a estos, con lo cual ese colegio ya no está abierto al resto del barrio porque no hay sitio» añade.
La situación de los institutos: inexistentes
Según fuentes del AMPA (Asociación de Madres y Padres del Alumnado) hay 1448 censados en edad de educación secundaria obligatoria (ESO) en Valdebebas, ninguno de ellos tiene centro en el barrio. Si a estos se les suma los alumnos de bachillerato, la cifra aumenta en 519 más.
«Yo me vine hace 5 años, me parece que los primeros se vivieron hace 8 o 9 años y todavía se siguen construyendo casas, aunque ya mucho menos», dice Pedro Silverio, habitante del barrio y padre de dos hijas de 12 y 14 años que tienen que estudiar fuera de Valdebebas porque no tienen instituto. A consecuencia de esta condición, asisten a un centro en Mar de Cristal, a siete kilómetros de su casa. «Esto nos genera un problema de movilidad, todos los padres con hijos en edad de ESO tenemos que llevarles en coche y eso genera mucho tráfico», añade.
Propuestas de la administración
La solución mas próxima es la construcción de un centro concertado para desahogar a las instituciones públicas, este se prevé que contará con 2.000 plazas distribuidas entre los cursos de Infantil, Primaria y Secundaria. Pero los padres, como Castillo, no están de acuerdo con esta decisión: Silverio tiene tres hijos, dos en la ESO y uno en primaria, para él pagar la matrícula de los tres supone «un sueldo». A esto, todos los entrevistados añaden que la creación de un concertado no supone «libertad de elección sino una imposición». Además de esto, la Comunidad quiere acelerar la licitación de la construcción del nuevo instituto público en una sola fase, que una vez terminado contará con espacio para 1.000 alumnos. También esta previsto que, una nueva escuela de Educación Infantil pública esté en funcionamiento antes de que acabe 2023, con la que se crearán 186 puestos para niños de entre 0 y 3 años.
Otra propuesta, publicada por la página oficial de la Comunidad de Madrid es convertir el Nuria Espert en un Ceipso para el comienzo del curso de 2024/25, lo que implica que el actual colegio se convertiría también en un centro de educación secundaria. Los vecinos afectados están también reacios ante esta solución. «El problema es que llevan diciendo que el Instituto iba a estar listo para cuando terminase la primera promoción del Alfredo Di Stéfano, que están hasta cuarto de primaria. Yo soy de los escépticos, si hasta ahora no has cumplido nada de lo que has prometido. No te voy a creer en esto», opina Silverio. A lo que López añade que, «el instituto no cabe en la parcela».