Argüelles

Pichifit, el fenómeno del chaval con sobrepreso que se hartó de ser el malo de clase

Este joven madrileño se ha convertido en un fenómeno de internet. Exjuerguista redimido, comparte con sus casi 90.000 seguidores su reto de perder peso y darle un vuelco a su vida. Ahora, corre por los bares que antes cerraba con un séquito de ‘fieles’ que le acompañan 

«Hola, soy Pichi, tengo 25 años y peso 110 kilos», así se presentó Carlos Martínez (alias Pichi), con un vídeo de un minuto que acumula ya un millón y medio de visualizaciones. Han pasado dos meses desde que este joven madrileño decidiera abrirse en canal, y compartir en las redes sociales su preocupante estado de salud y su pasado como el mayor juerguista de la calle Lagasca.

Así nació ‘@soypichifit’, la cuenta donde Martínez comparte sus metas, sus pasadas meteduras de pata, su dieta y sus entrenamientos. Lo que este madrileño no habría imaginado nunca es que, en ocho semanas, acumularía casi 90.000 seguidores y sería el impulsor de una nueva tribu urbana, los ‘pichifiters‘. Con ellos, que son legión, recorre cada jueves los mismos bares y discotecas que él mismo solía cerrar, pero con zapatillas de deporte y sin copas. Ha cambiado el gin-tonic por un séquito de fans.

Antes, el fin de semana de Pichi comenzaba los martes y acababa los domingos. Se prodigaba, semana tras semana, por una lista interminable de bares nocturnos en los que era el dueño, el rey de la noche. Aunque, con su sobrepeso, lo de ligar no era cosa fácil. Era un rey célibe conocido por todos y adorado por muchos, el alma de todas las fiestas, el centro de atención y, ocasionalmente, alguna pelea. En los vídeos que ha compartido de aquella época, se ve a un joven desenfrenado y disfrutón, pero detrás de todo aquello, había un niño atrapado por la vorágine de la noche madrileña, tratando de salir.

La faceta quizás menos conocida de Pichi, es la de un niño de 4 años al que le diagnosticaron leucemia. «A mis padres les llegaron a decir que me quedaban 48 horas de vida, pero se equivocaron», asegura Martínez. La enfermedad, como suele hacerlo, le marcó para siempre. Martínez explica que, cuando uno pasa tanto tiempo en el hospital siendo un niño, recibiendo tanto cariño y tanta atención, pasa el resto de su vida buscando eso mismo. Así, Carlos Martínez pasó a ser Pichi, un personaje divertido y carismático con un ritmo de vida insostenible.

Lo que, quizás, nunca pensó es que el reconocimiento médico rutinario de su empresa sería su crónica de una muerte anunciada. «No fueron unas pruebas malísimas, pero con la edad que tengo me di cuenta de que, si seguía a este ritmo, con 40 o 50 años me iba a morir de un infarto». No son sólo el peso y las dolencias lo que empujaron a Pichi a cambiar su vida radicalmente, hace tiempo que asegura que no está conforme con el rumbo que había tomado su vida: »Siempre he tenido la necesidad de ser de los malos, de los chulos, suspender, hacer pellas, meterme en líos. No me sentía bien, me comió el personaje. Ahora soy Pichifit«.

Pero, ¿Quién es ‘Pichifit’? Pues, la contraposición a ‘Pichifat‘, su antiguo ‘alter ego’. Es su nuevo estilo de vida, pero más importante, es su cuenta de instagram, que ha cautivado con su historia a miles de personas que siguen con lupa cada paso de su reto. Lo que come, cómo entrena, cuánto adelgaza…Después de 8 semanas, con 15 kilos menos, Martínez celebra perplejo su éxito: «Me empezó a seguir Tamara Falcó. Álvaro Morata me ha invitado al Metropolitano. Me han llamado de agencias y ya tengo representante«.

La nueva ruta del bacalao

Quizás lo más impresionante de este nuevo y mejorado personaje es su poder de congregación. El mes pasado anunciaba a sus seguidores un nuevo reto en uno de sus vídeos virales, «Pichifiters, hoy se sale», y así comenzó la nueva ‘ruta del bacalao’ de los jóvenes madrileños». Quería hacer el mismo camino de todos los jueves, mi recorrido habitual de bares y discotecas de los fines de semana, pero esta vez corriendo, rodeado de mis amigos«. Así, convocó a sus seguidores, vía instagram, para recorrer su pasado de forma simbólica y literal, dejándolo atrás. Mientras corría, la gente que hacía cola para entrar en los locales de confianza de Pichi, le gritaban »¡Venga, vamos!«. El vídeo de la hazaña lo han visto visto 1.6 millones de personas. Pero ocurrió que, en los comentarios, sus seguidores demandaban más. Una semana después, los ‘Pichifiters’ volvieron a tomar la calle. Apenas son cuatro kilómetros los que hacen, pero las carreras son cada vez más multitudinarias.

El miércoles pasado, hasta 70 personas se dieron cita en el Retiro para correr detrás de ‘Pichifit’, quien les recibió con su habitual picaresca en un gran círculo frente a la Puerta de Alcalá, donde calentaron todos juntos. Al acabar la carrera, todos esperaban ansiosos a la persona que les había congregado allí, para hacerse la foto de rigor con el protagonista de la noche, que sostenía un enorme cartel con su nombre, para posar, bailar y cantar al puro estilo Pichi.

La de Carlos Martínez es una historia de redención. Se trata de verse en el espejo y que le devuelva la mirada una persona de la que estar orgulloso. «No sólo de copas vive el hombre», reza su biografía de instagram. Una frase que encapsula su mensaje. «Hay felicidad más allá de la fiesta, de las copas. Me ha costado años salir de ahí, pero siempre he querido hacerlo».

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