El arte femenino reclama su espacio en Ciudad Lineal
Artisteando es la nueva asociación cultural que pretende visibilizar el trabajo de mujeres artistas emergentes: «Nuestro objetivo es conseguir vivir de nuestras piezas»
«No creas en la suerte de seguir adelante, trabaja en ello». Este es el lema que inspiró a Lorena Fernández (28 años) a impulsar, gracias a su madre, su abuela y sus compañeras, un proyecto que aún tiene olor a nuevo: Artisteando. Se trata de una asociación cultural, con zona de influencia en Ciudad Lineal, que tiene la misión de visibilizar y de dotar de las herramientas necesarias a mujeres artistas emergentes, de cualquier disciplina, para que consigan trabajar exclusivamente en su vocación: el arte. «Hay artistas jóvenes que se sienten frustradas por no poder vivir solo de sus obras», explica la presidenta de la organización.
En los últimos años, Fernández ha conocido a otras jóvenes artistas que no conseguían cubrir gastos o no veían despegar su negocio. «Yo sé que es posible dedicarte al mundo del arte por cuenta propia, ¿por qué no ayudar a otra gente que lo cumpla?», se cuestiona Fernández. Pregunta que desde el pasado mes de diciembre va a resolver a toda creadora que quiera unirse a su organización. La joven asegura que es necesario crear una comunidad para que las artistas crezcan juntas.
Artisteando no tiene sede oficial, por lo que las posibilidades de construir un espacio para la asociación en Madrid son casi infinitas. Fernández es consciente de que la «economía se mueve por el centro», pero su apuesta ha sido mantener al barrio con vida: «Al igual que existe CentroCentro [un centro cultural de exposiciones temporales], ¿por qué no va a haber ‘BarrioBarrio’?», sugiere la emprendedora. «Cuando estás en un mercadillo por la zona (Ventas) la gente se acerca para agradecerte que apuestes por el barrio».
Ya han empezado a mover hilos para que su proyecto coja forma. Mercadillos, ferias, cursos, talleres es todo lo que tiene por delante ahora Artisteando para dar a conocer a sus artistas. Artesanas, diseñadoras, pintoras, ilustradores (y de otras disciplinas), encontrarán su espacio en Madrid gracias a los ‘markets’ que organizará porque, actualmente, «no son suficientes los espacios en los que exponer a lo largo del año para una persona que quiere vivir de sus proyectos», lamenta la presidenta de la asociación.
«Al igual que existe CentroCentro, ¿por qué no va a haber ‘BarrioBarrio’?» Lorena Fernández
Pero Artisteando no se cierra a ninguna artista madrileña que quiera participar (ni a ningún hombre, porque, aunque esté enfocado a mujeres, todo el mundo es bien recibido). Una de ellas es Tiffanie Epitie, una creadora de 33 años que tiene su taller en Villaviciosa de Odón y lleva dos años trabajando en su proyecto: Resinartte, arte de pared a gran escala con la resina como principal medio.
Una amiga se lo recomendó y no dudó en formar parte porque la asociación «es como una pequeña familia que te da visibilidad». «A las artistas nos ayuda porque encuentras a perfiles en tu misma situación, y por tanto el apoyo es palpable», comenta.
Las creadoras consultadas para este reportaje compaginan sus horas en el taller o en su escritorio con otro tipo de trabajo para consolidar su proyecto creativo. Ellas son administrativas, profesoras, dependientas… pero, en realidad, su meta soñada sería «vivir de lo que queremos, que son nuestras obras», como explica Epitie.
También le ocurre a las hermanas de la tienda By_almu, Paloma y Almudena Pizarro. «Nuestro objetivo es conseguir vivir de nuestras piezas de tela exclusivamente», afirma con rotundidad Almudena. «O al menos que una pueda dejar su trabajo y que le dedique el tiempo que se necesita», continúa Paloma. Sacrifican horas de su ocio por un proyecto que les ilusiona, a pesar de las dificultades que obstaculizan el futuro de su negocio: «Los trabajos de artesanía en España cuestan que salgan adelante. Los compradores más agradecidos son las personas que conocen el oficio porque tienen una tienda de artesanía en su país», lamenta Paloma.
Gisselle Anderson es otra de esas jóvenes que han confiado en Artisteando. Esta artista, de origen estadounidense, no encontraba su hueco en el mundo del diseño gráfico, así que dio el paso: se hizo autónoma y realiza sus ilustraciones sobre mitología, folklore y cultura medieval por su cuenta. Cuando dio ese salto encontró la organización de Fernández: «Elegí esta asociación porque querían dar voz a las mujeres y me pareció el sitio adecuado para dar a conocer mi trabajo». Tampoco consigue vivir únicamente de sus ilustraciones.
Todas estas creadoras saben que cuando expongan sus obras en los mercadillos que organizará Artistenado hay una posibilidad de que vuelvan con ellas a casa. «Aunque a veces no compren, queremos que los clientes vean y prueben los productos. Trasmitiendo buena energía se consigue que se vayan contentos y se animen a volver», narra Fernández. «Porque muchas veces no es solo vender», detalla Paloma. Hay gente que nos ve en un mercadillo y al tiempo nos escribe diciendo: ‘Os vi en ese sitio y quería pediros este producto’. Eso también se agradece», añade su hermana.
En alguna ocasión alguien les espetará un «’pues yo lo prefiero comprar en Shein’» como lamenta Paloma. Mientras esto siga ocurriendo, Artisteando seguirá apostando por los artistas de la zona.
¡Gracias por dar visibilidad a los artistas del barrio!
Artículo muy interesante, me pasaré a conocerles