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El sigiloso crecimiento del evangelismo en Madrid

Después de la católica, la protestante es la religión más popular en España, y año tras año su número de seguidores aumenta

Iglesia evangélica de Chamberí │Cedida por la Iglesia

 

Son las 11 de la mañana del Domingo de Ramos en el barrio Chamberí. No hay imagen o símbolo alguno que identifique la iglesia que tiene su acceso en la estrecha calle Quesada. Sólo hay un cartel en el que se lee «Entrada». Dentro, el templo está más vacío que lleno y la media de edad de los asistentes ronda los cincuenta años. El espacio es austero, todo está pintado de blanco y ni su techo abovedado ni el resto de su arquitectura responden a una estructura destinada a realzar esculturas religiosas, altares o vitrales, sino a una buena acústica. Quien parece ser el predicador está sentado frente a un piano y musicaliza una alabanza hacia Cristo que el resto de los asistentes, de pie y con cancionero en mano, canta. Cuando termina la pieza todos se sientan y uno, desde su banco, alza la voz para leer un pasaje de la Biblia. Enseguida el público vuelve a ponerse de pie para cantar otra canción. Luego, un tercero, Ramón, de 60 años, se acerca al podio y comparte las reflexiones bíblicas que ha estudiado. 

No hay un cura dirigiendo la misa. Cualquiera puede participar en el culto leyendo la Biblia, cantando o compartiendo sus pensamientos u oraciones. Eso es porque esta iglesia no es católica, sino evangélica. Y como este, existen más de 750 lugares en la Comunidad de Madrid, según los datos del Observatorio del Pluralismo Religioso en España. Por su parte, según las archidiócesis de Alcalá, Getafe y Madrid, el catolicismo sólo cuenta con 236 espacios de culto por encima del evangelismo en toda la Comunidad.

 


 

Presbiterianos, pentecostales, calvinistas, carismáticos, son sólo algunas de las facciones originadas tras la Reforma Protestante, cuando el cristianismo se fracturó y dio lugar a los diferentes movimientos del protestantismo que conforman el evangelismo. En ese mismo siglo, esta religión comenzaba a dar sus primeros pasos en la Comunidad de Madrid y en 1892 erigió la primera catedral de la capital, la del Redentor, tres años antes que la conocida Almudena (de corte católico). A pesar de las persecuciones que ha sufrido a lo largo de la historia —casi de manera especial en España debido a la inquisición y, posteriormente, el Franquismo—, siempre ha supuesto un motor social importante, según detalla el libro ‘Arraigados’ (2007).  El evento más reciente en el que esta realidad se ha visto reflejada ha sido el acto preelectoral del Partido Popular protagonizado por Feijóo en el que asistió la predicadora evangélica Yadira Maestre.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) constata que desde hace varias décadas el sentir evangélico aumenta a mucha mayor velocidad que cualquier otra religión, algo que contrasta con el descenso de católicos, que en 25 años han reducido el 20% de sus fieles respecto a la población española. Según indican desde la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas —actualmente Ferede—, en el año 2004 había en España menos de 1.000 parroquias evangélicas inscritas en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, y actualmente hay 3.300. Respecto a Madrid, Carabanchel arrojaría los datos más llamativos al concentrar hasta 17 de estas iglesias solo en el polígono del Aguacate.

«¿Qué nos separa de la Iglesia católica? Nosotros consideramos que nuestra autoridad máxima es la Biblia», explica Ramón, exmiembro ‘supernumerario’ del Opus Dei y bautizado hace cinco años en la Iglesia Evangélica de Chamberí, en el momento final de su conversión desde el catolicismo. «No tenemos curas. No tenemos pastores. Tenemos un consejo formado por, como nosotros los llamamos, ‘ancianos’», aclara sobre la idiosincrasia de esta iglesia, denominada dentro de la ‘Asamblea de Hermanos’. La figura del ‘anciano’ representa al líder de la iglesia local, una persona mayor de treinta años que lleva a cabo las funciones equivalentes a un pastor de la Iglesia católica.  El protestantismo abarca un sinfín de apelativos para poder englobar sus diferentes sentires espirituales, aunque todas las iglesias son independientes. «Tenemos un núcleo común y estamos de acuerdo en muchas cosas, pero hay muchas otras que nos separan», afirma el ‘anciano’. En iglesias como la de Chamberí, los salmos y las canciones son antiguas, la decoración y la expresión son sobrias.

«Hay quien va a una iglesia evangélica pentecostal en la que puede expresar su manera de vivir a Dios muy sentimentalmente, levantando las manos, o puede experimentar la música de otra manera», precisa Samuel, de 26 años, licenciado en Economía y perteneciente a los Grupos Bíblicos Universitarios. «Yo soy una persona que tiene padres y abuelos protestantes. También tengo amigos en la Iglesia católica que a veces no sienten que pueden hablar de todo, dicen que todo está estructurado y que uno no puede expresarse de forma natural para saciar sus dudas», sostiene el joven. 

La iglesia evangélica pentecostal que menciona Samuel tiene un gran peso por ser mayoritaria en Latinoamérica y, por tanto, también entre el evangelismo de extranjeros en Madrid. Sin embargo, existe una diferencia entre ambos continentes: mientras que en Hispanoamérica esta religión ha demostrado ser un poderoso motor para el poder político, en España «la gran mayoría de evangélicos está más centrada en la búsqueda de Dios a través del estudio de la Biblia que en la política», asegura Miguel Palomo, coordinador del Grado en Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense de Madrid. Motivo por el que Ferede se ha desvinculado de toda afiliación política tras lo sucedido en el mitin del PP.

fachada de la Catedral del Redentor | Madrilánea

Tras la libertad religiosa

Inés Mazarrasa y Puerto García, directora y subdirectora de Fundación Pluralismo y Convivencia, sostienen que en España el evangelismo ha sido uno de los grandes motores de la pluralidad religiosa y siempre ha sido una comunidad muy articulada: «Es una religión que lleva en nuestro país mucho tiempo y que ha contribuido y aportado al desarrollo de ciertos derechos y libertades». Ferede fue el primer grupo en organizarse cuando se reconoció la libertad religiosa en la Constitución, por la que «se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación». 

En 1968, el reconocimiento legal en España de las confesiones religiosas no católicas dio lugar a la proliferación del número de lugares para el culto evangélico. Desde el Observatorio aseguran que este aumento se debe, entre otras cosas, a esa mayor libertad religiosa y a la llegada de población de otros países. «Lo que sí que nos reflejan los datos es que en todas las Comunidades Autónomas la religión evangélica siempre ha crecido por encima de las demás religiones minoritarias y, además, de la manera más rápida», manifiesta García. Respecto a la inmigración, según los datos de 2018 del CIS en los que se basa el Observatorio, sólo el 40% de los fieles evangélicos ha nacido en territorio español, dato determinante para entender el exponencial crecimiento de esta religión en el país: «Lo que ha ocurrido es que al crecimiento de personas evangélicas protestantes de aquí se sumaron un número de personas que ya eran evangélicas en sus países de origen», refiere también la subdirectora. 

Diversos y jóvenes

A pesar de los datos que relacionan el perfil mayoritario de persona evangélica en España con una imagen de mujer latinoamericana –como se puede comprobar desde el Observatorio–, además de la comunidad hispanohablante, también se encuentra una gran diversidad de nacionalidades provenientes del resto de Europa y África.

Iglesia Evangélica Alemana en Castellana 6 | José Ramón Ladra

Esta pluralidad étnica radica probablemente en la capacidad de adaptación que sostiene la iglesia evangélica. «Hay mucha flexibilidad de adaptarse a lo que culturalmente te gusta», apunta García. Asimismo, cree que ese es el motivo por el que en España esta religión tuvo tanto arraigo en la población gitana. «Te permite llevarlo a lo que a ti te hace sentir, a lo que buscas con esa experiencia», expone. Por otro lado, pese a que según los indicadores del CIS el 70% de los evangélicos en territorio español serían mujeres, desde el Observatorio apuntan que cada vez hay más paridad entre hombres y mujeres. Otro dato a tener en cuenta refiere a los grupos de edad de los fieles evangélicos en el territorio español, primordialmente adultos jóvenes que rondan los 30 a 45 años, y seguidos de otro grupo de jóvenes cuyas edades oscilan de los 18 a los 29 años. Cifra que advierte del alcance que está consiguiendo esta religión. 

Aunque el católico sigue siendo, de lejos, el dogma más practicado en Madrid. Es un hecho que año tras año esta creencia pierde adeptos mientras las demás aumentan sus números. Sin embargo, el crecimiento evidenciado en las estadísticas indica que hay cada vez mayor porcentaje de individuos que no se identifica con ninguna religión, sobre todo en la población joven. «La juventud se aleja de una iglesia clásica y se acerca más a una espiritualidad muy personal», recalca Samuel para explicar que estos números no implican que no estén interesados en lo sagrado o lo sobrenatural, sino que sus inquietudes espirituales muchas veces no se ven saciadas o representadas en las instituciones convencionales. El Observatorio admite que faltan nuevas categorías para identificar con mayor precisión a estos individuos en sus investigaciones, ya que los datos arrojan que, aunque parte de la juventud no se identifica como religiosa, sí lo hace como espiritual. Por ello, desde la entidad aseguran que aún se manejan con categorías «muy limitadas», y que esta condición está relacionada con la naturaleza «individualizada» en la que se enmarca la sociedad actual. Vivimos en un contexto en el que cada uno se sirve a la carta aquello que necesita, mezclando, por ejemplo, las creencias de un dios cristiano con fe en el karma budista y convicción por la astrología.

 

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