La decadencia de la calle de Alcalá
Hace solo diez años, una de las partes más importantes de la calle de Alcalá, compuesta por los barrios de Ciudad Lineal, Pueblo Nuevo, Quintana, El Carmen y Ventas, era una vía de comercio estable. La zona estaba repleta de tiendas de todo tipo de buena calidad, desde el comercio clásico de toda la vida, hasta marcas como Zara, Zara Kids, H&M, Outlet de MANGO, Tiger, Douglas, Outlet de Salvador Bachiller…
Sin embargo, esta realidad ha desaparecido por completo y ha afectado a los comerciantes que todavía intentan mantenerse abiertos al público. La encargada de la panadería y pastelería Ipanema de la calle de Alcalá, Pepi, asegura que el cambio ha sido muy drástico en los últimos años: «El pequeño comercio lo tiene muy complicado, el poder adquisitivo de las personas ha bajado mucho desde la crisis de 2008».
Además, Pepi explica el porqué Ipanema continúa abierto cuando el resto de cafeterías de la zona abren y cierran sus puertas sin parar: «Simplemente decir que aunque hay cafeterías y bares por toda la zona, solamente Ipanema aguanta porque el producto que ofrece no está congelado. Lo artesanal está desapareciendo, en todo, no solo en la comida».
La dependienta de Piquero, una tienda clásica de la zona de bolsos y zapatos de piel, también ha visto esta evolución en los negocios: «Cada vez hay peor calidad en el barrio. Siempre que se abre un nuevo comercio son solo fruterías, tiendas de estética o ropa de mala calidad».
Asimismo, en Piquero aseguran que: «El comercio de Inditex ha desaparecido por completo y ya la gente no viene a comprar aquí, se van directos a centros comerciales o al propio centro de Madrid».
Lo mismo ha asegurado la encargada de la óptica Ulla, donde las ventas en su tienda han ido bajando poco a poco: «Este cambio nos ha afectado en las ventas, como en esta zona ha bajado tanto la calidad de los productos, las personas ya no vienen aquí».
Los residentes también aprecian el cambio
La calle de Alcalá es una de las arterias más importantes de Madrid. Se extiende 11 kilómetros desde el centro, comenzando por la Puerta del Sol, hasta llegar a Avenida de América, cruzando por los distritos de San Blas – Canillejas o el distrito de Ciudad Lineal.
Los vecinos de la zona coinciden con las afirmaciones de los comerciantes. Para Patri Gómez, residente del barrio desde que era una niña, asegura que: «Ha habido un gran cambio en la calle, sobre todo en el tipo de comercio que hay ahora mismo».
Por otro lado, Miriam Redondo, vecina de Quintana, siente mucha tristeza de lo que ha ido sufriendo el vecindario: «Cuando era niña había todo tipo de tiendas, no tenía la necesidad de ir al centro porque podía comprar cualquier cosa al lado de mi casa».
Teresa Salbero, residente de la zona, cree que el motivo de esta decadencia ha sido la nueva forma de vida de las personas. Redondo coincide con ella: «Creo que se ha juntado la crisis de 2008 con la nueva forma de consumo de la gente».
Para Diego Mohedas, un joven de 23 años, la calle de Alcalá es un barrio que ha desaparecido: «Cuando era niño recuerdo ir con mi madre y mi hermana pequeña por esta calle y poder comprar zapatos, ropa, bolsos… Todo de mucha calidad. Ahora esto es inviable, solo hay cosas de estética o fruterías».
Todos los residentes de la zona han coincidido que ya casi no pueden comprar nada aquí, la baja calidad de muchos de los productos que se ofertan les obliga a irse a zonas más céntricas como la calle de Goya o de Gran Vía, e incluso a centro comerciales cercanos como El Plenilunio. «Me da mucha pena esta situación, era un barrio obrero con mucha vida y comercio estable. Ahora, cada vez que se abre una tienda, al poco ya se cierra. No funcionan las cosas», asegura Mohedas.