Congreso Periodismo Digital 2012

Pere Rusiñol: la nota discordante

Ander Izagirre con Pere Rusiñol. Por S. García

«Invitan a un cadáver a un congreso de optimismo. Público es un cadáver, ha muerto», así de contundente comenzó Pere Rusiñol su intervención incisiva y crítica. El ex adjunto a la dirección de Público, ahora en paro, participó en un debate titulado «Periodismo: Pasión y empleo», y achacó la culpa del cierre o fallecimiento del medio a la gestión de la empresa, a factores políticos y no a la supuesta crisis de la prensa.

El 24 de febrero había un titular común en las más importantes cabeceras: «Cierra el diario Público». Su empresa propietaria, Mediapubli no consiguió los 9 millones de euros que necesitaba para mantener a flote su versión impresa y echó el cierre. Para el periodista, la decisión no tuvo nada que ver con los 82.691 ejemplares que vendía o dejaba de vender el diario. «Estaba obteniendo buenos resultados, pero por motivos relacionados con la realidad política alguien ha decidido que no resultaba rentable. Desde el punto de vista económico capitalista se demostraba todo lo contrario», sentenció, antes de agregar: «Público ha muerto por razones políticas», recalcó Rusiñol. Fue la nota disonante en una mesa de debate en la que le acompañaban los periodistas Emilio Sánchez Mediavilla, Ander Izagirre y Jordi Pérez Colomé.

En julio de 2011 el Observatorio de la Prensa de la AEDE (Asociación de Editores de Diarios de España) publicó un informe en el que reseñaba que grandes medios nacionales perdían su difusión. El Mundo caía un 12%, ABC un 4% y El País un 1,06%. Público fue un caso atípico, porque subía un punto porcentual.

Para Rusiñol hay un hueco enorme para hacer «periodismo de izquierda» con la muerte de Público, pero da un escarmiento: «Lo que hay que hacer es periodismo de izquierdas y no periodismo militante».

Duro, crítico, sin pelos en la lengua, Rusiñol no condenó a Internet como responsable de la actual crisis de la prensa sino a las empresas y al propio periodismo. «Las empresas han llegado a autolesionarse», reseñó. «Hacen muy mal las cosas. Se está haciendo un producto que va contra el periodista, de uno mismo y en contra de que te compren en el quiosco», dijo.

Rusiñol apunta el ejemplo del Grupo Prisa, propietario del periódico El País —que describió como un medio que «empezó queriéndose parecer al New York Times y ha acabado acercándose al Huffington Post».

Estas cabeceras sostienen una guerra (¿asimétrica?) con Internet. Cada bajón de difusión de ejemplares es como un soldado caído en el campo de batalla. Pero la interrogante que trata de analizar Rusiñol es si estas muertes son culpa del bando contrario o de una mala estrategia por parte de los comandantes de las operaciones. El panorama se complica cuando en esta analogía resulta que la guerra es entre bandos de un mismo lado, es decir, un medio que batalla para ganar en papel y en su página web, que regala en Internet lo que vende en el quiosco.

«Yo haría una web que no tuviese nada que ver con el periódico», recomienda. Y cuestiona: «Son antagónicos web y prensa. ¿Por qué hay que hacer lo mismo en dos cosas que tienen concepciones distintas?».

Su pregunta tiene que ver con la práctica común de los grandes diarios españoles: ofrecer su contenido en internet íntegro antes de publicarlo en papel. Por las cifras de difusión pareciera que se pierde la fidelidad del lector, que en mitad de una crisis económica prefiera no gastar su dinero. «Antes, comprar el periódico era estar bien informado. Ahora, es estar mal informado porque significa que no saben que lo tienen todo gratis en la web», apunta.

No todo está perdido…

Pero en la mesa «Periodismo: Pasión y empleo» no fue sólo de un velatorio del diario Público, sino que contó también con la opinión de otros excelentes periodistas que trabajan casi siempre alejados de grandes cabeceras y que decidieron emprender un periodismo más acorde con sus gustos.

Ander Izagirre fue honesto y espontáneo. El periodismo que le gusta hacer no le da de comer. Vive de trabajos alternos que le permiten simplemente costearse gastos para viajes e investigaciones de asuntos que le apasionan. «Lo último que hice fue corregir un folleto de camiones», dijo desatando risa en el auditorio. Con esos pequeños encargos se compró un billete de avión para hacer un reportaje en Bolivia. «A mi último viaje no le he sacado un euro de rendimiento (…) pero me relaja mucho saber que ese tipo de trabajos ruinosos luego tienen un eco que no esperas», dijo refiriéndose a la repercusión que tuvo en medios digitales y redes sociales el reportaje «Mineritos», sobre niños mineros en Potosí, Bolivia.

Jordi Pérez Colomé, ganador del premio Porquet por su blog Obamaworld.es, tampoco se corta en explicar su trabajo de «autónomo»: «Hay que currar un huevo. No te va a llevar a ganar un premio, un Goya, simplemente es algo que te gusta, te va a dar alegría».

Emilio Sánchez Mediavilla, uno de los editores y socios de «Libros del K.O.» apuesta por el periodismo en papel, en libro. Aprovecharon un nicho de mercado que estaba descuidado: «Había un tipo de periodismo de largo aliento que se estaba abandonando en los medios tradicionales y quisimos rescatar el libro como formato».

Para Libros del K.O. hay que romper el falso concepto de que el lector tiene miedo a leer. «Si empezamos con ese miedo vamos a cerrar el chiringuito. No sólo creemos que quieren leer sino que le vamos a dar 500 páginas», apunta esperanzado.

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Un comentario en «Pere Rusiñol: la nota discordante»

  • Mi más sincera enhorabuena a Pere Rusiñol, fue capaz de decir lo que muchos piensan pero calla. Público es una víctima política, en un país donde no interesa que haya voces de izquierdas. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que Rusiñol expuso en su intervención. Y espero que ese enorme vacío que hay en la información sea pronto cubierto, si no puede ser con la resurrección de Público, por lo menos que sea con un proyecto similar. Tenemos que conseguir la pluralidad política en los medios de comunicación. Tenemos que molestar al poder.
    En cuanto a este texto, me parece que se le podía haber sacado mucho mas jugo. No entiendo porqué las palabras de Ander Izaguirre le parecen más honestas y espontáneas. Se puede ser más honesto que una persona que directamente tacha de cadáver político al medio en el que trabajaba? Por favor, me parece un insulto y una auténtica vergüenza! (Y no estoy desprestigiando a Izaguirre en absoluto). En fin, me consuela que estuve presente en el Congreso y puedo ser crítica y reconocer qué fue lo realmente bueno.
    Un saludo

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