Reporterismo

Concurso en el Madrid Arena: «Thriller Music Park»

Cartel del concurso «Pasaje del terror». Foto: F.D-I.

La noche del 1 de Noviembre marcó a Madrid con un dolor indeleble. La fiesta de Halloween acabó con la vida de cuatro jóvenes. Una tragedia que ha vestido de luto a la capital. Ahora que la fiesta celebrada en el recinto ARENA ha terminado. Ahora que hemos visto las imágenes de los familiares desgarrados por la pérdida de sus pequeñas. Abrazándose en la puerta del hospital. Poniendo flores sobre piedras. Piedras que escriben los nombres -nunca olvidados- de Rocío, Cristina, Katia y Belén. Nombres que a todos nos parecen familiares.

Ahora -precisamente ahora- es el momento de pedir responsabilidades. Determinar quién fue el culpable de lo ocurrido. Investigar cada detalle, conversación, dato, nombre, entresijo del laberinto de incongruencias ocurrido en el ARENA . Publicar cada milímetro de información. Hablar sobre lo hablado y no hablado. Preguntar y preguntar. Dibujar un interrogante perenne -continuo- sobre cada palabra o explicación que oigamos. Es hora de buscar las claves para que se haga justicia en los Tribunales.

Una de esas claves es dilucidar en qué consistía el concurso de disfraces «Thriller Music Park». La empresa Diviertt publicó sus bases en www.thrillermusicpark.com. El premio de la competición era 3.000 euros al mejor disfraz.  «Aquí valen todas las caretas y máscaras, siempre y cuando revelen algo de ese auténtico y escondido yo», señalaron fuentes de la organización según publica LaVozLibre. La única condición que se pedía es que el disfraz estuviese inspirado en el vestuario del vídeo Thriller de Michael Jackson.

Una fotografía realizada en la planta baja del interior del recinto ARENA señala con una flecha roja que había que pasar por el pasillo del Pasaje del Terror -túnel en el que ocurrió la avalancha- para acceder al concurso. La fotografía muestra la entrada a un pasillo de tres metros de ancho y trece de largo donde se aglomeraron los asistentes.

Mapa Interior del recinto ARENA«Para bajar hacia la pista tenías que acceder desde unas escaleras que están a la derecha o a la izquierda. Al llegar abajo te encuentras un lugar pequeño que fue donde ocurrió la avalancha. A la derecha o a la izquierda (según la escalera por la que hayas bajado), de la intersección hay un pasillo que comunica los exteriores con la pista»,  afirma Adrián, uno de los asistentes a la fiesta.

Adrián también afirma que cuando entró no había tornos que revisaran las entradas. «Los había visto en otras ocasiones pero no en la fiesta de Halloween».  Tan solo había unos vigilantes que les cogieron los tickets y nunca se los devolvieron. Ninguno de los asistentes que fueron se quedó con la entrada. El número de participantes ha sido otro de los grandes puntos claves del ARENA. Según la organización se vendieron 9.600 entradas online. Pero se ha confirmado que había el doble de personas de las permitidas, llegando a 20.000 participantes. Hay declaraciones de la propia organización en los que se reconoce que las entradas se podían comprar en la puerta a 60 euros.

Tweet que muestra que las entradas se vendieron en la puerta
Tweet que muestra que las entradas se vendieron en la puerta

Han resultado muy controvertidas las declaraciones del DJ Ed -quien tocó junto a Aoki y Autoerotike-: «Gracias a los 20.000 que lo habéis dado todo @ThrillerMPark xa ls que sigáis de after a mi bro».  Los medios de inmediato se hicieron eco de su tweet utilizado su testimonio para confirmar que efectivamente se había doblado el aforo permitido. Ante el impacto causado el dj borró su tweet. Para justificarse escribió el siguiente mensaje en su Twitter a sus seguidores: «No tengo nada que esconder y no os imagináis el mal cuerpo que se queda sabiendo que alguien ha podido fallecer mientras pinchaba».

DROGAS Y ALCOHOL

En la tragedia de Halloween fallaron muchas cosas pero, sin duda, la más grave fue la seguridad. De acuerdo con el testimonio Borja -recogido por la Universidad Complutense de Madrid-, un testigo, no hubo un registro de bolsos y mochilas. Es más, este joven asegura que «no sólo no registraban sino que te decían que pasaras rápido porque venía mucha gente». Ante la falta de un registro previo a la entrada al local no sólo se «colaron» bengalas o petardos, también drogas. De hecho, recuerda que la gente fumaba dentro del recinto donde, según la ley vigente, está totalmente prohibido. Este testigo afirma haber visto en medio de la pista como se intercambiaba droga: «pude ver cómo un individuo le pasaba algo de cristal a otro».

Se refiere a un tipo de anfetamina que crea en el consumidor una sensación de euforia comparable a la de la cocaína, pero mucho más prolongada en el tiempo, alrededor de 10 horas. A lo peligroso de consumir este tipo de estupefacientes se une el hecho de que se suelen ingerir mezclados con alcohol. Este bombazo de sustancias provocó varios desmayos que, de acuerdo con lo reconocido por el testigo citado anteriormente, no supieron ser atendidos por los miembros del cuerpo de seguridad. Según su testimonio, los afectados no eran sacados del recinto, sino que se dejaban en el suelo, en medio de la pista o apoyados en las barras. Tampoco se les practicaba maniobra alguna de reanimación.

RESPONSABILIDADES JURÍDICAS

El aspecto jurídico del caso se divide en tres tipos de consecuencias: penales, civiles y administrativas. La organización Manos Limpias ya ha denunciado a Miguel Ángel Flores, propietario de Diviertt SL, y a Miguel Ángel Villanueva, por posibles delitos de homicidio imprudente (artículo 142 del Código Penal) y contra la seguridad colectiva. Las responsabilidades civiles del suceso pueden conllevar indemnizaciones millonarias para las familias de las fallecidas. Diviertt SL podría ser condenada a pagarlas, y el Ayuntamiento de Madrid podría ser también condenado por responsabilidad solidaria.

En cuanto al frente administrativo, el evento incurrió en múltiples infracciones muy graves de las previstas en el artículo 37 de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de Madrid (Ley 17/1997, de 4 de julio); entre ellas:

1)La permisión o tolerancia de actividades ilegales, especialmente la tolerancia del consumo ilícito o tráfico de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, en locales, espectáculos o establecimientos regulados en esta Ley o la falta de diligencia en orden a impedirlos por parte de los propietarios, organizadores o encargados.

3)La celebración de espectáculos públicos y actividades recreativas regulados en la presente Ley sin las preceptivas licencias o autorizaciones.

8)El incumplimiento de las condiciones de seguridad cuando disminuya gravemente el grado de seguridad exigido en la normativa vigente y en las licencias o autorizaciones correspondientes.

 10)La venta o servicio de bebidas alcohólicas a menores de dieciocho años, así como permitir su consumo en el local o establecimiento.

 11)La superación del aforo máximo permitido cuando comporte un grave riesgo para la seguridad de personas o bienes.

 Las sanciones administrativas para estas infracciones muy graves pueden ser: multa de 30.000 a 300.000 euros, clausura del local de 6 meses a 2 años, suspensión o prohibición de la actividad hasta 6 meses e inhabilitación para organizar o promover este tipo de actividades.

Ahora. Ahora es el momento de pedir responsabilidades.

 

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